La denuncia impacta desde el enunciado y golpea de manera contundente por la precisión de los testimonios que la sustentan: un empresario vinculado al kirchnerismo blanqueó millones de dólares y de euros, transfiriéndolos a cuentas en el exterior de sociedades ficticias.
El apuntado es el empresario Lázaro Báez, el mayor proveedor de obra pública de Santa Cruz, quien fue denunciado a través de un informe que fue presentado por Jorge Lanata en su explosivo retorno a la pantalla chica.
La historia fue revelada por Leonardo Fariña, un enigmático contador que se convirtió en una figura satélite de la farándula local a partir de su casamiento con la modelo Karina Jelinek.
A través de una cámara oculta que le realizaron hace 18 meses en el programa Periodismo Para Todos, se develó la construcción de más de 50 sociedades anónimas falsas que permitió armar una especie de ducto, a través del cual el dinero en negro que salía de Santa Cruz iba a parar a cuentas de empresas radicadas en paraísos fiscales.
La función de Fariña en esta presunta cadena de corrupción era vehiculizar –como mano derecha de Lázaro Báez– el dinero hacia el exterior, mediante un complejo entramado financiero que beneficiaría a la familia del empresario kirchnerista.
Las operaciones del marido de Jelinek fueron ratificadas en el informe por Federico Elaskar, ex dueño de la financiera SGI, a través de la cual se gestionaba la salida del dinero hacia el exterior.
"Él era el cadete millonario de Lázaro Báez: intermediaba, a partir de nosotros, el envío de decenas de millones de dólares y de euros a sociedades en el extranjero que estaban vinculadas directamente al empresario y sus hijos, Martín y Leandro", detalló el financista.
"Se armaron entre 40 y 45 sociedades offshore en Belice, Panamá, Seychelles y distintos paraísos fiscales que están poco regulados; en general se utilizaba Belice con cuentas de banco en el Lombard Odier de Suiza, era una estructura que estaba bastante aceitada", apuntó Elaskar.
Cronología de un encuentro revelador
En el primer encuentro con Lanata, Fariña contó que manejaba mucha "plata negra" de un empresario vinculado al Gobierno, al que simplemente llamaba "El Jefe". Luego el misterioso esposo de Jelinek desapareció.
Unos meses después reapareció y volvió a visitar la casa del periodista; ante las dudas que generaba la actitud impredecible de Fariña, Lanata decidió grabar la conversación y manifestó su intención de que lo mostrasen como un empresario serio y respetable, a cambio de revelar cómo era la estructura de lavado de dinero en el Estado.
En el mismo encuentro, Fariña también puso el foco en Austral Construcciones, la empresa con la que Lázaro Báez se convirtió en el mayor proveedor de obra pública de Santa Cruz.
El cierre de la historia
La cámara oculta tuvo una segunda parte hace apenas una semana, cuando Fariña volvió a verse cara a cara con Lanata.
"Yo manejé la fortuna personal de un tipo con cinco mil millones de dólares, conozco todos los negocios", comenzó el hombre asistente de Lázaro Báez.
La gravedad de la denuncia invita a una inmediata reacción de la Unidad de Información Financiera (UIF), la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Justicia. Esta intervención múltiple es la única que podría ratificar o derrumbar lo que expuso Lanata, en un resonante retorno a la televisión.
El apuntado es el empresario Lázaro Báez, el mayor proveedor de obra pública de Santa Cruz, quien fue denunciado a través de un informe que fue presentado por Jorge Lanata en su explosivo retorno a la pantalla chica.
La historia fue revelada por Leonardo Fariña, un enigmático contador que se convirtió en una figura satélite de la farándula local a partir de su casamiento con la modelo Karina Jelinek.
A través de una cámara oculta que le realizaron hace 18 meses en el programa Periodismo Para Todos, se develó la construcción de más de 50 sociedades anónimas falsas que permitió armar una especie de ducto, a través del cual el dinero en negro que salía de Santa Cruz iba a parar a cuentas de empresas radicadas en paraísos fiscales.
La función de Fariña en esta presunta cadena de corrupción era vehiculizar –como mano derecha de Lázaro Báez– el dinero hacia el exterior, mediante un complejo entramado financiero que beneficiaría a la familia del empresario kirchnerista.
Las operaciones del marido de Jelinek fueron ratificadas en el informe por Federico Elaskar, ex dueño de la financiera SGI, a través de la cual se gestionaba la salida del dinero hacia el exterior.
"Él era el cadete millonario de Lázaro Báez: intermediaba, a partir de nosotros, el envío de decenas de millones de dólares y de euros a sociedades en el extranjero que estaban vinculadas directamente al empresario y sus hijos, Martín y Leandro", detalló el financista.
"Se armaron entre 40 y 45 sociedades offshore en Belice, Panamá, Seychelles y distintos paraísos fiscales que están poco regulados; en general se utilizaba Belice con cuentas de banco en el Lombard Odier de Suiza, era una estructura que estaba bastante aceitada", apuntó Elaskar.
Cronología de un encuentro revelador
En el primer encuentro con Lanata, Fariña contó que manejaba mucha "plata negra" de un empresario vinculado al Gobierno, al que simplemente llamaba "El Jefe". Luego el misterioso esposo de Jelinek desapareció.
Unos meses después reapareció y volvió a visitar la casa del periodista; ante las dudas que generaba la actitud impredecible de Fariña, Lanata decidió grabar la conversación y manifestó su intención de que lo mostrasen como un empresario serio y respetable, a cambio de revelar cómo era la estructura de lavado de dinero en el Estado.
En el mismo encuentro, Fariña también puso el foco en Austral Construcciones, la empresa con la que Lázaro Báez se convirtió en el mayor proveedor de obra pública de Santa Cruz.
El cierre de la historia
La cámara oculta tuvo una segunda parte hace apenas una semana, cuando Fariña volvió a verse cara a cara con Lanata.
"Yo manejé la fortuna personal de un tipo con cinco mil millones de dólares, conozco todos los negocios", comenzó el hombre asistente de Lázaro Báez.
La gravedad de la denuncia invita a una inmediata reacción de la Unidad de Información Financiera (UIF), la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Justicia. Esta intervención múltiple es la única que podría ratificar o derrumbar lo que expuso Lanata, en un resonante retorno a la televisión.
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