miércoles, 2 de mayo de 2012

PERTENECER O ADHERIR NO ES LA CUESTION, SINO SUMAR

por Gerardo Gómez Muñoz
para el Diario La Capital de MDP




En tiempos preelectorales los arquitectos de la costosa campaña para instalar a Carlos Cheppi y a la vez ungirlo como reemplazante de Gustavo Pulti idearon un dilema semántico con centro de su prédica: "Pertenecer no es adherir". El pueblo no hecho para tantas sutilezas "a la hora de los bifes" dobló en votos a la reelección del que conocía. Lo peor fue que no hubo de parte de Cristina ni la más mínima señal de que ese dilema moviera sus preferencias hacia uno u otro lado, estando desde siempre la convicción -a fuerza de hechos- de que el gobierno nacional como el provincial apoyaban la gestión de Pulti, sin discusión como a uno de los preferidos. Los que presumían de "pertenecer" no tuvieron a lo largo de todo el proceso ni el menor signo de cariño preferencial. El 27 de abril se vivió en Vélez Sarsfield un acto de gran significado porque fue el de apoyo irrestricto del liderazgo de la presidenta como conductora del modelo nacional y popular ante una apabullante multitud. Rodeaban a la presidenta centenares de dirigentes de diversos partidos que forman parte de él, funcionarios y diversas personalidades invitadas. Entre ellas estaba el intendente de Mar del Plata sin distinción para nadie de "pertenecer" o "adherir", sólo contaba el "sumar", como cuadra en toda concepción de un frente de todas fuerzas coincidentes en un modelo y en su liderazgo. No se trataba de un acto oficial institucional o de gobierno. Así lo tomó Pulti que, entusiasmado declaró "se vivió una fiesta popular que demuestra que estamos firmemente detrás del liderazgo de la presidenta". Lo hizo saber a través de la gacetilla de prensa municipal distribuida rápidamente. Su ubicación tampoco era "cualumque" estaba sentado al lado de un viejo amigo introductor muchas veces de sus inquietudes y puente oportuno ante Olivos y la Rosada, el diputado nacional más cercano desde siempre a los Kirchner, Carlos Kunkel. También esta foto fue diligentemente distribuida en gacetillas municipales. En clima ya abiertamente coincidente y festivo hubo una foto con los dedos abiertos en la "V" de la victoria con la diputada Adela Segarra, una de los tres "referentes" -¿seguirá vigente?-, dirigente que propugna que no tiene sentido una guerra internista con quien gobierna con manifiesto apoyo presidencial. No es prematuro sacar conclusiones políticas para el escenario marplatense y Pulti así lo ha considerado si tanta preocupación mostró para que esta vez se conocieran sus pasos. También desde las plateas lejanas de los "pertenecientes" y nerviosos aspirantes como Pablo Vacante y el jefe de campaña Diego Garciarena se vivió la trascendencia de estos episodios que podrían estar preanunciando distintos tiempos políticos.


El jefe de campaña

Pocas dudas pueden caber de que Diego Garciarena, denodado "alpinista" hecho en las trepadas de las sierras de su Balcarce natal, ha escalado ya a la altura de conductor político de la carrera de Cheppi como antes ya fue jefe de la fracasada campaña electoral. Con una rapidez meteórica advirtió la resonancia mediática y política que estos episodios del viernes aportan para las posibilidades futuras del jefe comunal. Más ambicioso que inteligente, porque no advierte que sus trepadas constantes alertan a muchos que no toleran tanta desesperada ambición, salió con declaraciones periodísticas preocupado por disimular el vacío del lejano Cheppi. Sin tapujos informó que su pupilo será el intendente en el 2015 y que Pulti es cada día peor intendente. Mucho más que cartelerías anónimas le serán necesarias para lograr su cometido que no es otro que convertirse en jefe político de la ciudad. Asistencia publicitaria y sponsor ya juegan a favor, pero llegar a senador provincial dejando en el camino a meritorios y antiguos militantes y luego poner el intendente no es un juego que con sólo el aprendizaje de las trepadas juveniles a las sierras balcarceñas, se consigue. Posiblemente le sea más necesaria que esta habilidad, las de trenzador y tranzador político adquirida en las lides de Franja Morada y de la UCR donde lució a gran altura hasta hace no más de 5 años.
No hubo renovación
Con bombos y platillos se anunció una nueva visita de Francisco de Narváez para procurar recomponer y renovar fuerzas luego del duro golpe que significó el pase de la senadora Cristina Di Rado a las filas del kirchnerismo. Quien fue señalado como promotor-acompañante fue el ex ladero de Eduardo Duhalde, Osvaldo, pero muchos de los que concurrieron se encontraron con una sorpresa impensada. Quienes aparecían como los dueños de la pelota eran Jorge Godoy, Claudia Bello, Rudy Beltrán, Eduardo Lossa y otros virtuales parias de la política actual. Otros sectores "denarvaístas" como el encabezado por Leandro Grasso optaron por no concurrir al no sentirse representados ni siquiera cómodos ante los convocantes. Tampoco se advirtió la participación de gente cercana a Esteban Pérez, candidato a diputado provincial en las últimas elecciones. Por otra parte cabe señalar que Godoy y Bello participaron en los comicios de octubre junto a Luis Barrionuevo en las filas de Eduardo Duhalde.
Disimulando crisis
El radicalismo local intensifica los ataques a la gestión del intendente tratando de mostrar militancia local que tape un poco los rebotes de la nueva crisis partidaria nacional. "No es tanta la crisis" dice a su vez Ricardo Alfonsín mientras se espera la sesión de Diputados para ver a cuántos arrastra consigo el insurrecto cordobés Oscar "el milico" Aguad que se niega a votar la aprobación a la recuperación de la soberanía en YPF. En rigor sólo el incansable Morena es quien revela alguna actividad y ahora para pegarle a Pulti. Mario Rodríguez pide declarar el estado de emergencia educativa por el mal estado de edificios escolares tanto municipales como provinciales y Tato Serebrinsky salió con una originalidad: "Pulti no genera afecto societario con los marplatenses"... No se lo ve en los cafés, no conversa con la gente, no les la mano a los vecinos...


1 comentario:

Anónimo dijo...

El desgaste de la gestión hará con Pulti lo que Graciarena no puede hacer.