martes, 25 de marzo de 2008

VOLVIERON LOS CACEROLAZOS EN LA ARGENTINA

Las palabras de la Presidenta Crsitina Kirchner cayeron como un balde de combustible que avivó el fuego entre los productores agropecuarios y buena parte de los pueblos del interior, cuyas economías se sustentan en el campo. Así, no bien terminó el discurso -que siguieron con atención congregados en las rutas- estallaron con cacerolazos, bocinazos y tractorazos en lugares agropecuarios clave. Luego, el repudio empezó a sonar en algunos barrios de la Capital Federal.
Si tuviste oportunidad de estar o participar de alguna de las protestas podés enviarnos tu testimonio o imágenes a reportes@lanacion.com.arPor ejemplo, en el centro de Suipacha la marcha de tractores llegó frente a la Municipalidad; allí estallaron los cacerolazos de la gente que se acercaba a solidarizarse con el sector. "Todos vivimos del campo y no pueden robarles más", disparaba un vecino del lugar frente a las cámaras de TV. "Voy a defender al campo porque trabajo de ellos, vivo de ellos", se sumaba a viva voz un lugareño dedicado a la industria metalúrgica. Por otra parte, una productora apostada en uno de los piquetes de Rosario, también estallaba: "Malo, malísimo el discurso. Soy productora del interior y esto es malísimo para el país". Con todo, más allá de que los gestos de indignación tenían matices diferentes hubo una coincidencia: la medida de fuerza continúa por tiempo indeterminado". En Entre Ríos, el presidente de la Sociedad Rural, se paró frente a los convocados en la ruta 14 y repudió: "Nos castigan a nosotros y empobrecemos a los pueblos del interior. Vamos por el camino de saqueo del interior". Y agregó: "Nos quiere enfrentar con el hombre común, pero hay 200.000 familias pobres y no quieren hacerse cargo. "Egoísmo y soberbia de pensar que se saben todo", dijo. Luego, se dirigió a los productores y consultó: "¿Seguimos con la medida? Seguimos". Sólo habilitarán media calzada para que pasen autos y micros. El enojo también llegó a Capital. En el barrio de Recoleta una vez terminado el discurso de la presidenta los vecinos tomaron las cacerolas y bombos y los hicieron sonar. Todavía ahora se sienten los golpeteos provenientes de los balcones de uno de los barrios más paquetes de Buenos Aires. En el lugar, los ocasionales automovilistas se solidarizaban haciendo sonar sus bocinas. También a Juncal y Salguero, en barrio Norte, llegaron las cacerolas. Una multitud de vecinos en edificios de ese sector de la ciudad, asomados en los balcones, expresaron su bronca contra el Gobierno cacerola en mano. En el barrio de Palermo, en cercanías del zoológico, también sonaron cacerolas y bocinazos. Desde el lugar, el lector Horacio Bidner dijo a LANACION.com: "Estoy en Seguí y Lafinur; hace 20 mimutos que empezó un cacerolazo acompañado con gritos destemplados contra Cristina. Parece una rebelión pacífica contra el Gobierno".
Fuente Diario La Nacion

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