La médica cubana disidente Hilda Molina, autorizada por el gobierno de su país a viajar a la Argentina para reunirse con su madre, su hijo y sus nietos, llegó al Aeropuerto Internacional de Ezeiza esta mañana, luego de 15 años de continuos pedidos ante el gobierno castrista para visitar a su familia en Buenos Aires.
"Gracias a todos los que ayudaron y a Dios", alcanzó a decir Molina a periodistas tras arribar al aeropuerto internacional de Ezeiza procedente de La Habana. Fue recibida por su hijo Roberto Quiñones, su nuera y nietos.
Molina ofrecerá una conferencia de prensa esta tarde, a las 16, en la casa que su hijo Roberto Quiñones de El Palomar.
Ayer, la familia de la médica se reunió con la presidenta Cristina Kirchner en la residencia de Olivos. Es que la decisión de Cuba de autorizar la salida de Molina de la Isla incluyó intensas gestiones de la Casa Rosada.
Roberto Quiñones, hijo de la neurocirujana, afirmó que no guarda "resentimiento" hacia las autoridades cubanas por haber impedido salir a su madre de la isla durante 15 años, y agradeció la decisión del presidente Raúl Castro como también "la sensibilidad de madre" que exhibió la mandataria Cristina Fernández.
"Fue algo así tan de repente que todavía nos cuesta creerlo", contó el neurocirujano en el aeroparque metropolitano Jorge Newbery de esta capital tras su arribo de Tierra del Fuego.
La familia de Quiñones comprende a su esposa, Verónica Scarpatti, y a los dos hijos de la pareja, Roberto Carlos, de 13 años, y Juan Pablo, de 8.
"Sé que acá mucho peso tuvo la sensibilidad de madre de la presidenta Cristina [Fernández] que desde el año 2003, cuando era senadora, ya estaba en el tema", sostuvo sobre las numerosas gestiones que ahora finalmente dieron su fruto.
Explicó que su madre, de 66 años, quien llegará mañana alrededor de las 6 al aeropuerto de Ezeiza, "por ahora tiene un permiso de las autoridades cubanas y una visa de cortesía de las autoridades argentinas por tres meses".
Pese a que durante 15 años reclamaron el permiso para que Molina pudiera salir de la Isla, Quiñones dijo estar "igualmente agradecido" a las autoridades de Cuba "porque siempre es mejor tarde que nunca".
"Más allá del dolor que nos hayan generado como familia, jamás en nuestros corazones va a estar ningún tipo de sentimiento de bronca, de odio, de resentimiento, de oportunismo ni nada que se lo parezca. Nuestro sincero agradecimiento al general Raúl Castro", expresó.
Finalmente, contó que Morejón, de 90 años, aún no ha sido informada sobre la visita de la hija porque no "es prudente" que atraviese un estado de "emoción violenta" y "una angustia de antemano" debido a su delicado estado de salud.
Sin rencores. Molina adelantó que no guarda rencor con las autoridades cubanas y que si se encuentra en la Argentina con la presidenta le dará "las gracias por las gestiones que hizo" y subrayará ante ella "lo importante que sería que la familia cubana pudiera reconstruirse".
La médica insistió con que su anhelo es vivir en Cuba y poder viajar a la Argentina para ver a sus nietos. "Yo quiero poder entrar y salir", dijo, en diálogo con radio Mitre y con TN. Dado que su permiso es por tiempo determinado y prorrogable, Molina aseguró: "Si mi madre mejora, perfecto, porque tal vez hasta podamos regresar las dos juntas; si empeora obviamente no voy a separarme de ella hasta que esto no tenga una definición con respecto de su vida".
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