La presidenta Cristina Fernández, pidió a la población que no frene su consumo, a fin de evitar que una caída de la actividad económica genere la pérdida de puestos de trabajo.
En su primera aparición pública luego de casi una semana de reposo por un cuadro de baja presión, Fernández dijo que su principal tarea como presidenta es defender los intereses de todos los argentinos, pero especialmente de quienes viven de un salario.
“Aquel que pudiendo hacerlo tiene miedo a consumir porque ‘a ver si pierdo el trabajo’, si no consume quiero decirle que va a terminar perdiendo el trabajo”, dijo Fernández.
“Es necesario entonces que aquellos que tienen poder adquisitivo y que pueden hacerlo, lo hagan (consumir), porque si no finalmente termina cumpliéndose aquello de la profecía autocumplida”, dijo.
La economía argentina completó en el 2008 un ciclo de seis años de fuerte crecimiento, pero la crisis financiera internacional y problemas domésticos comenzaron a dejar su huella ya en el cuarto trimestre del año pasado, y se espera una fuerte desaceleración en el ritmo de expansión en el 2009.
El freno en la economía se deja ver en el cierre de comercios, así como en las liquidaciones de temporada en los principales centros de compras del país, junto con suspensiones de personal en las industrias y en la construcción y la revisión de los planes de inversión de las empresas.
La “intimación” a consumir se produce en momentos en que la población sufre aumentos en los costos de numerosos servicios, como el transporte público, la salud privada, las escuelas privadas, los peajes y las tarifas de luz y gas, entre otros.
El poder de compra de los argentinos también se ve debilitado por el alza de los precios, que según las cuestionadas estadísticas del Gobierno fue del 7,2 por ciento en el 2008, aunque según estimaciones privadas superó el 20 por ciento.
El consumo representa alrededor del 65 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
El Gobierno lanzó en las últimas semanas un serie de medidas para impulsar la economía, como una rebaja de impuestos a los trabajadores, un plan de obras públicas de 32.000 millones de dólares y aumentos puntuales de fin de año en los ingresos de las pensiones y desocupados.
“Tengo la obligación como presidenta de todos los argentinos, de cuando defiendo los intereses de todos argentinos privilegiar los de aquellos que viven sólo de un salario o de aquellos que ni siquiera, pese a estos años de bonanza, han logrado tener todavía un salario en blanco a un salario permanente”, dijo Fernández.
Fernández negó la existencia de factores locales para la desaceleración económica.
“La crisis no fue nuestra, la crisis vino de afuera y nosotros vamos a seguir haciendo todo lo que tenemos que hacer los 365 días del año para defender los intereses de todos argentinos”, dijo Fernández.
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