lunes, 7 de mayo de 2018

7 DE MAYO DE 1919. ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE EVITA, LA ABANDERADA DE LOS HUMILDES









El 7 de mayo de 1919 nació en Los Toldos, provincia de Buenos Aires,  la quinta hija de Juana Ibarguren y Juan Duarte a la que bautizaron en la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, de General Viamonte, el 21 de noviembre del mismo año con el nombre de María Eva.
El destino de esta niña la llevó a ocupar un lugar en los corazones de los más humildes y en el de Juan Domingo Perón, su esposo a quien tanto amó.
Desde su pueblo natal, llegó a Buenos Aires cargando sus sueños de actriz y conoció al coronel Perón en un Festival organizado para recaudar fondos para los damnificados por el terremoto de San Juan, en enero de 1944. Jamás se separarían hasta su muerte prematura a los 33 años.
El 17 de octubre de 1951, cuando Evita recibió de manos del general Perón, la Gran Medalla Peronista en Grado Extraordinario, estaba muy pálida  y había saludado al pueblo reunido en la Plaza de Mayo sostenida por Perón. Después de recibir la medalla, se fundieron en un largo abrazo y al verla tan emocionada, al comprender que no podía hablar, Perón tomó el micrófono y dijo :
         “Nunca podría haberse resuelto un homenaje más  justiciero, más hondo y más honorable que esta dedicación del 17 de octubre a Eva Perón. Ella no sólo es la guía y la abanderada de nuestro movimiento, sino que también es su alma y su ejemplo. Por eso, como jefe de este Movimiento Peronista, hago pública mi gratitud y mi profundo agradecimiento a esta mujer incomparable de todas las horas.” (“…”)
         “Ella durante estos seis años, me ha mantenido informado al día de las inquietudes del pueblo argentino. Ese maravilloso contacto de todos los días en la Secretaría de Trabajo y Previsión, donde ha dejado jirones de su vida y de su salud, ha sido en holocausto a nuestro pueblo, porque a permitido que a pesar de mis duras tareas de gobierno, yo haya podido vivir todos los días un rato largo en presencia y contacto con el pueblo mismo.
         Aparte de todo ello, ella ha tenido con su tino maravilloso, la guarda de mis propias espaldas, confiadas en su inteligencia y su lealtad, que son las dos fuerzas más poderosas que rigen el destino y la historia de los hombres”.
Nuestro homenaje a la querida Evita, alma de la revolución, llama de la pasión peronista, compañera del General hasta el último momento de su breve vida.

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