El fiscal de Dolores que entiende en la causa, Diego Bensi, señaló este mediodía que la madre "reconoció haber cometido una falsa denuncia ante la desesperación de encontrar ahogada a su hija"
El caso de la beba muerta durante un supuesto robo en una casa de la ciudad bonaerense de Ayacucho, el pasado 27 de julio, sufrió hoy un vuelco judicial al confesar la madre de la nena que inventó el asalto luego de encontrar sin vida a la chiquita y no saber qué hacer ante esa situación, informó el fiscal de Dolores, Diego Bensi.
"La mujer se presentó espontáneamente esta mañana ante la Fiscalía de Dolores y reconoció haber cometido una falsa denuncia ante la desesperación de encontrar ahogada a su hija", señaló el fiscal en declaraciones formuladas este mediodía a la prensa.
En ese marco, Bensi añadió que en su declaración de hoy "la madre de la nena admitió que la hipótesis presentada al momento del hecho fue inventada ya que al encontrarse con esa escena devastadora para ella no tuvo otra idea que inventar el asalto".
"Los próximos pasos a seguir son dar de baja la denuncia de robo y poner en conocimiento de la mujer que cometió un delito de falsa denuncia, por lo que se le iniciará una causa penal", indicó en diálogo con esta agencia el representante del Ministerio Público.
Además, advirtió: "No vamos a caer de lleno contra la madre de la nena sino continuar un ritmo de trabajo prudente y delicado como lo venimos haciendo desde el comienzo de la causa. Por el momento se ordenará una serie de exámenes psicológicos para que los peritos determinen su estado al momento de la denuncia".
"Lo que ocurrió con la muerte de la niña fue un accidente doméstico que lejos está de cualquier investigación. Lo reprochable es haber falseado una denuncia por lo que ahora la mujer deberá atenerse a una investigación penal, pero todo a su debido tiempo", puntualizó el fiscal de Dolores.
La muerte de la niña se registró el miércoles 27 de julio en una casa ubicada en la avenida Miguens al 1100, entre 9 de Julio e Hipólito Yrigoyen, a tres cuadras de la plaza principal de la ciudad de Ayacucho, a 320 kilómetros de la Capital Federal.
Ibáñez declaró a la policía que cuando salió de la ducha escuchó voces y al abrir la puerta del baño se encontró con dos hombres con sus rostros cubiertos, uno de los cuales le golpeó el rostro con un puño y le dijo que se trataba de un robo.
Explicó que en medio del asalto, su beba comenzó a llorar en el moisés en el que estaba descansando y los delincuentes se alteraron y la taparon con una frazada pesada, lo que -según denunció en su momento- le provocó la muerte a la chiquita.
"La versión dada por la mujer se contradice con los resultados de los distintos peritajes realizados por los investigadores y el relato de testigos externos. Eso es lo que nos hace suponer que existe otra hipótesis del hecho", dijo en aquel momento un jefe policial que participó de la investigación del caso.
Soledad Ibáñez, en medio de una crisis nerviosa, fue atendida en un centro asistencial ya que presentaba un hematoma en uno de sus ojos, provocado supuestamente por un golpe de los asaltantes.
Pese a la denuncia de la mujer, los peritos determinaron que la pequeña Antonia, tal como se llamaba la niña, falleció por un broncoespasmo y no presentaba signos de haber sido agredida.
A pesar del informe de la autopsia, los vecinos de Ayacucho se movilizaron en varias oportunidades a la plaza principal en reclamo de seguridad y otro grupo más pequeño, cerca de un centenar, expresó su apoyo al intendente local, Darío David
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