Amnistía Internacional denunció "la indiferencia y el desinterés" del gobierno nacional por la situación de las comunidades originarias, tras la decisión de no recibir en Casa Rosada al cacique qom Félix Díaz, quien tenía pautada una reunión con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, luego del asesinato de dos aborígenes en Formosa.
El encuentro con Randazzo estaba previsto en la Casa Rosada, pero el titular del Inadi, Claudio Morgado, se comunicó telefónicamente con la diputada Victoria Donda, que acompañaba a los aborígenes, para informar que la reunión no sería allí sino en la sede de ese organismo.
"Queremos hablar con alguien que tenga poder de decisión. No queremos vivir como esclavos en esta democracia que hace mucho hincapié en los valores de los derechos humanos", dijo frente al ingreso de Balcarce 50 el cacique, quien advirtió que continuará con la huelga de hambre que inició el jueves y pasará allí Año Nuevo.
Randazzo decidió no recibir a los representantes qom alegando, según transcendió, "estar demasiado ocupado", y dispuso que el secretario del Interior, Mario Barbosa Moreira, encabezara el encuentro anunciado oficialmente el viernes.
En respuesta a este cambio de reglas, Díaz decidió regresar al campamento levantado en Avenida de Mayo y 9 de Julio, donde pasó la Navidad, en cuyas inmediaciones se apostaron ayer a la mañana efectivos policiales con un carro hidrante y varios móviles.
Tras los desalojos violentos ocurridos el 23 de noviembre a la comunidad qom La Primavera, el cacique Díaz y representantes de ese y otros pueblos originarios de la provincia de Formosa viajaron a Buenos Aires en busca de soluciones concretas a su reclamo por el derecho a sus tierras ancestrales.
Sin respuestas, el cacique y dirigentes aborígenes iniciaron el jueves una huelga de hambre a la espera de ser recibidos por la presidenta Cristina Fernández u otro funcionario nacional, lo cual, tras 24 días de campamento en Buenos Aires, no ocurrió.
Los representantes de los pueblos nativos reclaman el esclarecimiento del asesinato del toba Roberto López y del pilagá Mario López, en el marco de una protesta en reclamo de tierras.
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