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El presidente electo, José Mujica, llegó el lunes a Buenos Aires acompañado por su esposa, Lucía Topolansky, para reunirse con la mandataria argentina, Cristina Fernández, con el objetivo de comenzar a discutir una serie de temas que ambos países tienen pendientes y que el futuro jefe de Estado desea poder resolver una vez que asuma la primera magistratura del país el próximo 1º de marzo. Lo deseable es que la negociación llegue a buen puerto.En su encuentro con la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, el mandatario electo, José Mujica, dejó establecida en la tarde del jueves una agenda de temas para comenzar a analizarlos a partir del 1º de marzo próximo cuando asuma la primera magistratura del país.Pese a tener una agenda complicada por la crisis interna que enfrenta en torno a la situación del Banco Central argentino y por la organización del envío de ayuda humanitaria a Haití, Fernández mantuvo una reunión de más de una hora con el mandatario electo, con quien acordó iniciar conversaciones en materia de integración bilateral en forma inmediata al inicio de su mandato.La integración energética, el tratamiento y cuidado conjunto del río Uruguay, el dragado del canal Martín García y el conflicto bilateral quedaron como temas a tratar por un grupo de negociadores que nombrarán ambas partes. “No pretendemos tocar el cielo con la mano de la noche a la mañana pero queremos tocar esos problemas. No tenemos ninguna solución en la mano. Tenemos la voluntad de luchar palmo a palmo para encontrar salidas y mejorar la relación entre los dos países”, afirmó Mujica en rueda de prensa al retirarse de la Casa Rosada acompañado de su esposa, Lucía Topolansky y del embajador uruguayo en Buenos Aires, Francisco Bustillo.En la mañana, horas antes de la reunión con la presidenta, Mujica había dejado en claro cuál es su postura en torno al conflicto por la planta papelera de la empresa finlandesa UPM (ex Botnia) al declarar en una radio local que es necesario “alejarnos de los chauvinismos nacionalistas y del patrioterismo barato como si fuera un conflicto nacional. Tenemos que tener delicadeza y paciencia”. También proclamó que el conflicto debe ser tratado “como un forúnculo, para que no se extienda y nos amargue la vida” y señaló que su objetivo no es terminar la situación con ganadores y perdedores porque “acá perdemos todos”.Sin embargo, el presidente electo dejó en claro que su intención no es abordar únicamente el ya dilatado conflicto bilateral, sino que su objetivo es buscar los puntos en común y avanzar en aspectos de integración aunque sin adoptar decisiones antes del cambio de mando. En ese sentido, Mujica fue muy cuidadoso ya que siempre dejó en claro que el diálogo con Fernández se dio en el marco del respeto que personalmente tiene a la decisión adoptada por el presidente Tabaré Vázquez de no negociar mientras se encuentre cortado el paso por el puente general San Martín, que une a la localidad argentina de Gualeguaychú con la ciudad uruguaya de Fray Bentos.Hecha esta aclaración, igualmente debe verse en forma positiva que el líder del Movimiento de Participación Popular ya esté trabajando para terminar con estos asuntos sobre los que se han gastado ríos de tinta y que son fundamentales para las buenas relaciones entre ambas naciones. Y además de levantar el corte, Mujica puso sobre la mesa la necesidad de lograr el apoyo argentino a la liberación de recursos del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (Focem) para extender la línea energética San Carlos-Candiota, dragar el río Uruguay de manera conjunta y el canal Martín García.Al margen de los resultados que pueda dejar este primer encuentro y lo que se pueda obtener en los próximos meses, cuando un gobierno inicia su gestión tiene un cierto período de crédito por parte de la opinión pública -que no es infinito-, por eso hace bien Mujica en tratar de aprovecharlo. El presidente electo mantiene desde hace tiempo una relación personal bastante cercana con la presidenta y su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner. Ese es un valor agregado que no se debe desechar y que en la vida de los hombres permite abrir muchas puertas.
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