domingo, 26 de febrero de 2012

MUY DIFICIL LA SITUACION DE AMADO BOUDOU

Por Jose Luis Jacobo
para Semanario Noticias y Protagonistas

No hay otro modo de describir la situación que atraviesa Amado Boudou, vicepresidente de la Nación, y todo el grupo que con él ha accedido al poder en estos años. La tapa de la revista Noticias con la referencia a un histórico de este grupo, José María Núñez Carmona (a) “el Nariga”, indica claramente hasta dónde va esta pelea que ya marca algunos puntos de interés para el análisis político.
No es la primera vez que “el Nariga” llega a las primeras planas. En 2008, Martín Granovsky, ex director de noticias de Télam, lo denunció por supuestas coimas, un caso del que nunca más se habló. Por su parte, la situación respecto de Alejandro Vandenbroele, monotributista dueño formal de Ciccone Calcográfica, estaba ya en boca de mucha gente en Mar del Plata. No han faltado quienes señalaran que el carácter excesivamente locuaz de Vandenbroele le traería problemas al vice con aspiraciones futuras.
Y el disgusto recién empieza para Boudou. La separación de Benigno Vélez de su cargo de gerente general del BCRA es un primer paso en una escalada que no se detendrá fácilmente. Vélez debe de tener bastante para arrepentirse, ya que fue él quien llevó a Boudou a la ANSES y dio el puntapié inicial a su meteórica carrera.
Nadie en el Gobierno parece tener la intención de defender la posición del Vicepresidente. Una fuente con llegada al Gobierno me ilustraba el ánimo imperante así: “Han pasado muchos días y nadie salió a desmentir a los medios que pusieron en boca de Zanini la frase ‘y, este muchacho debería renunciar’”.
El escenario del poder es impiadoso, y el de la actual administración nacional lo es aún más. Si hablamos de marplatenses y de poder, no sólo se trata del Vicepresidente. Hay otro actor local que ha saltado a los primeros planos en los últimos días: Adela Segarra. Diputada nacional, madre “del corazón” de María Fernanda Raverta -hija de María Inés Raverta y Mario Montoto, ex secretario y “culata” de Firmenich- ha sido noticia en estos días por su declarada intención de invitar al ex jefe montonero a retornar a la Argentina a integrarse a la vida política. Un propósito de alto voltaje capaz de incendiar a cualquiera que lo intente. Las repercusiones ya están a la vista. No hay, fuera de muy pequeños círculos, ánimo social, no ya para el retorno de Mario Eduardo Firmenich, tampoco para una eventual motorización de reconocimientos en su carácter de “luchador popular”.
Fuera de este plano lineal, la visita de Segarra a Firmenich trae a colación algunos interrogantes. No puede obviarse que días o semanas después del encuentro de quien fuera pareja de Montoto (Segarra), se conoció que la sociedad integrada por Mario Montoto y Daniel Hadad vendía sus activos y contratos de seguridad urbana a la corporación japonesa NEC en 30 millones de dólares. La pregunta, entonces, que recorre el espinel político es: ¿operativo retorno, o anuencia para el reparto de dividendos? Muy difícil de responder con certeza, porque hay demasiada plata y demasiados intereses en juego. Y no tan curiosamente, siempre la misma gente en el reparto grande del poder.

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