PULTI COMO UN CONVIDADO DE PIEDRA

* Jorge Gomez
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Cristina entre el luto y la política.La inauguración de la autopista Santa Clara del Mar – Mar del Plata, dejó lectura políticas ineludibles de la bifurcación de intenciones de cara al 2011. El gran damnificado fue Gustavo Pulti.En término de votos el intendente de General Pueyrredón, sufrió la mayor de las ninguneadas, pero estoico se lo pudo identificar a otro gran ausente en los discursos, el gobernador Daniel Scioli, que la pasó peor que Pulti.
El intendente de Mar Chiquita Jorge Paredi, hizo sentir la localía, sobre la cual edificó el eje de su discurso “Néstor nos pidió a todos los intendentes que lo llamáramos a Olivos cada vez que necesitáramos algo”. Paredi quebrado por el recuerdo el ex presidente Néstor Carlos Kircher, cuyas palabras emocionaron hasta las lágrimas a Cristina Fernández deKirchner, “yo sabía que me iban a hacer llorar, y se los dije en el helicóptero a quienes me acompañaban”.
La teleconferencia con Villa Gessell (con el ministro de Planeamiento arquitecto Julio de Vido y el intendente de esa ciudad Jorge Rodríguez Erneta) opacó totalmente la presencia del intendente de General Pueyrredón Gustavo Pulti, quien se vio sometido a un secundario segundo plano de la ciudad con 400.000 votantes – equivalente al 50 % del padrón de la Quinta Sección Electoral).
Paredi le ofreció a CFK un escenario que le suele brindar Mario Ishi en el Partido de Malvinas Argentina, y ofrece además un poco transparente acceso a la intendencia de Mar Chiquita, en el cual no se descarta el concurso del fraude electoral.
“No funciona el alumbrado público de la autovía recién inaugurada – dijo un cronista que cubrió el acto, cuando volvía a Mar del Plata- y tampoco recorrió la obra” otro detalle que no pasó desapercibido.
Si estuvo presente todo el cotillón y el folclore del P.J “Somos argentinos, argentinos y soldados del pingüino” se entonaba en una carpa montada que quedó reducida al 66 % cuando la presidenta de la Nación terminaba su discurso, ante una concurrencia de abrumadora mayoría marplatense, con organizaciones sociales y dirigentes que ocuparon la primera fila del acto.
Cristina apeló a la fibra más íntima, recostada en el recuerdo íntimo de su compañero. “Él quería estar en este momento y se lo recordó al hincha de Boca (por Paredi que va por la presidencia del Club de la Ribera), diciéndole de su pasión por Racing” así la presidenta minuto a minuto hacía saber su estado de duelo personal y político.
Quienes conocen la interna de Mar Chiquita, hacen saber que Paredi y sus antecedentes, guardan una cautelosa prevención, que no desconoce el gobernador Daniel Scioli, un aliado político de Gustavo Pulti, y ambos balconean cómo se desata la interna en el seno del Frente Para La Victoria, en el nuevo escenario luego de la desaparición física del ex presidente Néstor Kirchner, que detentaba el poder real del espacio político.
El dato elocuente es que este tipo de obras: Construir una sola mano de 10 kilómetros de ruta el resto estaba hecho (profusamente difundido errónea – e intencionadamente - en el Programa Futbol Para todos), iluminarla (sin que las lámparas enciendan) y mal señalizada vertical y horizontalmente, fue un acto fallido de quienes mal asesoran a la señora presidenta.
En su discurso Cristina, no dio señales del duro golpe que acaba de sufrir su gestión política. La creación de un Ministerio de Seguridad (ignorado hasta el momento) y cómo la crisis de Soldatti y Villa Lugano, se devoró a tres de sus ministros Fernández (Aníbal), Julio Alak y Florencio Randazzo (con el único con que se lo vio dialogar a Pulti).
Para CFK sólo existieron, además de una acotada demostración popular, los números de la macroeconomía, crecimiento industrial, altas de la matrícula de educación secundaria, por la asignación universal por hijo, “y la Argentina que muchos no quieren ver”, quizás en el más Craso error, que ella pueda creer, sin reparar en los principios de la democracia, de los derechos ciudadanos y la igualdad de las oportunidades.