sábado, 10 de mayo de 2008

UNA CRUDA REALIDAD QUE PARECE CONDUCIR AL SUICIDIO DEL PAIS

Por estas horas, pocos o casi nadie se atreve a opinar sobre el devenir de esta segunda protesta del campo contra el gobierno de Cristina Kirchner, provocada por la falta de políticas estructurales para el sector más dinámico de la economía nacional. Aunque si se repasa un poco la historia reciente del conflicto, este escenario era una crónica anunciada hace un tiempito.Un día antes que el campo dispusiera una tregua de 30 días en la protesta que llevaba tres semanas, para volver a dialogar con el Gobierno, la dirigencia sectorial ya sabía que se venían jornadas de extrema dureza: en la práctica, el 1 de abril último, las autoridades habían puesto en manos de la Aduana los embarques de carne vacuna al exterior que, en la misma jornada, suspendió cargas por razones administrativas. Fue la primera señal que recibieron los popes del agro, com o para ir entendiendo quien manda y quien es el mandado.Después, llegó la incertidumbre tensa mientras esperaban ser convocados al diálogo, un convite que se produjo pocos días antes de que finalizara el plazo establecido por dirigentes y sus bases, para volver a reunirse en todo el país, una etapa que incluyó el portazo y salida del Gobierno del ex ministro Martín Lousteau, el mentor autorizado de las retenciones móviles.En los encuentros que la gente del campo mantuvo con las autoridades siempre quedaban carpetas de trabajo que se abrían en nuevos abanicos de temas a tratar que, por las características de las distintas producciones de alimentos que logra el país, preanunciaban mayor dilación en la búsqueda de las respuestas inmediatas que aguardaban las bases. En rigor, nunca llegaron porque esa era precisamente la intención: demorar decisiones, si es que alguna vez se pensó en tomarlas, porque no pocos afirman por estos días que, si algo de peronismo muestra esta conducción son algunos de los conceptos claros que nunca se caían de la boca del líder del justicialismo, Juan Perón, cuando contextualizaba que para demorar soluciones y respuestas, lo mejor solía ser crear una comisión.En la práctica, los conceptos del viejo caudillo volvieron a la superficie en estas semanas. Sólo se dilataron las respuestas que se esperaban porque, dicho sea de paso, quizá nunca existió ánimo ni decisión política para anunciarlas.El caso es que el campo volvió a las rutas, cerró el grifo exportador del "oro verde" y se prepara para impedir que el Tesoro se nutra con las divisas que aporta la venta de granos al exterior. ¿Por cuánto tiempo?. El devenir de los sucesos en las rutas marcará los tiempos y también los que corresponden a la capacidad de "aguante" de los productores, hoy sentados sobre sus cosechas.Mientras tanto, el Gobierno sigue buscando culpables y tensando más la cuerda que prometía acercar posiciones. Claro que los chacareros y gremialistas también hacen lo suyo: si definieron un lock out por ocho días, no quedan claras las razones que fundamentan para ir preparando una gran marcha agropecuaria nacional para el 25 de mayo, con destino final en el monumento a la Bandera. Y así planteadas las cosas, las perspectivas de volver al diálogo parecen alejarse cada vez más.Ninguna de las partes está dispuesta a ceder posiciones. En el caso de los chacareros, porque ya no creen en la palabra oficial y, desde el Gobierno, cualquier cesión amenaza con parecerse a una muestra de debilidad, un costo que este gobierno no está dispuesto a pagar.En la franja media, en tanto, están pareciendo las secuelas penosas de este desencuentro y el escenario muestra pueblos opacados por la falta de inversiones, cadenas de pago cortadas, cesantías dispuestas en el personal de plantas industriales de faena y maquinaria y cientos de actividades interrumpidas porque, si hay plata fresca en el campo, el interior vive, pero si se detiene ese motor, surge la peor de las sequías, la que encamina a los habitantes hacia un destino de abismo y potencial y cercana desaparición. "Detrás está la gente", resumiría Serrat.

Escribe Gladys de la Nova (Agencia DYN)

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