* Jose Luis Jacobo
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La suerte está echada: el puerto de Mar del Plata ha perdido su carácter de puerto de porta contenedores, algo que llevó mucho tiempo, esfuerzo y dedicación conquistar.En ese sentido, la comunicación detallada vía email de ARGINFO@maersk.com fue clarísima: “Respecto a Mar del Plata, debido a las restricciones de calado que son de público conocimiento, nos vemos imposibilitados de seguir ofreciendo un servicio regular, teniendo una utilización del buque al 35% y sin posibilidad de transportar carga de importación en tránsito a otros puertos de la Patagonia o containers vacíos en tránsito a los puertos patagónicos para cubrir la demanda de la exportación de los mismos.
Dicho problema produjo que económicamente las escalas en el puerto de Mar del Plata de los últimos 24 meses fueran totalmente deficitarias. Por lo expuesto, la escala al puerto de Mar del Plata quedará suspendida hasta que no haya una mejora sustancial en la condición del Puerto que nos permita operar con total normalidad”.En sencillo: tantas mentiras, tanta desidia por parte del Consorcio Portuario presidido por el concejal Eduardo Pezzati (PJ/AM) terminó por cansar a este pack global de empresas que había tomado al puerto de Mar del Plata como uno de los puntos clave para el transporte de carga desde y hacia este punto oceánico. Se entiende la decisión: este es un puerto que fue tomado como rehén de una batalla síndico-patronal por el SOMU, que produjo un cierre durante meses, sin que se conociera una sola acción de carácter concreto para dar por concluida esta práctica mafiosa por parte de autoridad alguna. Así, entre apropiaciones indebidas del poder de tráfico marítimo, el peligro cierto de encallar costosísimas unidades por variación de las mareas o efecto del banco que impenitentemente forma parte de la realidad de esta estación marítima, las empresas sumaron, restaron, hicieron su ecuación costo/beneficio y dieron por concluida la operatoria aquí. La reacción no se hizo esperar: el Intendente se exaltó como de costumbre, sólo en el gesto y el discurso, aupado por los dos diarios de la ciudad que contribuyen con complicidad en hacer silencio sobre toda esta carnestolendas absurda de incumplimientos, mentiras y desaciertos. Las empresas continuarán ofreciendo el servicio a sus clientes vía Buenos Aires con BL Multimodal desde Mar del Plata, hasta que las condiciones locales les permitan operar nuevamente. Traducido: los contenedores irán y vendrán por camión (Moyano amplía su área de poder), el costo operativo se incrementará fuertemente, y los de importación y exportación se dispararán afectando la rentabilidad empresaria, con su consecuente costo para el usuario final. Exportar vía Buenos Aires dispara violentamente los costos adicionales de seguridad –indispensable-, un mayor tiempo de transporte, ya que hay que salir cuanto menos 48 horas antes del embarque, garantizar la playa de espera para descarga, pagar tiempo de espera en playón fiscal, etc. Pero de todo esto el Intendente no ha dicho ni mú. Eso sí; se ocupó de mostrarse junto a Abel Fatala, subsecretario de Obras de la Nación en la escollera norte, y allí pronunció: “Estamos trabajando para que la ciudad progrese”, al tiempo que agregó una larga cita de méritos propios que a cada paso la realidad desmiente. El caso mencionado es un ejemplo: perder el carácter de puerto porta contenedores es un fracaso y un claro síntoma de la amenaza que pende sobre la economía real de Mar del Plata. Alquileres impagos, atribuciones cedidas en el cobro de impuestos, desborde de la planta de personal e ineficacia general en el manejo de la cosa pública: otra desgestión que recordaremos, por incapaz, mendaz y corrupta. A no dudarlo, hubiera dicho Mario Roberto.
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