Los transportistas no están conformes con la tarifa vigente. Reclaman que haya un nuevo aumento por sobre el del 22,9% concedido en diciembre. El lunes el Concejo comenzará a definir si convalida el que podría ser el mayor incremento del boleto en décadas.
La comisión de Transporte del Concejo Deliberante tiene previsto tratar el próximo lunes el último pedido de aumento del boleto realizado por la Cámara Marplatense de Transporte Automotor de Pasajeros (Cametap), que semanas atrás, reclamó una nueva suba que compense los efectos de la devaluación del peso, estimada entre “un 35 y un 40%”.
El planteo de los empresarios fue formulado poco después de que en diciembre el Concejo Deliberante otorgara un aumento del 22,9% mediante el cual la tarifa plana pasó de $4,80 a su valor actual, de $5,90.
Desde un comienzo los transportistas consideraron que esta suba era insuficiente ya que pretendían que la tarifa se ubicara en un valor de al menos $6,10 tal como lo sugería un estudio de costos elaborado por el Departamento Ejecutivo.
Pero según se desprende del texto que presentaron en enero ante el Concejo, en este momento sus expectativas son mayores.
Si bien el documento no señala explícitamente cuál es el nuevo precio al que aspiran, el hecho de que los empresarios hayan mencionado la existencia de una depreciación del peso de entre el “35% y el 40%” es toda una señal de cuáles son su expectativas.
Según hizo saber en las últimas horas el presidente de la comisión de Transporte y Tránsito, Nicolás Maiorano (UCR) el próximo lunes los concejales debatirán el tema para comenzar a definir una decisión.
Como paso previo, la comisión ya solicitó que el Ejecutivo elabore un nuevo estudio de costos para disponer así de una referencia oficial sobre cuál fue la evolución reciente de los precios de los principales insumos y servicios del sector.
Tal como están planteadas las cosas, es probable que en el caso de que el municipio autorice un nuevo aumento, el precio del boleto termine experimentando una de las mayores subas interanuales de los últimos años.
Con respecto a febrero de 2015, y merced a la última recomposición otorgada en diciembre, la tarifa ya tuvo un aumento del 22,9% el cual podría incrementarse todavía más de acuerdo a lo que resuelvan los concejales como respuesta al planteo de la Cametap.
La hipótesis de mínima consiste en que se termine resolviendo fijar la tarifa a $6,10, tal como lo pedían los empresarios en diciembre. Así, el incremento con respecto a enero pasado sería del 27%.
Pero los transportistas no se darían por satisfechos con esa suma y por eso pusieron sobre la mesa el argumento relacionado la devaluación instrumentada por el gobierno nacional hace casi dos meses.
Si se diera como válido este planteo, con una nueva suba del 35% ó el 40%, el boleto podría pasar a costar $7,90 o $8,26.
De este modo la nueva tarifa terminaría siendo un 64,5% ó 72% superior a la que regía hace exactamente un año.
Está claro que la mayoría de los concejales no está dispuesta a votar a favor de un reajuste semejante, que sería superior a cualquier otro otorgado a lo largo de la última década.
La mayor suba interanual al mes de febrero se registró en el año 2013, cuando con un valor del $3,23, el boleto pasó a costar un 28,17% más que en febrero de 2014, cuando valía $2,52.
Todo parece indicar que pese a las voluntades políticas, evitar igualar o superar ese porcentaje no será una tarea sencilla.
El planteo de los empresarios fue formulado poco después de que en diciembre el Concejo Deliberante otorgara un aumento del 22,9% mediante el cual la tarifa plana pasó de $4,80 a su valor actual, de $5,90.
Desde un comienzo los transportistas consideraron que esta suba era insuficiente ya que pretendían que la tarifa se ubicara en un valor de al menos $6,10 tal como lo sugería un estudio de costos elaborado por el Departamento Ejecutivo.
Pero según se desprende del texto que presentaron en enero ante el Concejo, en este momento sus expectativas son mayores.
Si bien el documento no señala explícitamente cuál es el nuevo precio al que aspiran, el hecho de que los empresarios hayan mencionado la existencia de una depreciación del peso de entre el “35% y el 40%” es toda una señal de cuáles son su expectativas.
Según hizo saber en las últimas horas el presidente de la comisión de Transporte y Tránsito, Nicolás Maiorano (UCR) el próximo lunes los concejales debatirán el tema para comenzar a definir una decisión.
Como paso previo, la comisión ya solicitó que el Ejecutivo elabore un nuevo estudio de costos para disponer así de una referencia oficial sobre cuál fue la evolución reciente de los precios de los principales insumos y servicios del sector.
Tal como están planteadas las cosas, es probable que en el caso de que el municipio autorice un nuevo aumento, el precio del boleto termine experimentando una de las mayores subas interanuales de los últimos años.
Con respecto a febrero de 2015, y merced a la última recomposición otorgada en diciembre, la tarifa ya tuvo un aumento del 22,9% el cual podría incrementarse todavía más de acuerdo a lo que resuelvan los concejales como respuesta al planteo de la Cametap.
La hipótesis de mínima consiste en que se termine resolviendo fijar la tarifa a $6,10, tal como lo pedían los empresarios en diciembre. Así, el incremento con respecto a enero pasado sería del 27%.
Pero los transportistas no se darían por satisfechos con esa suma y por eso pusieron sobre la mesa el argumento relacionado la devaluación instrumentada por el gobierno nacional hace casi dos meses.
Si se diera como válido este planteo, con una nueva suba del 35% ó el 40%, el boleto podría pasar a costar $7,90 o $8,26.
De este modo la nueva tarifa terminaría siendo un 64,5% ó 72% superior a la que regía hace exactamente un año.
Está claro que la mayoría de los concejales no está dispuesta a votar a favor de un reajuste semejante, que sería superior a cualquier otro otorgado a lo largo de la última década.
La mayor suba interanual al mes de febrero se registró en el año 2013, cuando con un valor del $3,23, el boleto pasó a costar un 28,17% más que en febrero de 2014, cuando valía $2,52.
Todo parece indicar que pese a las voluntades políticas, evitar igualar o superar ese porcentaje no será una tarea sencilla.
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