*Por Juan Manuel Rapacioli
Cuando este año, desde por aquí empezamos a hablar sobre la situación del peronismo local, en soledad y mucho tiempo antes de que se llamara a elecciones internas en la Provincia de Buenas Aires, advertíamos que no eran pocas las voces que reclamaban un cambio, y que sólo faltaba poner el día y la hora para sentarse a debatir, no cargos, sino ideas, propuestas y por sobre todas las cosas definir qué Partido Justicialista queremos para Mar del Plata.
Es así que con el correr de los días se iban sumando a la discusión compañeros de las más diversas líneas y extracción social, quienes con recuperada alegría militante y como meta el fortalecimiento y la representación de los ideales del General Juan Domingo Perón, iban delineando las bases para conseguir recuperar los votos perdidos en las últimas elecciones, la representación del Justicialismo en el Concejo Deliberante local, al partido como instrumento y como un espacio abierto para la contención de los compañeros, prestando especial atención en la Justicia Social. En otro lugar de la ciudad, los responsables de la desmovilización del pueblo peronista, por dejadez y desidia, que hasta han cerrado el partido por vacaciones, argumentando una pseudo unidad, se repartían cargos, una vez más. Varias fueron las señales que marcaban el crecimiento de este grupo de militantes. La organización del acto del 17 de octubre fue una de ellas. Como hacía muchos años no se veía en Mar del Plata, se dieron cita en la esquina de Av. Luro y Mitre centenares de compañeros para escuchar al único orador, el general Juan Domingo Perón y entonar emocionados la marcha peronista; el subsuelo de patria seguía sublevado. E incluso se vieron contagiados otros sectores, que asistieron, como el de los jóvenes, que después decidieron guardar la bandera de la rebeldía, sucumbiendo al amparo del viejo aparato, encabezado por Juan Garivoto y secundado, nunca mejor expresado, por Adela Segarra, Daniel Rodríguez, el Gato Novero, sin dejar de resaltar en estos párrafos que también las aspiraciones a cargos, tanto de consejeros como de presidente, de Pablo Vacante y Fernando Gutierrez, quedaron en el camino, sólo por no ponerse de acuerdo en la repartija de lugares.Otro hecho significativo y que demostraba que se había logrado consensuar la unidad de trabajo en pos de recuperar el Partido Justicialista de nuestra ciudad para que esté al servicio de todo el pueblo peronista de Mar del Plata, fue la conferencia de prensa en la que se presentó la Lista 33 Nueva Dirigencia Peronista, que llevaba como candidato a Presidente a Miguel “Colo” Brown. Los que asistimos asiduamente a este tipo de actos, sabemos que convocar a casi un centenar de personas en una conferencia de prensa en la que se lanza una lista de un partido político no es algo habitual, menos aún en Mar del Plata si pertenece al justicialismo. Y esto es lo que ocurrió en el café ubicado en la Diagonal Pueyrredon, dando una clara muestra de que ahí estaba la unidad, ya que muchos y diversos eran los sectores que allí se encontraban representados. Hecho éste que asombró a algunos y preocupó a otros.Es así que en la fecha y hora en la que el Cronograma Electoral establecía como límite para la presentación de listas se llevó ante la Junta Electoral la Lista 33 “Nueva Dirigencia Peronista”, que encabezaba Miguel “Colo” Brown como candidato a Presidente del PJ local. Varias horas más tarde, y gracias a sendas prórrogas estipuladas de madrugada, gozando del privilegio de ser armada por Juan Garivoto, quien integraba la Junta encargada de recibirlas, se presentó la Lista 2 “Peronismo para la Victoria”, llevando como candidato a Presidente al felipista (pertenencia que hoy ratifica) Juan Domingo Novero.“Huele a peligro” dice una canción popular, y la Lista 33, olía a peligro. Peligro para los que pretendían perpetuidad en el mando del justicialismo marplatense. Peligro para los que sabían que su liderazgo es ficticio y que la militancia ya no los sigue, aunque algunos, sólo a cambio de algo, actúen un rato de eso. Peligro de arriesgarse a que unos cuantos “le cobren al patrón pero voten al Colo Brown”.Es así que Juan Garivoto echó mano a la lapicera que el poder le otorga, un poder que le ha sido muy beneficioso, pero no así al peronismo en su conjunto, para inhabilitar la Lista 33 “Nueva Dirigencia Peronista” y una vez más logró la proscripción en el peronismo y sacar de la cancha a lo que olía a peligro.El 30 de noviembre se llevó a cabo la NO Interna del Partido Justicialista local, en la que la Uni Lista 2, sin contendores, pero demostrando dotes de “dibujantes”, ungió a Juan Domingo “Gato” Novero como presidente.Hace unos días la reconocida Consultora Ayala & Asociados dio a conocer una encuesta llevada a cabo en esta ciudad a requerimiento de la Lista 33. Este trabajo por muestreo, en el que se contactaron para tal fin a 666 afiliados de distintos lugares de Mar del Plata que constaban en el Padrón Electoral, determinaba las expectativas electorales con respecto a las elecciones internas del PJ. En tal sentido se estimó que la posibilidad de votos de la Lista 33 mostraba un techo de 4515 votos y un piso de 3078 votos, en tanto la Lista oficialista mostró una adhesión de 8.7%, lo cual la ubicaría en el orden de los 2512 votos de máxima y 1703 de mínima. También se encontraron en la muestra con un 12.3% de afiliados fallecidos.Para los integrantes de la Lista 33, los resultados de la Consultora Ayala no es una sorpresa, es sólo ver reflejado lo que veníamos ratificando desde que empezamos a construir ese espacio. En lo más íntimo, para Garivoto y compañía tampoco debe haber sido una sorpresa. La encuesta y la escasa convocatoria al acto eleccionario (la real no la que nos contaron), confirmaba que había sido acertado, siempre a su acostumbrado criterio, lo hecho para proscribirlos.El sábado 13 de diciembre, bajo la consigna “Faltan 1400 días” (o menos), casi medio millar de peronistas pertenecientes a distintas agrupaciones, hoy reunidas formalmente en la Unidad de Militantes Peronistas (UMP), festejamos cenando en el camping de SMATA.Muchos eran los motivos que allí nos reunían. La alegría de haber recuperado la militancia, la confirmación de que mientras los mismos de siempre se quedarán cuatro años más con el partido nosotros nos quedamos con el peronismo, la ratificación de que la verdadera unidad estaba allí, fueron algunos.Una cena de fin de año, en la que no era necesario demostrar nada más de los que allí se veía, que la familia peronista sigue comprometida para seguir trabajando los 1400 días que faltan para recuperar el partido, sin tener que poner en marcha aparato alguno, sin necesidad de ser llevados en micros, y además pagando cada uno de los compañeros el valor de la entrada. Obviamente se cantó la marcha y fueron sus oradores Miguel “Colo” Brown y Mariel Palmas.Las voces que resonaban en esta verdadera fiesta concluían en la frase “con razón nos proscribieron”.
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