martes, 16 de septiembre de 2014

LOS TRABAJADORES DE LA PESCA Y MAR DEL PLATA MERECEN SER ESCUCHADOS



Análisis político // por Gerardo Gómez Muñoz
para el Diario La Capital de Mar del Plata

Está fresco el nuevo informe de la Dirección de Economía 
del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca..., que revela
 cifras realmente positivas para la actividad pesquera de
 nuestro país contrariamente a los números de muchos
 otros de la actividad económica. Es ineludible, por tanto,
 la pregunta ¿por qué, entonces, los trabajadores y algunos
 empresarios pesqueros -no todos- están atravesando desde
 hace varios años una crisis devastadora que compromete la
 estabilidad económica marplatense y el Gobierno nacional
 parece no entenderlo? No es que no escuche. Hubo
 delegaciones de trabajadores con la CGT incluida, de
 empresarios, de autoridades, del gobierno municipal 
que expusieron varias veces ante el ministro de Trabajo,
 el de Pesca y hasta el titular de la AFIP. Los capitalistas
 del negocio embistieron tozudamente con el sonsonete
 cansador del tipo de cambio que atentaría contra una
 barrera inamovible por decisión que de hecho es una
 política de estado asumida por el actual gobierno. Se
 habló también -y hubo respuestas prometedoras y no
 soluciones- de subsidios como el del combustible,
 principal insumo de los barcos, pero el remedio efectivo
 no se concretó o al menos ha sido insuficiente. A todas
 luces la crisis sigue avanzando y deja a su paso tendales
 de trabajadores de la industria, de la estiba, de los barcos
 y de los insumos indispensables. Hasta los empresarios
 están siendo arrasados, salvo los poderosos que siempre
 se han salvado como ahora también. Cuando se conocen
 las impresionantes cifras que se dan a conocer oficialmente
 no se entiende nada, pero cuando se indaga, se conoce y
 se analiza el escenario -como se verá líneas adelante-, se
 entenderá tan claramente y lo que no se comprenderá va
 a ser la ceguera del Gobierno y de sus funcionarios que
 no entienden que las únicas víctimas indefensas son
 una vez más los trabajadores.
Los datos emanados de la insoslayable fuente oficia
l son contundentes: hay pesca y abundante, pero para
 unos pocos. Por segundo año consecutivo hay
 exportación record en la pesca. Relevado el primer
 semestre del año en curso se ha exportado por
 778.841.000 de dólares, un 4 por ciento más que
 el año pasado. En cuanto a tonelajes, en 2013 se
 exportaron 277.389 toneladas y en el reciente semestre
 el volumen fue de 285.608 toneladas. Es decir que el
 aumento no fue debido a mejores precios sino al
 incremento de las ventas. También es preciso
 subrayar para los quejosos que en 2007 la exportación
 sumó 1.114.622.000 dólares y en 2013 se vendió por 
1.501.892.000 dólares, casi un 35 por ciento más.
¿Cómo se entiende esto?
El desprevenido cuando compara estos números brindados
 con lo que se observa en el puerto marplatense y en los
 establecimientos pesqueros no sabe para dónde tomar.
 Lo peligroso es que algunos casi siempre bien intencionados
 porque son parte del drama de la desocupación, que
 se prolonga en el tiempo y otros no tan bien intencionados
 porque subyace en ellos la intención del crecimiento
 político propio y de sus conmilitones, empiezan a
 vislumbrar la violencia como solución a esta verdadera
 violencia iniciadora de todos los desastres.
Los barcos que no salen al mar, los estibadores que
 se amontonan taciturnos en los conciliábulos diarios
 del puerto y de sus alrededores, las fábricas inactivas,
 los proveedores desolados por que aliviaban sus cuentas
 con la carga de alimentos y de otros insumos para la diaria
 de los embarcados, los talleres silenciados, nada tienen
 que ver con esos números optimistas que provienen de
 las estadísticas ciertas e inapelables. Pero no hay
 mayor misterio, simplemente, existe gente que tiene
 mucho poder económico y de éste surgen alternativas
 como son "los fresqueros". Estos pescan en alta mar y
 en el propio barco faenan y el pescado es preparado
 para la exportación. De tal modo la actividad en tierra, 
en el puerto marplatense, es gambeteada, así se explica
 simple pero cruelmente a la vez, la desocupación que aumenta día
 a día y acumula angustia que se va inexorablement
e trocando en bronca inflamable, como temen muchos conocedores del
 puerto y de su gente.
¿El Gobierno nacional no atiende?
Esa sensación, la de que el Gobierno nacional no atiende, surge
 primariamente en la comunidad portuense pero se extiende ya
 a los más diversos sectores de la actividad de toda Mar del Plata.
 Es evidente que la presidenta Cristina centra sus esfuerzos en
 preservar las fuentes de trabajo y es ingente la asistencia a sectores
 empresarios e industriales para que no decaiga la actividad y no
 haya despidos y suspensiones. Ante tanta solícita sensibilidad,
que está en los genes de su formación peronista, es imposible
 pensar que las políticas oficiales se conformen con el aumento
 de las exportaciones en la pesca al mismo tiempo que caen de
 a miles los puestos de trabajo. Para colmo la bonanza de las
 exportaciones pesqueras ni siquiera llega al grueso de los
 empresarios, sólo algunos de los grandes representantes de
 "los congeladores" y con actividad muy reducida se salvan,
 pero dejan legiones sin embarcar, la gran mayoría de los
 estibadores no llegan a trabajar una semana, las fábricas
 en su mayoría paradas, etc. Una dirigencia sindical que
 representa en los distintos gremios ya no tiene cómo
 convencer a su gente que aguante en una espera contra
 toda esperanza. Muchos temen ser desbordados en
 cualquier momento y ojo que hay atizadores prestos a
 iniciar cualquier aventura que si aquí escasean van a ser
 traídos de afuera, por eso hay quienes conociendo los atajos 
que tientan a los desesperados y los desatinos con los que
 especulan algunos, están dispuerstos a convocar como en otras
 ocasiones a salir en defensa de la pesca uno de los soportes sociales
 y económicos por antonomasia, de Mar del Plata... 
Y todavía se está a tiempo...

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