La presidenta Cristina Fernández de Kirchner viaja a Roma para participar de la Conferencia de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria organizada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y que tendrá desarrollo entre el 3 y 5 de junio.
Qué paradoja. Aquí en el país persiste un conflicto sin precedentes con final incierto entre el Gobierno y el campo y allá, en la sede que la FAO tiene en la capital italiana se abordarán temas vinculados a la lucha contra el hambre y la pobreza en el mundo, en el marco de un contexto internacional que puede significar una oportunidad histórica si el Estado y la dirigencia agropecuaria logran zanjar sus diferencias y se disponen a aprovecharla cada uno desde el lugar que les corresponde.
Pero, a juzgar por los mensajes y expresiones que se emiten desde ambas partes en pugna el diálogo no asoma y las posiciones se endurecen porque el jefe de Gabinete, Alberto Fernández y el gobernador chaqueño, Jorge Capitanich, por un lado han llamado a la reflexión a la dirigencia del campo y hasta les han aconsejado que soliciten a la Jefa de Estado una audiencia son condicionamientos; y por el otro, los chacareros apostados en las rutas amenazan con seguir con las medidas de protesta por tiempo indeterminado y con "no bajar las banderas" del reclamo.
A esta altura de los acontecimientos, cuando el conflicto ya se consumió 80 interminables jornadas de desencuentros como nunca antes había sucedido en la historia, la única salida posible que pueda destrabar este caos, estado de anarquía y entrecruzamientos entre sordos es que la dirigencia agropecuaria levante la medida de fuerza. Con todos los errores que se le puedan achacar al Gobierno nacional los hombres del campo deben deponer su actitud y sentarse a dialogar con el Ejecutivo.
Es que el Gobierno nacional ya dio señales harto elocuentes en el sentido de que no va a haber marcha atrás luego de los últimos anuncios efectuados el jueves, de modificaciones a la resolución 125 de retenciones móviles, y cuando hubo un mensaje mucho más contundente aún en la conferencia de prensa ofrecida por Alberto y Carlos Fernández junto a los gobernadores Daniel Scioli, Oscar Jorge, Gerardo Zamora, Sergio Urribarri, Juan Manuel Urtubey, Luis Beder Herrera y José Alperovich: Jamás se va a retrotraer la situación al 10 de marzo.
Si desde Agencia NOVA tuviéramos que poner en la mesa de interpretación del conflicto Gobierno-campo un testimonio clarificador y contundente a manera de guía de los pasos a seguir, suscribimos lo señalado por el Dr. Nelson Castro en su programa "El juego limpio": Debe levantarse la medida de protesta. Hay que sentarse a dialogar.
Esta posición a la que nos sumamos, que del periodista de mayor credibilidad en la Argentina no es caprichosa, porque si hay alguien que es mordaz, ácido y por demás crítico de la gestión del Gobierno de los Kirchner es Nelson Castro y, desde Agencia NOVA tenemos la enorme satisfacción de compartir este punto de vista vital en el marco de la crisis, toda vez que en los 80 días de conflicto vinimos sosteniendo que el campo debe comprender que las políticas para cada sector de la economía del país las fija el Estado y es imposible concebir un escenario en el que el campo, obligue a un determinado gobierno de turno a que se escriba en un Boletín Oficial una resolución hecha a medida y con el texto redactado tal cual lo conciban las cuatro entidades agropecuarias.
Con todos los errores achacables a los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández Kirchner; con la tan increíble como torpe falta de comunicación con el campo, más una muy mala política comunicacional -que tanto remarca el mandatario chubutense Mario Das Neves de manera recurrente- y el error de cálculo al evaluar las consecuencias que podía generar la resolución 125 en pugna, con todo, los productores rurales deben despejar las rutas, dejar de lado toda medida de protesta y sentarse a dialogar con el Gobierno.
Sin condicionamientos. Sin pedir que la Presidenta los vuelva a recibir porque ya lo hizo y en el medio hubo como respuesta tres paros, descalificaciones entre funcionarios y productores y desafortunados ataques verbales a un gobierno elegido en las urnas y a la investidura presidencial y de estos gruesos errores, cometidos por Alfredo De Ángeli y Eduardo Buzzi el 25 de mayo último en Rosario, no se vuelve.
De manera que la instancia que sigue es la sede de la Jefatura de Gabinete o la del Microcine del Ministerio de Economía.
