sábado, 13 de marzo de 2010

GUARANGADA

* Jose Luis Jacobo
www.noticiasyprotagonistas.com


Esta semana ha sido pródiga en efectos pirotécnicos verbales, distribuidos a diestra y siniestra por quienes ya son visualizados en la comunidad como auténticos integrantes de una mafia. El concesionario de la nueva terminal de ómnibus, Néstor Emilio Otero, por toda respuesta a la interpelación a la que lo sometieron los concejales por más de dos horas y media y con base en un cuestionario de 91 puntos, los destrató, caracterizándolos de ridículos e ignorantes. Señaló que, de las cuestiones expresadas en dicha reunión, una sola sería pertinente, las rampas para discapacitados, aunque se quitó a medias el sayo aduciendo que las rampas son una necesidad en toda la ciudad y no sólo en la terminal, y que bien harían los concejales en atender los urgentes reclamos de la población para no decepcionar al soberano una vez más.
¿Increíble tanta guarangada y desubicación? Para nada, era más bien esperable. ¿Qué esperar de un tipo que está al frente de más de 80 sociedades, incluidos feed lots que reciben suculentos subsidios de la ONCCA? ¿A qué puede temer un hombre que se inició como “culata” del sindicalista metalúrgico Victorio Calabró y escaló hasta ser el más importante aportante de fondos a la campaña de Cristina Fernández de Kirchner? ¿De qué se va a cuidar un individuo que llegó a Mar del Plata por la defección política y ciudadana del ex intendente Víctor Daniel Katz Jora, aupado en un proyecto del desaparecido Carlos Mariani y que a poco de arribar le encontró el precio al bolsillo de Florencio Aldrey Iglesias? Por favor. Y sí, porque a diferencia de Cabrales, Zamora, Martínez Alliú, Miconi y Jerónimo Mariani, Otero le dio a Aldrey dos millones de dólares para sacarlo de apuros. A pocos días de realizarse la Cumbre de Alcaldes en Mar del Plata, el Gran Hotel Provincial carecía de equipamiento de aire frío/calor -ya conocemos el papelón que fue la retirada de River Plate en la temporada 2009 por falta de ese servicio-, así que sin auxilio financiero de la cadena NH, Iglesias recurrió al Estado provincial: recibió un dinero del FOGABA, pero no alcanzaba. Entonces apareció Otero, que a cambio de este socorro financiero recibió como promesa de pago una participación en el negocio de máquinas tragamonedas que se instalarían en el GHP. Pero no se instalaron, ni se instalarán; de allí la desesperación de FAI por obtener el control del proyecto para el centro comercial a construirse en la vieja terminal de ómnibus. Iglesias no amenaza e insulta porque sí: es que lo tiene a Otero colgado de su entrepierna reclamando el pago del pacto realizado e incumplido. La situación de crisis que vive Iglesias con Otero trae de los pelos a sus adláteres: Jerónimo Mariani no es tan ignorante como presume -“no lo conozco a Pelli”-, y Fernando Miconi no es tan guarango de habitual -ha llegado a referirse al proyecto del grupo Roig como que “es una poronga” (sic). No obstante, para predecir qué hará este dúo de mafiosos y sus compañeros de ruta alcanza con ver qué hicieron Mariani y Otero en la estación terminal de ómnibus. En la pasada tormenta, la gente circulaba por los pasillos internos con los paraguas abiertos: por lo visto nadie temía a la mala suerte, pues ya bastante grela es la de tener que circular por ese sitio. Los techos interiores se volaron, las oficinas se inundan, no hay puertas que cierren o abran la entrada principal de la estación... En fin. La pelea de fondo es por los dos millones de dólares que FAI le debe a Otero, y que Otero cobrará sólo si logra quedarse con el predio de la vieja terminal por treinta años. Tan desesperado está Iglesias, según cita una calificadísima fuente, que ante un alto funcionario de la Embajada española en la Argentina no trepidó en decir: “si el Intendente no me da el proyecto, lo echo a patadas en dos días”. Guarangos y mafiosos. Sólo eso.

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