miércoles, 5 de agosto de 2015

RIVER PLATE LUEGO DE 19 AÑOS SE CONSAGRO CAMPEON DE AMERICA

Por Juan Miguel Alvarez
Desde Buenos Aires
De rodillas. Con lágrimas en los ojos. Los brazos indicando el cielo. Fundidos en un apretón. Corriendo todos juntos bajo la lluvia. Formando una ronda que graficó la unión de este equipo. River es campeón de la Copa Libertadores 2015.
Los hinchas se estremecen. Por felicidad propia y la de sus viejos, hijos, abuelos o amigos del alma. Por los que los llevaron a amar esos colores y hoy no están. Por aquellos que vieron al club lleno de gloria y por los que ardieron cuando estuvo en el infierno. Ya pasó. Hoy River es el mejor de América.
Fue una noche eterna. Casi 70.000 hinchas protagonizaron la fiesta, colmada de color y pasión en el Monumental. Y millones lo disfrutaron por la TV y salieron a descargar sus emociones en las calles de todo el país.
Dentro de la cancha hubo jugadores dispuestos a poner a River en la cima para cerrar definitivamente la herida de otrora. Con personalidad y fútbol. Como en toda la Copa. Así, el equipo de Marcelo Gallardo se deshizo de Tigres de México, un poderoso rival que con una suculenta billetera llegó hasta la orilla, pero anoche careció de hambre de gloria para dar el último paso.
Después del 0 a 0 en Monterrey, River salió convencido de sus ideas y decidido a no desaprovechar la oportunidad ante su gente. Goleó 3 a 0 y se coronó campeón de la Libertadores 19 años después de la última vez.
Sobró actitud
Si alguien pensó que el espectacular recibimiento podía ser contraproducente se equivocó. River salió con más energía que nunca. No se amilanó ante la necesidad de ser protagonista y presionó en todo el campo, sin dejarle tiempo ni espacio al rival para hacerse fuerte. Leonardo Ponzio contagió esa enjundia y los marcadores de punta estuvieron atentos para anticipar e impedir el crecimiento visitante por los costados. Pero más allá del remate cruzado de Cavenaghi a los 55?? y los envíos aéreos de pelota quieta (Tigres cometió muchas faltas en su campo y recibió cuatro amarillas en 24?), River no llegó a fondo producto de las imprecisiones.
Al contrario, Tigres pasó el asedio inicial y no necesitó la tenencia de la pelota ni el dominio territorial para generar situaciones claras. La primera fue por un error de Ramiro Funes Mori, quien recepcionó mal y después dudó en atacar o no la pelota, permitiendo la pared de los delanteros visitantes, pero después el mellizo se reivindicó en el cruce frente a Sobis. Más tarde Jürgen Damm pasó a toda velocidad por derecha en una réplica, frenó de golpe para que pase de largo un defensor, pero su toque al centro no fue conectado bien por Gignac.
River apretaba sobre campo rival sin profundizar, hasta que llegó al gol sobre el cierre de la primera mitad. Ponzio abrió a la izquierda para Vangioni, quien aceleró por afuera para dejar el primer marcador en el camino, enganchó hacia adentro para eludir al segunda y después metió un centro con potencia y ?rosca? perfecta; Lucas Alario se anticipó y cabeceó entre el primer palo y el arquero. Golazo y explosión en el Monumental.
Pura efectividad
El segundo tiempo se jugó bajo una lluvia torrencial. A los jugadores les costó mucho afirmarse en el campo y se apostó más al error rival que a la virtud propia para avanzar. En ese contexto, ahora el que se paró más adelante fue el conjunto mexicano. Pero Tigres tampoco fue como una tromba para adelante. Más allá de un remate de primera elevado de Gignac y algún remate de media distancia, el conjunto de Ferretti llegó con real peligro recién sobre los 23?. Fue tras otra buena maniobra de Damm, quien ahora picó la pelota al segundo palo tras el desborde, aunque Javier Aquino desperdició su cabezazo en soledad.
Encima, después el propio volante exterior mexicano se llevó puesto de atrás a Carlos Sánchez y el árbitro sancionó el penal. El uruguayo, como ante Boca, agarró enseguida la pelota y se hizo cargo de la ejecución a los 29?. Esta vez le pegó arriba a la izquierda de un Guzmán que ni siquiera salió en la foto.
River no tardó de dar el golpe de nocaut. Porque cuatro minutos más tarde, tras un córner, Funes Mori se elevó y metió un cabezazo impecable que terminó en la red.
Por las apariciones claves de Barovero. La prestancia de los centrales. La frescura de Vangioni para jugar la final. Y de Mayada, que entró como si fuera titular indiscutido. Por los ?huevos? de Sánchez. La inteligencia y claridad de Kranevitter. La entrega y jerarquía de Ponzio. Por Alario, quien se disfrazó de Crespo. Pero también por Cavenaghi, que no hizo el gol soñado pero entendió su rol en el equipo. Por los que formaron parte más allá de no estar ahora. Y por los que llegaron a último momento. Por Gallardo, el refundador. Por la seria y locuaz dirigencia. Por sus hinchas. River es campeón de América.
La síntesis
River 3
Barovero (6); Mayada (7), Jonatan Maidana (6), Ramiro Funes Mori (7) y Vangioni (8); Carlos Sánchez (6), Kranevitter (7), Ponzio (8) y Bertolo (5); Alario (7) y Cavenaghi (5). DT: Marcelo Gallardo.
Tigres 0
Nahuel Guzmán (5); Israel Jiménez (5), Juninho (5), José Rivas (5) y Jorge Torres Nilo (5); Jürgen Damm (6), Guido Pizarro (5), Egidio Arévalo Ríos (5) y Javier Aquino (5); Rafael Sobis (4) y Andre Gignac (4). DT: Ricardo Ferretti.
Goles: en el primer tiempo, 44? Alario; en el segundo tiempo, 29? Carlos Sánchez, de penal, y 33? Funes Mori.
Cambios: en el segundo tiempo, 19 Dueñas por Arévalo Ríos, 23? Driussi por Alario, 31? Pisculichi por Cavenaghi y Guerrón por Jiménez y 36? Luis González por Kranevitter,

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