martes, 3 de noviembre de 2009

NUEVA MARCHA CONTRA LA INSEGURIDAD EN MAR DEL PLATA

A pesar de la lluvia y el frío, un centenar de integrantes de la Asociación de Familiares de Víctimas del Delito y el Tránsito se movilizó ayer por las calles del centro de la ciudad exigiendo justicia para las personas asesinadas por la delincuencia y reclamando mejores medidas de seguridad para todos los marplatenses. Asimismo, realizaron un pequeño homenaje a un año del asesinato del taxista de Luis Severiens.
Pasadas las 18, los miembros de la ONG se concentraron en la intersección de la Peatonal San Martín y Buenos Aires, donde alzaron sus banderas y emprendieron el paso hasta las puertas de la Iglesia Catedral.
La lluvia fue haciéndose más intensa durante el recorrido, pero los Familiares continuaron marchando al grito de “seguridad” y “justicia”. “Todos somos potenciales víctimas de la delincuencia. Marchamos desde hace seis años por la defensa de todos los marplatenses”, expresaba, megáfono mediante, Gastón Herrera, uno de los miembros que representa a la entidad. “Estamos a favor de todos y en contra de nadie”, agregaba su compañero Walter Ananaía.
A paso lento pero decidido, los Familiares se detuvieron en cada una de las esquinas de la Peatonal San Martín logrando la adhesión de varios comerciantes y conductores que aplaudían y hacían sonar sus bocinas respectivamente, en clara señal de apoyo al reclamo que la ONG fundada por Érico Dagatti.
Minutos antes de las 19 arribaron a las puertas de la Catedral, donde rezaron un Padre Nuestro y dirigieron unas breves palabras para los familiares de Luis Severiens, el taxista de 45 años asesinado a fines de octubre del año pasado a manos de dos delincuentes en el Barrio Belgrano de nuestra ciudad.
“Hace muy poquito se cumplió un año de la dolorosa muerte del taxista Severiens, un trabajador de cuarenta y tantos años que salió una noche para ganar un dinero más para llevar a su casa y subió a unos pasajeros que terminaron quitándole la vida. Estas muertes no pueden quedar en el olvido, hay que unirnos para poder cambiar las cosas y que esto no vuelva a ocurrir bajo ningún punto de vista porque no se está respetando el derecho a la vida de ninguno de nosotros”, aseguró Herrera.
Seis años sin Pablo Agusti
Durante la marcha de ayer se hizo referencia a una de las muertes ocurridas sobre los inicios de la formación de la Asociación de Familiares de Víctimas del Delito: el asesinato del policía Cristian Agusti, ocurrido el 27 de octubre del 2003. Su madre, Graciela Panebianco, le contó a El Atlántico que desde ese día cambió su vida y la de su familia para siempre, y que debido a que dos de los autores del hecho aún están prófugos, su memoria aún no puede descansar en paz.
“Cristian era policía de la DDI, fue a un llamado de asalto y los asesinos operaban con handies de policía, así que cuando llegó al lugar lo estaban esperando, unos de una vereda y otros de la otra. Lo asesinaron de 14 tiros y a dos de ellos los agarraron, se les dio la primera pena de 37 años que se dio acá en Mar del Plata y hay dos prófugos. Uno tuvo mellizos con su esposa y el otro es el hermano del que asesinó en 39 y 142 hace poco a una persona e hirió a una criaturita y a un señor”, describió Panebianco.
A seis años de lo ocurrido, los mismos seis que lleva la ONG de la cual es miembro, su familia se encuentra “disuelta” y “desecha”. “Yo me siento mal, muy mal porque hemos trabajado mucho para poder resolver el caso, y es muy triste que, en el caso de mi hijo, siendo policía, no se haya encontrado a los delincuentes que, uno de ellos estuvo yendo y viniendo para Mar del Plata”, añadió.
Panebianco no responsabiliza a la Justicia por lo ocurrido sino a la ineficacia de la Policía. “Si trabajaran este señor estaría detenido, pero no es así. Después de la muerte de un hijo no se puede salir adelante, y que se haga justicia, que este asesino esté preso, traería algo de tranquilidad para nuestra conciencia y para la memoria de Cristian”, concluyó.

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