No hay otra salida. Salvo que De Ángeli y Buzzi quieran impulsar una salida "por mano propia" al diagnóstico que enarbolaron frente al Monumento a la Bandera, cuando el titular de la Federación Agraria Argentina desafió: "El gobierno de los Kirchner es un obstáculo para que avancemos, para crecer con pleno empleo", y alienten la conformación de un partido político porque, por otra parte, los partidos de la oposición no han podido llevar agua para el molino propio con este conflicto según indican todos los sondeos de opinión.
La semana cerró con la decisión de un fiscal -Juan Murray- que aportó más confusión a esta tragicomedia al ordenar a la Prefectura Naval la detención de ocho ruralistas por la quema de pastizales en campos linderos a la ruta nacional 9, que une Buenos Aires con Rosario.
Murray argumentó que el humo obstaculizó la visión en la calzada en esa autopista, por lo que podrían ser alcanzados por un delito federal al poner en riesgo la vida de los automovilistas. Los ruralistas ya están en libertad pero el fiscal de San Nicolás dispuso citó a declarar la ex diputada María del Carmen Alarcón, y a la ex candidata a la gobernación bonaerense por la Coalición Cívica, Margarita Stolbizer, además de Eduardo Buzzi y otros dirigentes de entidades agrarias por aquel corte de la ruta 9 en la localidad de San Pedro ocurrido el 19 de marzo pasado.
Desde el Gobierno, el ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández salió a negar que hubiera injerencia del Ejecutivo en el tema, y cada jornada de paro agropecuario que transcurra seguirá generando más confusión aún al panorama político y económico del país como si no bastara con lo que nos han deparado 80 días de discusiones y desencuentros. Existe la necesidad de que el Gobierno y el campo retomen el diálogo. En caso contrario quién sabe qué podrá suceder. Hoy la confusión es tal que ni siquiera una "bola de cristal" podría aventurar un desenlace de este entuerto.
Dos posibles acciones del kirchnerismo
Por otra parte, en el PJ ya reina Néstor Kirchner. El peronismo se desenvuelve como siempre. Las críticas se escuchan en voz baja, en los cafés alejados de la oficina de Lupo en Puerto Madero y mucho más del nuevo búnker del ex presidente: la sede del Partido Justicialista de Matheu al 200.
Hay dos iniciativas que van a marcar a fuego el devenir de la política kirchnerista una vez hallada una solución al conflicto con el campo, si es que se encuentra una salida a esa crisis.
Por un lado, el Ejecutivo ya habría instruido a sus tropas de senadores y diputados en el Congreso Nacional para que comiencen a abordar la problemática de los jubilados, más precisamente, el punto neurálgico que tiene que ver con el 82 por ciento móvil como una manera de echar mano a ese recurso cuando "las papas queman" y generar cambios de timón en la imagen presidencial.
La otra iniciativa afectará -y minará- la gestión de Mauricio Macri en esta suerte de manía que tiene Néstor Kirchner de seguir la pelea con quienes considera sus contrincantes: El Gobierno evalúa impulsar el traspaso de los terrenos de los ferrocarriles de órbita nacional de la zona de Retiro a la órbita del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Allí nació y crece de manera indefinida la Villa 31 que cuenta con 50 mil habitantes que cuando reclaman al jefe de Gobierno porteño por agua, luz, cloacas y todo tipo de servicios reciben como respuesta un contundente "no es de jurisdicción, el Gobierno de la ciudad nada tiene que ver con los servicios que me piden", a manera de Poncio Pilatos.
Los terrenos van a ser traspasados a la órbita del Gobierno porteño y en la Rosada imaginan un ejército de habitantes de ese asentamiento golpeando las puertas del GCBA en reclamo por los servicios en un sector del que nadie se ocupó mientras crecía en densidad poblacional. "Deberá ocuparse Mauricio Macri", dicen los lugartenientes de los K.
La del estribo
Cristina Fernández de Kirchner y la presidenta chilena Michelle Bachelet gestionarán ante el Secretario General del Vaticano, Tarciso Bertone, un encuentro con el Papa Benedicto XVI con una misa en homenaje al cardenal Antonio Samoré, el mediador papal que impidió la guerra entre los dos países por el diferendo del Canal de Beagle, en 1978. Ambas mandatarias realizarán la gestión en el marco de la Cumbre de la lucha para atacar el hambre y la pobreza en el mundo que comienza este lunes en Roma. (Agencia NOVA)
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