domingo, 21 de marzo de 2010

EL GOBIERNO Y SU OFICIO EN EL MANEJO DEL PODER

* Jose Luis Ponsico




Las elecciones legislativas del 28 de junio pusieron al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en un marcado retroceso con relación a la sociedad. La derrota electoral fue la consecuencia, se piensa, del largo conflicto con el campo el año anterior. Sin embargo, el conglomerado opositor sólo apuntó a ganar espacio en el Congreso.

En ocho meses los distintos referentes opositores, desde Francisco De Narváez, uno de los ganadores en el difícil territorio bonaerense en junio pasado, pasando por Mauricio Macri, jefe de gobierno metropolitano -otro terreno complicado- y hasta Carlos Reutemann en Santa Fe como
Felipe Solá por su distrito, no capitalizaron el triunfo.

La controvertida Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, con inusitada difusión mediática en el monopolio que controla el Grupo "Clarín" -permanentemente en los programas políticos con ácidas críticas al gobierno de Cristina- tampoco estableció un claro repunte en las encuestas de opinión. "Ella obra como virtual "Fiscal de la Política", dice el jefe de Gabinete de ministros Aníbal Fernández, decidido a contestar las severas acusaciones de la chaqueña que fue funcionaria del gobierno del general An-
tonio Serrano en su provincia plena dictadu-
ra militar. Los jefes radicales Gerardo Morales y Ernesto Sanz no pudieron resolver la disgregación existente en la Cámara alta. Ellos, que en enero se mostraron cerca de Martín Redrado, fueron de los primeros en oponerse a la utilización del dinero de las reservas del Tesoro. Dos meses después quedaron enredados en la madeja de los vaivenes del Senado; la falta de quorum -los movimientos indescifrables del ex Presidente de la Nación, Carlos Menem- viejas diferencias con Julio Cobos y desconfianzas con otros opositores. El "caso Latorre" -que votó con el oficia-lismo- fue otra sorpresa. La propia Carrió deslizó "prebendas" del gobierno nacional hacia la ex aliada de Reutemann en el Senado. Los radicales sugirieron que el des-pacho "de la santafesina en los días previos parecía un lugar de reparto de empleos públicos", trascendió. Sanz, ex intendente de San Rafael en el´99, de repente se encontró con "el avance" de una vieja imputación por "Créditos productivos" en la atractiva ciudad del sur de la provincia. El actual titular de la UCR. se mostró "sorprendido" por la oportunidad. Algo parecido le ocurrió a la jueza María José Sarmiento y el juicio a su padre por represor durante la dictadura militar. La ma-
gistrada produjo un fallo judicial en enero que desairó al gobierno y por entonces le dió "aire" a Martín Redrado, ex "Chico 10" de Bernardo Neustadt en pleno régimen militar. El ex coronel Luis Sarmiento era un oficial de "Inteli-gencia" en el Ejército, 1971. Contemporáneo de algunos integrantes de la ca-mada de virtuales responsables del genocidio como el ex Presidente Leopoldo Galtieri, el ex ministro del Interior, Albano Harguindeguy y Jorge Carlos Olivera Rovere, entre tristemente célebres. La jueza produjo el fallo en contra del Fondo Especial del Bicentenario y también se pronunció en contra de la remoción de Redrado, como titular del Banco Central hace dos meses. Su padre -ahora octogenario que padece "Mal del Alzheimer"- ya estaba acusado por "crímenes de lesa humanidad" en 2008. De pronto, los´70, la tragedia Política que fue de los atentados por la guerrilla urbana a la represión más criminal de la historia, se reprodujo en imágenes televisivas con a-quellos protagonistas 35 años después. Fue Juan Bautista Yofre el que acusó al abogado Eduardo Luis Duhalde de "defensor de terroristas del ERP" Yofre, ex titular de la SIDE en tiempos de Carlos Menem, mantiene viejas diferencias con varios funcionarios actuales del gobierno nacional que hace tres décadas expresa-ban las posiciones del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) y la organización Mon-toneros. Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos, es uno de ellos. El represor Sarmiento debía ser trasladado a Misiones por las acusaciones que le imputan de sus brutales ejercicios como "el mago" de la picana eléctrica en Rosario, 1971 y Tucumán tiempos del temido general Antonio Bussi. La enfermedad de Sarmiento evitó el traslado. Su hija dice que "la causa se reactivó por su fallo en enero último". El gobierno señala que el expediente data de dos años. Algo no se discute: el ex oficial del Ejército fue un genocida en los´70. Ahora, la discusión parece ser otra. Entretanto, el libro de Luis Majul ("El dueño") referido a la vida personal y política del ex Presidente de la Nación, Néstor Kirchner, que tuvo algún suceso en el verano, tiene un correlato en la periodista Gabriela Cerruti, ex "Página 12" pero apuntando a otro actor de la política: Mauricio Macri. Lo muestra como "El pibe" El planteo no anda con vueltas: "Con Macri la derecha tiene por primera vez desde los milicos que puede llegar a ser Presidente de la Nación". Cerruti en los´90 publicó "El jefe" donde ponía al descubierto "la cocina" menemista. Antes, 1989, plena campaña Presidencial, ella con apenas 22 años "cubría" los actos de Carlos Menem. El libro fue un éxito en 1992. Esta vez la periodista llegó a ocupar un cargo en el go-bierno de la Ciudad, llevada hace tres años y medio por Jorge Telerman, fugaz jefe Co-munal tras la caída de Aníbal Ibarra. El 2006 fue signado por las repercusiones de la tra-gedia del boliche "Crogmanón". El pliego de los DNU (Decretos de Necesidad y Urgencia) y la remoción o no de Marcó del Pont puso una vez más enevidencia las dificultades preexistente de lo difícil que es negociar "sin paralizar" al Se-nado. Una vez más la Iglesia llamó a "dejar de lado todo tipo de violencia política" en la audiencia concedida por Cristina Fernández de Kirchner -después de mucho tiempo- monseñor Jorge Bergoglio aludió a la "falta de amistad social" que exhibe, hoy, la Argentina. El escritor Hugo Vezzetti en su último libro ("Sobre la violencia revolucionaria") y el análisis de las organizaciones guerrilleras de los´70, dejó un pensamiento interesante: "A diferencia de los Tupamaros la guerrilla argentina no supo cómo insertarse en la Sociedad cuando la vuelta de la democra-cia", dice. "Es difícil imaginar, hoy, a algún jefe guerrillero de los 70 participando en la Política nacional y que pueda, como José Mujica, encarnar un proyecto político Presidencial", añade. "Los nuestros no tienen autocrítica", concluye Vezzetti.

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