*Eduardo Cao
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Hurgando, hurgando, se la encontró. Es que el fracaso de afrodisíacos y voladores, motivó a la búsqueda de un nuevo sustituto de la carne que, entre lo que aumentó y los denodados esfuerzos de Guillermo Moreno para que desapareciera de los mostradores, se convirtió en un manjar exótico. Y fue la merluza, estrella junto al bacalao de la Semana Santa que se avecina, la elegida. Con tres kilos a $ 12,50 cada uno y una caja de arroz de mil gramos incluída en el precio, ya está el menú para la Pascua. Buenos Aires es el centro de comercialización, aunque tenga río y la merluza no viva allí. En Mar del Plata, por allí se consigue a ese valor. Por si acaso, ya hice el pedido a la verdulería.
“Eras un pez grande en un estanque pequeño, esto es el océano y te estás ahogando” (Frase pronunciada por Edward Bloom, el personaje de la película “El Gran Pez”, dirigida por Tim Burton en 2003)Por obra y gracia de nuestra insistente anunciadora, la merluza se convirtió, en cuestión de horas, en “El Gran Pez”, aunque sus dimensiones – como máximo un metro de largo y 5 kilos de peso - no ubiquen a la especie entre las mayores de la fauna marina. En realidad, tiene cierto parecido, sólo en volumen, con el que se muestra en las postrimerías del excelente filme, protagonizado por Albert Finney, quien interpreta a un enfermo narrador de cuentos y de sueños.Como en aquella fantasía cinematográfica, aquí, en este “estanque pequeño” que es la Argentina en el mundo, también hay cuentos y sueños. Todavía está fresco el recuerdo del “cerdo afrodisíaco” y el “pollo que vuela”, buscando reemplazos para la apreciada (interpretar por típico gusto gastronómico y/o por lo que hay que desembolsar para tenerla en el plato) carne vacuna cuando ésta comenzó su derrotero ascendente de precios en el mostrador. Pero se repitió la miles de veces explicada y otras tantas inexplicable “ley de la oferta y la demanda”: chanchos y aves comestibles marchan junto o cerca de la compañera de corral, chacra o campo en valoración monetaria. Todo quedó en el intento y en la frustración. Frustración, claro, para la esperanza de llegar a fin de mes con cierto aire.Como decía el mismo Finney-Bloom "hay momentos en que un hombre necesita pelear, y existen otros en los que necesita aceptar que perdió, que se le fue el barco y que sólo siendo un grandísimo tonto seguiría en lo mismo. La verdad yo acepto que siempre he sido un grandísimo tonto". Lo de que en algún momento de la vida haya que pelear, vaya y pase, pero eso de aceptar que a veces nos toca perder y reconocernos “grandísimos tontos”, jamás.En fin, ahora le tocó el turno al pez osteíctio del orden gadiformes (merluccius merluccius), de cuerpo alargado y boca grande provista de agudos dientes, que, con tan complicado árbol genealógico, es orgullo de la cocina marplatense y sinónimo de producción pesquera en estas costas. Es de 12 pesos con 50 centavos por kilo el precio de venta que rige por decisión oficial en puestos itinerantes cercanos al “río color león”, adonde la merluza ni se acerca por una cuestión de supervivencia, y en algunas, pocas, pescaderías marplatense. Bienvenido sea el plato de filet con arroz –que también está incluído en los $ 12.50- a la mesa familiar, aunque esto signifique soportar varias horas de espera en largas filas. Un dato no menor: con algo menos de frigorífico, el precio de la merluza en cualquier pescadería marplatense, incluso en el Puerto, es de 18/19 pesos.Como personal percepción visual y social, demasiado parecido al racionamiento y muy caro como promoción de un recurso alimenticio que algunos comerciantes están aplaudiendo en las vísperas de una Semana Santa que se vaticina con aumento de precios. Después de Pascua? En la vivencia argentina del hoy, explicarnos los motivos del dificultoso presente para planificar el futuro, inmediato o mediato, y tomar recaudos, no forman parte de nuestros ejercicios mentales.CLASE MEDIA EN EL PURGATORIO“Si deseamos lograr un país con equidad y ética, pluralista y democrático, la clase media debe recuperar un papel dinamizador y generador de riqueza cultural, social y económica; y debe hacerlo con una mirada integradora, con una visión de país incluyente. En cuanto a las políticas económicas, la experiencia mundial, la Argentina y también nuestro estudio sobre la clase media, muestran que crecer no es suficiente para mejorar la situación social de la mayoría. Para eso, es necesario que se mejore la distribución del ingreso, que se establezcan políticas que aseguren que la riqueza no queda en las manos de unos pocos sino que llega a todas las capas de la sociedad. Está demostrado que ésta es la manera de mantener un crecimiento social y económico no sólo en el corto sino en el mediano y largo plazo” (Del sociólogo Alberto Minujín, sociólogo, en el artículo “La clase media no va al paraíso” publicado el 29 de mayo de 2004, en la revista Ñ de Clarín)Seis años atrás es probable que el matrimonio K haya leído la nota de Minujín. Que hoy, manteniendo fuego cruzado con propósitos de aniquilación con gran parte de la prensa, la recuerden en Olivos, aparece al menos improbable. Casi imposible, si se tiene en cuenta el ataque feroz de la Presidente a la clase media a la que uno se esfuerza en el intento de seguir perteneciendo. No me sonrojo al afirmarlo como pretenderían que lo haga los ideólogos extremistas de la insolidaridad social que pregonan la horizontalidad para abajo o el “sálvese quien pueda” para arriba.Como si no alcanzaran los “destituyentes” para desbordar sus afanes de victimización, CFK arremetió contra “muchos sectores como