*Eduardo Cao
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Pasan cosas en el país. Pasan siempre, no sólo en épocas electorales. En general, se trata de situaciones de coyuntura que alguna vez a un sector, otra a otro, y así en forma sucesiva, por desgracia alientan la desorientación de los argentinos.¿Pueden cambiar esos vaivenes después del 28 de junio? Tal vez sí, tal vez no. ¿Depende del voto? La respuesta es sencilla: no. Depende de si nosotros,los que por ahora sólo habitamos este país, cambiamos de categoría y pasamos de una vez por todas a ser ciudadanos. Las instituciones republicanas nos reclaman ésta y otras actitudes.En primer lugar, exijamos propuestas, pero en serio, no enunciaciones que sólo nos digan: “somos mejores que ellos”. Experiencias tenemos. Demasiadas.En segunda instancia, exijamos respeto a nuestra voluntad de vivir en un país más sólido en el presente y en el futuro. La historia indica que no lo hicimos antes y así nos fue.Volvamos al ahora y analicemos (ustedes y yo), sobre lo que ocurrirá muy cerca en el tiempo.¿Qué se elige el 28 de junio en la Provincia de Buenos Aires? Concejales, senadores o diputados provinciales por las respectivas secciones electorales (la de General Pueyrredon es la Quinta Sección y se eligen nuestrosrepresentantes para la Cámara Alta bonaerense) y diputados nacionales. Son los que legislan, los que hacen las leyes que nos cobijan a todos los habitantesde la Argentina.Hasta aquí, de una simpleza absoluta. Una síntesis primitiva de los viejos manuales de Instrucción Cívica. Casi una irreverencia a quienes lo saben. Pero, lo conocen todos?Se sabe que esos concejales, senadores o diputados provinciales, y diputados nacionales pueden ayudarnos, representándonos, en nuestra vida cotidiana para dar el paso que nos falta hacia la ciudadanía? A juzgar por los sondeos para el 28 de junio, la inmensa mayoría no lo sabe o no le da la importancia que debiera.Sí, en cambio, protesta por determinadas circunstancias. Por ejemplo, por las candidaturas testimoniales. Ilegítimas? Sin ninguna duda. Pero, un juez determinó que son legales. Fundamentó su fallo, con sus más o sus menos, discutible o aceptado, en que son todos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. El debate en la instancia superior, la Cámara Nacional Electoral, no lo modificaría en sustancia, aunque ya profundizó las exigencias para los llamados candidatos testimoniales. Cuando se pueda demostrar culpabilidades, habrán pasado seis meses de las elecciones del 28 y será cosa juzgada.Esto es en cuanto al oficialismo, aunque no en exclusividad. En forma paralela, aparecen en estas épocas electorales, causas judiciales, penales y tributarias, que involucran a opositores del poder central. Es, al menos sospechoso. Como es sospechoso también que aparezca un candidato, cabeza de lista, que está preso, imputado de delitos de lesa humanidad.Y en estos temas son algunos, sólo algunos, en el que nuestros representantes, legisladores nacionales y provinciales deberán trabajar a partir del 10 de diciembre, para evitar cualquier estafa a la voluntad popular. Nuestra tarea, la del ciudadano en serio, es exigirles que cambien las leyes que se desenvuelven en la nebulosa y permiten las interpretaciones más diversas. Para eso fueron elegidos por nuestro voto un día.Ocurre que ese día nos convertimos en ciudadanos y después esperamos que las soluciones vengan de los demás. Mientras, seguimos actuando como habitantes y protestamos. Nos agotamos en la protesta, hasta otro día, dos años más tarde. Siempre más tarde que temprano.
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