FUE UN POLITICO DE RAZA, DE ESOS
QUE YA NO QUEDAN EN EL PAIS....



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Escribe ROBERTO MOLINA
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A los 87 años de edad, dejó de existir Luis Nuncio Fabrizio, ex intendente de la ciudad de Mar del Plata, luego de soportar los rigores de una penosa enfermedad. A partir de un ACV que sufrió hace algo más de dos años, su salud fue deteriorándose progresivamente, hasta que un paro cardíaco producido en las últimas horas, puso fin a su existencia.
Fabrizio, militante del socialismo de toda la vida (comenzó su actividad a los 15 años), fue un político de raza, de esos que ya prácticamente no quedan en el país. Siempre hizo gala de una honestidad sin límites, que se reflejaba en cada una de sus acciones. Nació en un hogar de gente trabajadora y la carpintería fue una actividad que ejerció durante mucho tiempo.
Además de su trayectoria como activo militante del Partido Socialista Democrático, el ex jefe comunal marplatense fue, previamente a esta función, diputado provincial y luego diputado nacional, siendo autor de importantes proyectos, que luego se convirtieron en ley y que beneficiaron a Mar del Plata. Uno de los proyectos que más se recuerdan, es el Seguro de Vida Obligatorio para Pescadores, que se convirtió en ley.
En su desenvolvimiento como político opositor, Fabrizio fue detenido por la Policía Federal y trasladado a la cárcel de Azul por pronunciar un discurso en un acto público, junto con los dirigentes partidarios Vicente Tótaro y Ricardo Junco. Esto sucedió en 1951, en momentos en que la oposición al gobierno del general Juan Domingo Perón era estrictamente castigada mediante el arbitrio del desacato.
Si algo caracterizó al hoy desaparecido político, fue su elevado sentido de la solidaridad. Siempre estaba dispuesto a ayudar a quien realmente lo necesitaba y él prefería que esas acciones no salieran a la luz. Quien esto escribe, fue su Director de Prensa y Difusión en la última parte de su gestión como intendente municipal. Al tomar conocimiento en forma casual que Fabrizio donaba su sueldo de jefe comunal a una entidad de bien público marplatense, este periodista le propuso difundir extraoficialmente esa situación.
Fabrizio se negó categóricamente a que ese gesto suyo se difundiera, alegando que la gente iba a pensar que él especulaba políticamente con esa acción. Y frecuentemente le reiteraba a este periodista que no fuera a aparecer esa información en los medios de difusión. Es que Luis Nuncio ayudaba porque realmente sentía la necesidad de hacerlo y estaba muy lejos de cualquier maniobra especulativa.
En el marco de su personalidad honesta y transparente, supo tener ásperos roces con algunos colaboradores cercanos a quienes les reprochaba la adopción de decisiones que él no compartía, al tiempo que los intimaba a dejar sin efecto la medida adoptada. Así fue en toda su gestión como intendente municipal. Cuidaba mucho el detalle de no tomar decisiones que pudieran originar reproches o críticas en la comunidad.
Durante su gestión como jefe comunal, se gestó una obra de trascendental importancia que él no pudo cristalizar, pero que recién en estos días está a punto de concretarse. Se trata del Emisario Submarino, un proyecto sobre el cual nadie ha dicho que comenzó durante la gestión de Fabrizio. Para él, fue un sueño que no pudo concretar, pero seguramente debe haber tomado conocimiento, antes de irse, de que la obra está por concluir.
Luis Nuncio Fabrizio fue un hombre respetado por todos y de una sencillez extraordinaria. No tenía problemas en dialogar con un lustrabota, un barrendero o con cualquier persona. Era extremadamente tímido, pero muy receptivo. Tuvo la humildad y la modestia de los grandes. Los marplatenses lo veían permanentemente transitando por las calles de la ciudad, dialogando con la gente o tomando un café en un lugar público. El caminaba con tranquilidad por distintas arterias locales, porque era plenamente consciente de que nadie tenía nada que reprocharle de su paso por la función pública.
Por ello, su deceso ha producido una profunda consternación.