Las expectativas y el incipiente optimismo sobre la posibilidad de crear un consenso amplio que inicie el proceso de reconstrucción del Partido Justicialista, están cediendo aceleradamente a un repudio que amenaza generalizarse. El encuentro en el Hotel Dorá y que no ha cumplido siquiera un mes pareció un llamado amplio que fortaleciese la acción política indispensable para dar pelea a los tiempos duros que unánimemente se vaticinan. El correr de los días, apenas al cabo de tres semanas, parece ya dar la razón a los pocos pesimistas de aquella reunión que salieron mascullando "ésta es una rosca inverosímil de pequeños distritos de la 5a. sección electoral para dejar afuera a Mar del Plata y a otras plazas imprescindibles".Hoy el coro quejoso ya es mayoritario, pese a que muy pocos discuten que "lo mejor sería, a fin de evitar todo tipo de costos, acordar en todos los renglones para que no haya internas".La cuestión central desde ese ángulo crítico, es que no sólo se quiere soslayar el engorro electoral sino que "ni siquiera se ha habilitado la mínima mesa de discusión de candidaturas porque ellas estarían resueltas en oculta cueva de resolución, donde mandaría gente de diminutas representaciones".En aquella reunión presidida por Alberto Balestrini fue figura fuerte el presidente del bloque de senadores, Osvaldo Goycochea de General Lavalle, un distrito de menos de dos mil electores.Y alentando las desconfianzas mencionadas ahora se agregan las versiones acerca de "una conjura del chiquitaje para repartirse los cuatro cargos de consejeros provinciales de la 5a. para la conducción partidaria". Ya se habla de los "bendecidos por el dedo superior" que no serían otros que los representantes de General Lavalle, General Madariaga, Villa Gesell, Municipio de la Costa y Adela Segarra "por género" o Juan Garivoto si hubiese otra variante femenina. Y ni por asomo nadie pensó en Tandil, Necochea, etc., mientras algunos, para simular prolijidad, dicen sin ponerse colorados "es que se recurrió a los distritos ganadores". Pero nunca hubo alguna reunión más o menos formal a la que hubieren sido convocados "para conversar o acordar" dos o más de los 10 marplatenses invitados al encuentro inicial. Luego de este "manijazo" tras el que más de uno quedó mareado, hablar de unidad o de consensuar para la dirección del PJ local, parece algo más que difícil.Están que trinanSi a los 10 privilegiados que escucharon en su momento a Alberto Balestrini dar lecciones de cómo y por qué había que buscar el consenso y la unidad les va como les va después de ver como Osvaldo Goycochea pergeñó en la 5a. esos elementos primordiales, es de imaginar cómo se encuentran los cuadros intermedios del pago con lo que pueden esperar en la construcción del PJ distrital. Los más han salido a trinar a través de los distintos medios de prensa con los calificativos que se repiten interna a interna: el reparto de siempre, el negocio de unos cuantos, los mismos de siempre, etc. El coro variopinto no presagia sin embargo la perspectiva cierta de un frente que se oponga y quizás la protesta se vaya diluyendo. Porque las previsibles tentaciones de oportunos ofrecimientos suelen doblegar a protestones sobreactuados de ocasión y porque no se vio -ayer venció el plazo- demasiado celo en la campaña de reafiliaciones, requisito que puede abrir o cerrar puertas a desprevenidos participantes.Algunos como Pablo Vacante y Juan Novero, el uno poco dispuesto a entrar en la vieja calesita y el otro que dicen preparado para el acuerdo con Garivoto, comenzaron en sendas comidas la tarea de precalentamiento de su gente.Tampoco se deben ignorar rumores que hablan de sectores más dispuestos a engolar la voz hablando de "unidad" que enronquecerse protestando. En primera fila, huelga mencionarlo pero que conste, Daniel Rodríguez ya habría puntualizado que "los compañeros me pidieron que sea presidente del PJ", Juan Garivoto prepararía a su anhelante delfín, Roberto Pampín y Fernando Gutiérrez tampoco le haría asco a una "lista de unidad", desde luego.En tanto los grupos juveniles y universitarios que nuclea el Cefil, también salieron a reclamar lo suyo "porque tenemos los suficientes de militancia y formación política aunque nos anotemos siempre para pegar carteles, pintar y hacer número". Con Rodolfo Iriart, Guillermo Bucek, Matías Casale y Carlos Aguer y otros a la cabeza, reclaman participar y lugar "que nos hemos ganado en el PJ". Consecuentemente, este viernes a las 19.30 inauguran un local en San Martín 3250 para participar directamente en la interna enfrentando a los acuerdos que privilegien continuismos.Vienen los cobistasEn tanto los radicales parecen algo aletargados o, simplemente observadores prudentes, de los avatares partidarios que están lejos de resolver la situación derivada de tanto dirigente que sueña con la resurrección de la mano del angel que bajó de los Andes, los que abandonaron la "K" para sumarse a la novísima "C", posiblemente intenten a mediados de octubre su primera presentación en Mar del Plata para mostrar su elenco que encabezarán Carlos Katz, Oscar Pagni, Sergio Fares y los que nunca abandonaron el paraguas del Ruso. Y tal vez logren sumar algún peronista que también la pasó bien en aquellas compañías.Otros ya no dejan dudas de que ese camino quedó atrás cada vez más volcados al rumbo "K" como Tato Serebrinsky, Diego Garciarena y Carlos Fernández. La circunstancia es mirada con atención por el intendente Gustavo Pulti que ve cómo ese bloque asaz confrontador va entrando a vías de mayor comprensión y razonabilidad, dejando sólo a Carlos Katz en su contumacia de derrotado desconsolado.
Autor/Fuente:Gerardo Gomez Muñoz(Diario La Capital de Mar del Plata)
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