lunes, 12 de septiembre de 2011

LA JUSTICIA MALVERSADA

Escribe Dr. Gustavo Demarchi


El poder judiciario, según denominación que le otorga Juan Bautista Alberdi en “Bases”, está diseñado con dos particularidades que lo diferencia de los otros dos órganos del poder.-
Ella son la especialidad monopólica de quienes lo integran y ejercen y el carácter vitalicio limitado de quienes resulten investidos para el desempeño de la magistratura.-
Solo los abogados pueden formar parte del poder judicial y son inamovibles salvo causal de mal desempeño.-
Por ello se considera más exigente los requisitos para su cometido: la independencia, la prudencia y objetividad son los tres elementos imprescindibles para que los jueces estén dotados de imparcialidad y decoro.-
Lamentablemente nada de ello se ha podido constatar en la justicia federal penal de Mar del Plata, en especial en el Tribunal Oral Federal en lo Criminal constituído, por la prepotencia de sus integrantes y la sumisión del resto de los operadores del sistema penal federal de Mar del Plata, en una especie de conductor o fhurer en la materia.-
Para su cometido ha contado con el abstruso liderazgo de Roberto Falcone con la asistencia del único integrante de la Asociación de Mujeres Jueces de la Argentina que en su identidad supone ser del sexo masculino y del perjuro (Causa Nº 5141) Néstor Parra.-
Así establecido han hecho trizas las calidades que presuponen el ejercicio de la magistratura, han actuado con dependencia total a posturas dogmáticas sectarias, haciendo gala de objetividades autoritarias que, en no pocos casos fueron funcionales al narcotráfico, y despreciaron la prudencia, incorporando a muchas de sus decisiones verdaderos panfletos difamatorios que hoy están en manos del Consejo de la Magistratura.-
Ejercieron la función judicial como “kamikazes de la calumnia”, actúan como sumidero final de execrencias provenientes del odio exacerbado y el oportunismo rentado.-
Como en la novela “El archivo de Egipto” se inventan acciones épicas que al cotejarse con sus cartas de vida quedan desbarañados como bien lo puso de manifiesto el extinto periodista Amílcar González en su ya célebre “Carta Abierta a Mario Portela, un juez de las galápagos”.-
En el denominado juicio “Por la Verdad” se han esmerado y lucido mintiendo y haciendo mentir a testigos interesados en el resultado de la causa y cargados de odio, provocando desde el estado la mendacidad de otros como en el caso Suarías quien aseguró que fue intimidado por el Dr. Falcone.-
Sin embargo, lo más trascendente de la actuación de la troica del Tribunal Oral fue provocar con la colaboración de singulares ONG, entre las cuales se destaca la reputada Madres de Plaza de Mayo de Bonafini y Schoklender y del inefable Colegio de Abogados de Mar del Plata, arrebatar a la Cámara Federal la jurisdicción indelegable que le había conferido el acuerdo “Aguiar de Lapazo/Estado Argentino” celebrado ante el Comité Interamericano.-
Ello significó satisfacer dos mezquinos objetivos del tribunal liderado por el lobo estepario.-
El primero husmear en la historia reciente de Mar del Plata para falsificarla y acomodar los hechos a sus intereses y emociones, casi siempre mezquinos en contra de quienes consideraban sus enemigos o contra aquellos que se atrevieron a denunciar sus antecedentes ligados a la utilización de primos lisiados para acceder a poseer un Mercedes Benz sin pagar impuestos o develar sus intereses o ascensos en el poder judicial durante la dictadura como los Dres. Parra y Ferro y el Dr. Portela, respectivamente.-
Pero la más trascendente y que hoy cobra cruda realidad es que al haber usurpado la competencia sobre el denominado “Juicio por la Verdad”, el tridente judicial se aseguró la excusa para no intervenir contra los militares a cuyo régimen sirvieron desde el poder judicial durante la dictadura o defendiendo a sus sicarios como es el caso del Dr. Falcone, quien al defender en 1979/1980 a policías torturadores aseguraba que era un recurso, el de los derechos humanos, para atacar al país o la nación gobernada entonces por Videla.-
Así, bajo este liderazgo ejercido en los hechos por un lobo estepario calificado como un ser extraño, salvaje y sombrío, muy sombrío, en la descripción que hace de este espécimen el Premio Nobel (1946) Suizo Hermann Hesse, nada podía esperarse, de la actuación del Tribunal Oral Federal, otra cosa que actuaciones cargadas de hipocresía y cinismo que han llevado a la malversación de la Justicia Federal de Mar del Plata.-

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