las clases medias (que) terminaron siendo funcionales a proyectos políticos que la terminaron (a la Nación) devastando”. Toda la biblioteca de sicología y sociología no alcanzarían para descifrar la intención de estas palabras. ¿Una humilde interpretación?: la revancha a la dura derrota electoral del 28 de junio de 2009, los bajos índices de aceptación pública en los sondeos de opinión, las críticas a la diáspora opositora que no alcanzan para neutralizar la imagen negativa propia, y numerosos etcéteras más, todas supuestas razones para aniquilar lo que se logró en las primeras presidencias de Perón y en algunos, sólo en algunos, momentos de la historia posterior: la movilidad social que permitió el nacimiento de la clase media.Enrique Pinti, el mordaz historiador- politólogo e intérprete de la realidad sociopolítica argentina, lo definió en un reportaje de Silvina Ajmat en La Nación a propósito del Bicentenario de Mayo de 1810: “…estamos llegando con una serie de confusiones mentales (…) Mientras todos los políticos están discutiendo el DNU, la Presidenta se pone local, el otro se pone loco y todo el mundo grita…la gente sigue pidiendo limosna”. Lo del monologuista de “Salsa Criolla”, uno de sus éxitos más rutilantes tanto en 1985 como después con adaptaciones, adquiere significado especial pues sus cáusticas observaciones políticas marcaron, o debieron hacerlo, a varias generaciones de argentinos de clase media en medio de disímiles, todos “fundacionales”, proyectos de país.UNA HORA ENTRE ACHURASEntre comparaciones y sorpresas transcurrió el discurso de 60 minutos con la que la mandataria matizó el asado en Olivos, adonde llegaron, citación previa mediante, senadores y diputados oficialistas y funcionarios gubernamentales.A pesar de la presencia legislativa, la primera en la era kirchnerista, al parecer poco tuvo de parlamentarismo masivo (esto es, intercambio de opiniones) y mucho de unipersonal. Lo de las comparaciones entre los fieles y los réprobos, se tradujo en un “si nosotros somos autoritarios y hegemónicos, al lado de ellos (los opositores) somos las carmelitas descalzas”.Las sorpresas, esta vez, fueron exclusivas de la expositora por la semi paralización del Congreso, situación conflictiva de la que se manifestó ajena (quizá lo sea, pero si mira alrededor podría encontrar a algún “partícipe necesario”) y apenas como una escandalizada observadora: “Ver manejadas las instituciones democráticas de este modo me duele y me apena mucho porque termina deteriorando la credibilidad de la gente en las instituciones, que es la antesala para aventuras autoritarias”.También hubo autoalabanzas y la mención de “una buena forma de comenzar a discutir es aceptando las reglas del juego”. “Resuelto como jugamos, ahí estarán las diferencias. La idea fundamental de esta estrategia parlamentaria, mejor dicho democrática, es mucho debate y mucha explicitación de lo que está pasando”, trató de dejar conformes a los presentes por convicción o por “no tener más remedio”. Contradicciones les llaman a eso de las discusiones, reglas de juego, debates y “lo que está pasando”, cuando de evitarlas y negarlas se ha tratado una política de siete años.Hubo una deserción notoria que fue la del senador misionero Luis Viana para quien la reunión sólo era con fines “sociales, donde únicamente hablará la Presidenta; los demás van a escuchar, no estoy dispuesto a eso”. Acertó Viana en su vaticinio, pero no se piense que se pasó a la oposición. Lo separa de sus compañeros de bloque oficialistas, el tratamiento de la coparticipación del impuesto al cheque. El lo dijo y no fue; otros están de acuerdo en el mismo tema, pero estuvieron en la quinta presidencial. No se enteraron de que parte de la “bajada de línea” estuvo dirigida a ellos, los sospechosos.LO DICHO, DICHO ESTÁ“No es bueno terminar siempre en la Justicia. Todos deseamos que quede la resuelta la cuestión de fondo. Lo que ha ocurrido eta de pies y manos las atribuciones del presidente del Senado. Quiero cumplir con el reglamento. Sería buena señal que el tema lo resuelva la Cámara” (Julio Cobos, al argumentar sobre la apelación a un fallo del juez Lavié Pico que anuló la composición, con mayoría opositora, de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Decretos de Necesidad y Urgencia)“Esta decisión no tiene antecedentes. Hemos llegado a la locura de judicializar la política. Es como si me metiera en el despacho de su señoría y le dijera cómo tiene que fallar. Odio a los jueces politizados porque son escarnio de gobierno. Odio a los políticos que recurren a la Justicia para resolver los problemas” (Luis Juez, senador nacional por Córdoba, desplazado de la referida comisión por el fallo de Lavié Pico)“Me resulta muy llamativo que esto ocurra después de tantos años y justamente ahora. Mi padre nunca tuvo una denuncia ni nada. Mucho en las casualidades no creo y esto me presiona en mi trabajo… A veces siento miedo” (de la jueza María José Sarmiento, quien suspendió el decreto del Gobierno que ordenaba usar reservas para pagar deuda, a propósito de la resolución de un magistrado de Misiones que ordenó la detención – luego suspendida - de su padre, de 85 años, ex coronel del Ejército por supuestos delitos cometidos durante la dictadura militar en esa provincia)“Es un bochorno que un juez esté haciendo creer quje esto es un revanchismo del Gobierno (Anibal Fernández, Jefe de Gabinete, sobre el mismo tema)“Es un re hijo (sic) de mil p… Alguien tiene que sacarlo” (Hebe de Bonafini insultando al vicepresidente Cobos durante la marcha de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo)
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