El cierre de la 56º falla valenciana dejó mucho más que eso: una multitud presenció el momento en el que el cielo marplatense comenzó a brillar mientras que el gran Faro de más de 36 metros -monumento elegido para este 2010- comenzó a arder entre flashes fotográficos y la música típica de esta comunidad española. Una noche que se repite sólo una vez al año en la Plaza Colón y que ayer, una vez más, deslumbró y maravilló a miles de personas en el centro de la ciudad.
Las primeras actividades del día comenzaron por la tarde, a modo de antesala de la cremà, que se concretó minutos después de las 21.30, cuando el intendente Gustavo Pulti ofició de Fallero Mayor y extendió la llama que incendió luego el monumento fallero, deslumbrando al público allí presente.
Previamente, por la mañana se le entregó el pergamino al intendente Jefe Comunal
, que lo acreditó como “Fallero Mayor” y se colocó luego una ofrenda floral en el monumento a Don José de San Martín. Media hora más tarde se realizó una visita a la falla, seguida por la Misa y Ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia en la Iglesia Catedral.
Ya sobre la noche, la multitud se apostó sobre los distintos rincones de la Plaza Colón desde muy temprano a fin de captar un lugar panorámico para apreciar la belleza del juego de fuegos artificiales sincronizados y ver derrumbarse al enorme faro que fue devorado por las llamas.
La noche se presentó ideal: un cielo relativamente despejado y una temperatura agradable. Los primeros destellos de pólvora motivaron la adrenalina y el asombro de los espectadores, que registraron con sus cámaras fotográfica los instantes de una noche inolvidable.
Indudablemente, quienes residen en los altos edificios de la zona se ganaron, como cada año, un lugar preferencial para disfrutar cómodamente del espectáculo que ofrece la cremà del monumento, que marca el cierre de la Semana Fallera.
La antesala de este espectáculo estuvo a cargo de los integrantes de la Unión Regional Valenciana de Mar del Plata, quienes le ofrecieron al público una serie de danzas características y músicas típicas para entrar en clima.
En cuanto al gran faro vale decir que fue el monumento más alto de la historia elegido para marcar el cierre de la Semana Fallera, por lo que ingresó en el Récord Guinness. Medía 36,4 metros y se encontraba rodeado por varios “ninots” que representaban de manera irónica diferentes situaciones vividas en la Argentina durante el transcurso del 2009. En ese contexto se graficó al país como un queso y se expuso un interesante interrogante: ¿Quién se quedará con la mayor tajada?
Del queso y del enorme faro quedaron sólo cenizas, pero dejaron entre los marplatenses el recuerdo de una noche atípica, un cielo multicolor que brilló durante más de una hora, y la magia de la cultura valenciana en la memoria de los miles de espectadores.
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