Abrí mi blog en mayo de 2010, con la ilusión de despuntar el vicio de la escritura. A los pocos meses, movilizada por un informe publicado en un medio de la ONG La casa del encuentro, me sorprendí escribiendo "Sillas Vacías", pensando en la cantidad de familias que la violencia doméstica había destruído, y buscando identificarme con los sentimientos que podían invadirlos en la proximidad de las fiestas de fin de año.
Cada año las personas muertas a causa de los femicidios cometidos engrosan una triste estadística que, supongo, no enorgullece a nadie. Los femicidios pueden ser directos, cuando la víctima es la misma persona que sufre la violencia doméstica, o vinculado, que es cuando se lastima o asesina a un ser querido de la persona que sufre el acoso de una pareja o ex pareja.
Tal vez la suma de casos ha provocado que nuestros funcionarios públicos hayan formado una coraza para no involucrarse emocionalmente en los diferentes casos; muchas veces hasta se recomienda que hagan esto, ya que el compromiso emocional puede desgastarlos profundamente. Pero tengo la impresión de que se han aislado de tal forma que ya ni se enteran de qué está sucediendo a su alrededor.
¿Cuántas mujeres más deberán morir hasta que jueces o fiscales o quien sea que tenga que hacerlo, tome una decisión que proteja a las mujeres (u hombres) que hagan una denuncia por malos tratos?
Y en cada hecho que sucede, se escuchan las mismas palabras, más o menos, que había denuncias hechas, que fueron muchas, que hubo alejamiento, que habían amenazas de muertes...¿Qué es lo que está matando a las mujeres en la Argentina, la violencia doméstica...o la indiferencia de un sistema judicial que está colapsado o dormido?
Cada año las personas muertas a causa de los femicidios cometidos engrosan una triste estadística que, supongo, no enorgullece a nadie. Los femicidios pueden ser directos, cuando la víctima es la misma persona que sufre la violencia doméstica, o vinculado, que es cuando se lastima o asesina a un ser querido de la persona que sufre el acoso de una pareja o ex pareja.
Tal vez la suma de casos ha provocado que nuestros funcionarios públicos hayan formado una coraza para no involucrarse emocionalmente en los diferentes casos; muchas veces hasta se recomienda que hagan esto, ya que el compromiso emocional puede desgastarlos profundamente. Pero tengo la impresión de que se han aislado de tal forma que ya ni se enteran de qué está sucediendo a su alrededor.
¿Cuántas mujeres más deberán morir hasta que jueces o fiscales o quien sea que tenga que hacerlo, tome una decisión que proteja a las mujeres (u hombres) que hagan una denuncia por malos tratos?
Y en cada hecho que sucede, se escuchan las mismas palabras, más o menos, que había denuncias hechas, que fueron muchas, que hubo alejamiento, que habían amenazas de muertes...¿Qué es lo que está matando a las mujeres en la Argentina, la violencia doméstica...o la indiferencia de un sistema judicial que está colapsado o dormido?
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