* Silvio Coppola
Siguiendo con su política habitual de actuar en Malvinas como si no existiese nuestro país, Gran Bretaña no obstante todas las resoluciones de la Naciones Unidas y acuerdos recíprocos, ha autorizado el comienzo más que de la exploración, ya efectuada en numerosas oportunidades, de la explotación del petróleo existente en la cuenca de las Islas. Entonces y también como es habitual, reacciona nuestro gobierno con un arma que no le cuesta nada y con algún viaje que sí costará pero que no servirá de nada. El arma gratis son las palabras y así el Canciller Taiana, afirma que la Argentina discutirá “pacífica y diplomáticamente” con los ingleses, acerca de la mencionada explotación. Claro, no vaya a ser que ellos se asusten y piensen que podemos agredirlos de alguna manera y en consecuencia dejen de ponernos ante hechos consumados. Aunque quizás estos hechos no lo sean tanto, porque hace años ya que se viene preparando la plataforma a instalarse en el mar adyacente a las islas y nadie de nuestro país se molestó en oponerse, aunque sea con las cuasi inútiles palabras. Dado que carecemos de cualquier fuerza militar efectiva (el presidente Alfonsín manifestó en su momento que nuestras Fuerzas Armadas “no tenían hipótesis de conflicto”, comenzando entonces su efectivo desmantelamiento y su activa política de desmalvinización), aunque más no sea para ser tenida en cuenta por el usurpador, el ministro afirma en consecuencia que buscará “apoyo internacional”. Manifestación que si logra sus propósitos, sólo contendrá más palabras y ningún acto efectivo de ayuda, a un país como el nuestro, cuyo gobierno sólo se contenta de tanto en tanto en cursar alguna protesta, que no es oída por nadie y mucho menos considerada.
Por eso la señora presidente va a México, a la reunión del Grupo de Río, también ¡¡para buscar apoyo!! Y así parece cómico, aunque es verdaderamente patético, que una de las personas en las que buscará “apoyo”, es el nuevo presidente de Chile. ¡Justo a ellos, que apoyaron a los ingleses en la Guerra de Malvinas y están siempre pensando en la ocupación de toda la Patagonia! Candidez política o mejor dicho indiferencia acerca del tema. Ayer nomás criticaba la dama por televisión, la política de desmalvinización después de 1982, sin precisar no obstante de que lado estaba ella. Pero eso sí, aclarando que una cosa era el gobierno militar y otra cosa los que murieron por la patria. Está bien, pero sólo palabras de compromiso, ya que no dijo nada acerca de si era una guerra justa o no y si fue o no apoyada por el pueblo, al margen de dictaduras o de democracias. Al respecto ya se había referido el ex presidente Kichner, cuando ante los ingleses se refirió a “una agresión cobarde” por parte nuestra. Y más, cuando siendo presidente en diciembre de 2006, en un discurso ante las Fuerzas Armadas, dijo que las Malvinas debían ser recuperadas, pero con la salvedad de una “estrategia” de negociación diplomática, la que “nunca debió de haber sido abandonada”. Desde luego que esta última frase interesó más que nadie a los ingleses, que se quedaron más tranquilos aún en su quieta usurpación de las Islas y de todo el mar adyacente, ante un país claudicante, con un gobierno que solamente tiene palabras para luchar con expresiones idiomáticas, en una esgrima ridícula, ya que las negociaciones con los ingleses nunca llegaron ni llegarán a nada y total sólo vamos por 177 años de ocupación.
Con este palabrerío de reclamos y reclamos ante los hechos que se nos presentan, desde luego terminamos en un camino sin salida. Y uno se pregunta entonces ante la callada por respuesta y no hablemos sólo de la soberanía: ¿podemos de algún modo los argentinos molestar a los ingleses (y aún a los kelpers), con algo más que no sean palabras y reclamos desatendidos? Y entonces surge algo: las inversiones inglesas en la Argentina, económicas y financieras. Toquémosles donde más le duela y obremos con decisión al respecto, inclusive y al margen, vetando los viajes chilenos al archipiélago, aunque ello pueda no ser democrático y afecte los derechos humanos de nuestros hermanos chilenos. Pero si bien esto puede ser efectivo, lamentablemente no habrá ninguna actuación del gobierno al respecto, mucho menos en el momento actual, cuando se encuentra mendigando nuevos préstamos internacionales. La conclusión lamentable hasta que venga algún criollo, en esta tierra a mandar, es que a las palabras se las llevará el viento y que los ingleses, seguirán como hasta ahora, haciendo toda su conveniencia en las Islas sin importarle ni mucho ni poco nuestras protestas y reclamos.
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