jueves, 26 de enero de 2012

CRONICAS DEL VERANO: DANIEL WILLINGTON; DE VELEZ CON GALERA Y BASTON

Por Jose Luis Ponsico
para Agencia Periodistica de Buenos Aires


Nacido en Santa Fe, en septiembre del ´42, pero de indudable origen cordobés si de fútbol se trata. Llegó a Vélez Sarsfield en el ´61. Tenía 19 años y enseguida deslumbró. Estampa de torero (1,85 de estatura, espigado). El mítico José Amalfitani lo inscribió en un colegio nocturno, para que completara la pimaria. Con fama de vago, Willington en la primavera del ´62 era llevado a la selección nacional por Néstor Rossi, en un amistoso contra Uruguay por la Copa Newton, en el Monumental de River. Esa tarde también debutó César Luis Menotti en un seleccionado pretendidamente renovado, luego de la frustración en el Mundial de Chile, junio ´62.
Como la mayoría de los clubes de fútbol con fuerte arraigo en una barriada de Buenos Aires, a principios del siglo XX, Vélez Sarsfield fundado, el 1º de enero de 1910 -la V cumple 102 años- por un grupo de amigos de Villa Luro, tuvo primera y gran fama con el legendario Fortín de Villa Luro. El estadio donde se hacía imbatible.
Una curiosidad: el club debe su nombre al célebre jurista cordobés Dalmacio Vélez Sarsfield. Personalidad jurídica de mediados del siglo XIX. Autor del Código Civil. La fama de Willington lo llevó a que la gente lo idolatraba. Una tarde de consagración en el viejo Gasómetro, en diciembre del ´68, se cantó: “Y ya lo ve, y ya lo ve, es el famoso cordobés”.
Enfrente caía Racing Club de Avellaneda, que venía de ganar todo con la batuta de Juan José Pizzuti y el canto propio de la Academia: “Y ya lo ve… y ya lo ve… es el equipo de José”. Vélez empató con River en la primera de las finales -polémica mano del santiagueño Luis Gregorio Gallo no sancionada por el árbitro Guillermo Nimo-, para superar a Racing 4 a 2.
En la despedida de otro grande: Humberto Dionisio Maschio, autor de un golazo. Ese año Ermindo Onega, el otro crack de los ´60 se iba de River. En el ´65 Pelé había destacado a Willington y a Onega como los dos mejores futbolistas de la Argentina.
Vélez alcanzó prestigio en los ´40 como entidad futbolera, donde abrevaron jugadores de gran trayectoria. Un símbolo de esa época, Victorio Spinetto, 5 capitán; a los 50 era el DT indiscutido de la Primera, y entre 1959 y 60, también de la selección nacional. Un caudillo por temperamento y atributos de aguerrido.
A diferencia de Willington, habilidoso, encarador y con gran pegada, que por su condición de “combativo” marcó a fuego su paso por el equipo de la V azulada. “El Daniel” como lo llamaron durante toda una década fue lo contrario. Elegante, cabeza levantada, manejo exquisito. Hoy, Juan Román Riquelme.
Aún lamentando algún descenso a la Primera B, Vélez Sarsfield fue uno de los clubes de mayor progreso en los ´50. La extraordinaria visión de su dirigente emblemático, José Amalfitani, que permitió al Fortín, como lo llamaban hace 70 años, transformar su imagen de club de barrio a lo que es hoy.
Amalfitani, fallecido hace 41 años, vivió veinte años de dedicación constante a “su club” y logró los cambios estructurales: el estadio, la sede, pero especialmente el crecimiento social. Vélez fue el primer club de la Argentina en contar con una Universidad. Pero Daniel era como un hijo. Más de 80 goles inolvidables, casi 300 partidos.
Don Pepe como se lo conocía, vivió con deudas y murió con su casa hipotecada. Algo inédito para la realidad de hoy en la Argentina de (algunos) dirigentes ricos y (varios) clubes con deudas. En el orden futbolístico Vélez ya era el sexto “grande”, cuando en el ´53 disputó el campeonato que ganó River, en partido accidentado.
Desde Ernesto Sansone, Norberto Conde, Juan José Ferraro -tres integrantes de la selección nacional en distintos años- Osvaldo Zubeldía y Juan Carlos Mendiburu, en el ´53, pasando por los años de Daniel Willington -los´60-, hasta llegar al período del primer Vélez campeón, Nacional de 1968.
En la historia grande quedaron José Miguel Marín, Iselín Santos Ovejero, Luis María Atela, Luis Gregorio Gallo, José Solórzano, Roberto Moreyra – fallecido trágicamente-, Eduardo Zóttola, José Luis Luna, Alberto Ríos, Omar Whebe, Willington y Mario Nogara. Antes Juan Carlos Carone y después el 9 goleador, Carlos Bianchi.
El celebrado técnico en los´90, ganando todo con la V y más tarde con Boca, un pibe de 19 años, luego el artillero histórico del club en dos celebrados ciclos de Vélez, aunque sin ganar el torneo del ´71, cuando Bianchi convirtió 36 goles. En el ´72 Willington jugó poco en Huracán, llevado por Oscar (Ringo) Bonavena.
Ya grande, tuvo un paso por Instituto de Córdoba donde se juntó -nada menos- con Osvaldo Ardiles y un grandote lleno de habilidad y potencia, zurdo y goleador, Mario Alberto Kempes. Allí, Willington aportaba su pegada y “la siesta” cordobesa, cuando jugaba lejos del arco rival y era blanco de las bromas en La Docta.
En una transición como DT de la V, Willington produjo su último hallazgo: en el ´88 puso en Primera a un bisoño Diego Pablo Simeone, mediocampista por derecha. Un 8 clásico. El Cholo tenía 17 años.

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