Escribe Dr. Gustavo Demarchi
No caben dudas que la irrupción de Internet ha sido, después de la imprenta de Gutemberg, la revolución más trascendente en el mundo de la información y la opinión publicada.-
La duda generalizada es sí, a su vez, configura el factor determinante de la extinción de la prensa escrita y el cese del monopolio sobre la información del “periodismo empresa negocio”.-
En mi opinión la duda es aseveración, Internet abre la posibilidad a todo “El Mundo” y quien quiera, con un mínimo de inversión, puede ser reportero, analista, columnista y hasta editor.-
Esto podrá derivarse en una critica a la calidad o veracidad del contenido, mas no a la amplitud de los derechos a informar, a informarse, a opinar y peticionar.-
No es para alarmarse, sucederá, en mayor o en menor medida, como se ha dado en la prensa escrita, los habrá blancos, rojos o amarillos, podrán ser muy buenos, buenos o malos, como en la tradicional. ¿O acaso puede considerarse en un mismo nivel de valoración y mérito la excelencia del diario “La Nación”, con la defensa y el vasallaje a intereses espurios, cuando no fraudulentos, que luce con soberbia impudicia el diario “La Capital”?
El “Thema Decidendum” no está en los cambios o variantes en los medios informativos, sino en la existencia misma de uno de los contendientes.-
Varios “Futurólogos” ya han vaticinado el fin del periodismo escrito a gran escala, incluso algunos atrevidos le han presagiado fecha mortuoria.
Así The Economist de Londres la fijó para el año 2050, año en que dejarían de funcionar las rotativas.
Más allá del plazo letal lo perceptible, contundente, es la baja o merma de las “tiradas” de los diarios o periódicos escritos calificado negativamente por el “envejecimiento” de sus lectores, es muy difícil encontrar cantidades significativas de esos lectores que no superan los 20 años, ello, además se aprecia en los contenidos mayormente dirigidos a público mayor de edad como aceptación del fenómeno del mismo modo se destaca, de manera creciente, que el derecho a opinar ya no depende en exclusividad de un empresario, muchas veces improvisado que cambio la bandeja por una dirección, al cual conformar o adecuar tanto la información como la opinión.-
En definitiva será el receptor quien dictamine la subsistencia de los medios escritos y su lógica selección.-
Para ello no bastará la mera y mecánica recepción, deberá, bajo riesgo de negatividad, agudizarse la inteligencia de diferenciar la información de la opinión, fundamentalmente porque esta última ha crecido considerablemente y, por supuesto, en ella impera la subjetividad sobre la objetividad.-
Del mismo modo se hará cada vez más importante distinguir la emoción de los hechos a los fines de evitar tergiversar los primeros, metodología perversa, empleada hoy por no pocos medios y que conduce a la falsificación de la historia.-
Con Internet se arriba a un grado superior de la prensa independiente. Esta, con la prensa escrita preexistente a “La Red”, se tornaba, sino imposible, extremadamente dificultosa agravada cuando, además se pone al servicio de negocios con el poder y sus asimétricas y discrecionales “pauta publicitarias” las P.P.-
Ya sea para lograr la concesión de un hotel del estado; o para ingresar al negocio de recolección de basura; o para instalar máquinas de juego, donde por pliego de concesión previa estaba prohibido, para lo cual todo el supuesto periodismo del diario La Capital es sometido al servicio de esas trapisondas.-
En esos casos, estando vigente el predominio de Internet, se hubieran necesitado más “montos” de convicción para convencer a los funcionarios claudicantes.
La supremacía de Internet sobre la prensa escrita es cuestión de tiempo. En 2050, antes o después si bien los beneficios están pro verse, ya se pueden anticipar: el medio impreso ha dejado de ser ya la forma de comunicación social primordial y en paralelo ha “aparecido” un nuevo actor en la información, el ciudadano-periodista u opinador público.-
Según sea la responsabilidad de este último se puede afianzar la republica debida o instaurar la anarquía informativa. ¡Veremos!
Por último se podrá obtener un efecto colateral no desdeñable como será a considerarse disminución del consumo del “papel prensa” con lo que se contribuirá a la conservación del ambiente y la recuperación de las necesarias áreas boscosas en el mundo. ¡También Veremos! Yo por ahora sigo escribiendo también en papel ¿También veremos?
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