domingo, 19 de diciembre de 2010

LUEGO DE PAPA NOEL Y EL 2011, FALTA DEFINIR QUIENES LLEGARAN O SE IRAN

* Eduardo Cao
www.elretratodehoy.com.ar

¿De Chautebriand estaba equivocado o era un vulgar “derechoso”? ¿Quizá Voltaire dio en el clavo? Uno, casi con seguridad desde el llano y otro blanqueando el pensamiento que reina cuando se ejerce el poder, podrían darse una vuelta, ya transformados en espíritus, por esta particular Argentina donde pocos, muy pocos, casi nadie, se hace cargo de sus errores, y todos apuntan al otro cuando de responsabilidades se trata. Por si acaso y para que no parezca cínico o hipócrita al final de lo que sigue, adelanto mi más ferviente deseo de ¡FELICES FIESTAS!“La verdad política, cualesquiera que sean sus formas, no es más que el orden y la libertad” (René de Chateaubriand -1768/1848- Diplomático y escritor francés).

“Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo” (Voltaire -1694/1778- Filósofo y escritor francés)

Fisuras, fugas cercanas y por venir, el vigente discurso contradictorio con la acción y la pertinaz costumbre de responsabilizar “al otro” de lo mal y/o tardío que se actúa, constituyen los elementos salientes y desgraciados para que el gobierno nacional insista en utilizar la división para profundizar las diferencias en la cada vez más asombrada sociedad argentina.

La realidad se nutre de acontecimientos cotidianos y esos acontecimientos están horadando la estructura que rodea a la Presidente, que no es otra que la heredada de su marido y antecesor. Pero Cristina no es Néstor, más allá de los discursos de adentro y de afuera.

Lo muestra la extendida y conflictiva ocupación de predios públicos, en parte por necesitados de vivienda –como millones de otros argentinos, que lo miran por TV-, en parte por los que se aprovechan de aquellos para sus propios “negocios non sanctos”. Y cuando escribo “negocios” dejo de lado eufemismos y se me vienen a la mente el tráfico de drogas, el manejo de la prostitución, los “peajes” cobrados para delinquir en cualquiera de sus formas (incluido el de matar a inocentes), el del lucro inmobiliario y el de la esclavitud laboral.

DARDOS VAN, FLECHAS VIENEN

Primero, desde los atriles oficiales, se buscó responsables entre supuestos “xenófobos”, que seguramente los hay en la Argentina. Fracasado el intento, se reflotaron nombres propios, “enemigos” del kirchnerismo, entre ellos y con más fuerza, el de Eduardo Duhalde. Se señaló al ex presidente como “cerebro” del desmadre social, aunque CFK haya preferido una vez más utilizar al personaje de Francis Ford Cóppola interpretado por Marlos Brando para dirigir su índice al ya lanzado precandidato del antikirchnerista Partido Federal.

Aníbal Fernández, en cambio, no tuvo empacho en clavar los dardos oficiales en la figura del lomense, por ese entonces fuera del país: "Hemos visto pésimos gestos antidemocráticos, expresiones, designios y presagios del doctor Duhalde y de todos aquellos que incentivaron esas posiciones”.

En una carta abierta, Duhalde fue contundente: “Recientes declaraciones suyas hacen referencia a manifestaciones que yo hiciera sobre la necesidad de establecer el “orden” como premisa básica para una convivencia pacífica y armónica entre los argentinos... El orden no es de derecha ni de izquierda. El orden no tiene ideología… Consiste –simplemente- en evitar que, por ausencia del Estado y sus instituciones, la sociedad intente resolver las situaciones de conflicto por mano propia. Por lo tanto, corresponde al Estado neutralizar, con el uso responsable de la fuerza pública, la acción de grupos o sectores, que montándose sobre necesidades reales de los más humildes intentan lucrar con la anarquía y el desorden… No es culpando a los demás como se resuelve la injusticia social ni exime de su responsabilidad a los que tienen la obligación indelegable de gestionar los recursos y acciones que garanticen una convivencia civilizada”

Por esas horas, se sumó el coro oficialista con un agregado a la lista de réprobos: el propio Aníbal Fernández. Luis D´Elía, Hebe de Bonafini y Horacio Verbitsky cargaron contra el hoy devaluado jefe de Gabinete por dejar reprimir a la Policía Federal en las primeras y trágicas escaramuzas en el Parque Indoamericano.

Desde otros sectores más radicalizados pero que enarbolan la fe cristinista, ampliaron el espectro con Duhalde y Mauricio Macri, por supuesto; Julio Alak, también devaluado ministro de Justicia y Derechos Humanos, y llegan hasta Daniel Scioli, de quien muchos desconfían por sus aspiraciones para el 2011.

En síntesis: al quilmeño Aníbal lo dejaron al borde de la renuncia, al quitarle el control efectivo de la Federal y desplazar a uno de sus principales espadas políticas, el secretario de Justicia Héctor Masquelet, reemplazado por un militante de La Cámpora, y al platense sin Seguridad y con casi nula decisión en Justicia, precisamente en el ministerio que lleva esa denominación formal. Sólo le queda Derechos Humanos que, como todo advertido sabe, este Gobierno maneja desde otros escritorios.

DE ESOS NO SE HABLA

Nilda Garré, considerada un cuadro kirchnerista “puro”, fue designada en el flamante ministerio de Seguridad y descabezó la cúpula de la Federal. Su confidente político, Verbitsky, y León Arslanián figuran entre sus consejeros.

Mientras, del líder de los ocupantes del Indoamericano, nadie habla. Alejandro “Pitu” Salvatierra se declaró fervoroso militante K. ¿Será por eso?

Villa Soldati, Lugano, aledaños a la Villa 31, el Gran Rosario y Quilmes están sacudidos aún por las tomas de terrenos, la mayoría públicos.

El Gobierno nacional prefiere buscar los culpables afuera y hasta en el calendario: “diciembre es un mes de conflictos” dicen mientras recuerdan el 2001, pero con la mirada fija en el electoral 2011. “Todo volverá a ser como era después de las vacaciones de verano”, se esperanzan. Pobreza, marginación, inflación e inseguridad, no figuran en el particular diccionario del poder.

caoelretrato@live.com.ar

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