*José Luis Jacobo
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Es un hecho que “hacer política” implica dinero. En la década del ’90, el dirigente justicialista Pablo Vacante sostenía que para ganarle una interna a él y su esposa, Susana Salerno, hacía falta contar, como mínimo, con un millón de dólares.
La exhibición de recursos cuantiosos ha sido una constante de las internas argentinas, en particular las del justicialismo. El resto del universo político requiere de dinero para sus movidas, pero nadie logra siquiera acercarse a este universo complejo que involucra a los distintos actores del siempre camaleónico PJ.
Travestido de Frente para la Victoria (FPV), en el Partido Justicialista, las dos pasadas semanas mostraron una impudicia increíble en cuanto a la disponibilidad de recursos que se emplean para crear la idea de una masa de gente que apoya al eventual candidato de manera aplastante. Tácticamente son movidas que buscan enviar un mensaje: “Ojo, que si vamos a la interna, hay aparato”.
Este fin de 2010 preanuncia un 2011 con enorme masa de recursos usados a tal efecto. Se movieron en pocos días aparatos diversos. El despliegue de recursos fue muy obvio en el encuentro realizado por Rodolfo “Manino” Iriart, quien cuenta con el apoyo del Jefe de Gabinete bonaerense Alberto Pérez. Un hecho que no debiera ofender a nadie, si no fuera porque Manino no posee antecedentes políticos advertibles, y funciona en base a fondos públicos que parecen llegar de manera intensa a su ONG Cefil.
El movimiento de dinero que se advierte es escalofriante. Ni Manino, ni Pérez, y menos aún Daniel Scioli aportan recursos personales, es plata de la sociedad la que se emplea para empujar una situación ficcional de importancia política.
Aunque con menores recursos, el encuentro también gastronómico realizado en el Club Talleres, que exhibió el rostro de Alejandra Urdampilleta como factor de visibilidad política, reveló también que tener una caja pública para fondear gastos es claramente un mecanismo de financiación que pagamos todos para el disfrute de algunos pocos.
Si una manifestación de este modo de hacer política ha sido grosera, eso fue la entrega de subsidios de Juan Garivoto, en un acto en el Hotel 13 de Julio, acompañado por el intendente Gustavo Arnaldo Pulti y el gobernador Daniel Scioli. Mucha plata se repartió en ese acto en subsidios (una vez más, plata de la sociedad), de los que Garivoto dispone de manera abundantísima. ¿Qué lleva a unos y a otros a manejarse en este escenario de imágenes de ficción? Que les ha dado resultado hasta el día de hoy.
Daniel Rodríguez no descartó que a la tendida gastronómica que organizó junto a Carlos Cheppi y Adela Segarra, “haya alguien que concurra para comer”, pero atribuyó la alta concurrencia (unas 3.500 personas) a la idea común de recuperar espacio político para el peronismo de Mar del Plata. En este sentido, luego del acto organizado para habilitar la autovía a Santa Clara, se generó un cruce entre los tres compañeros de ruta (Segarra, Cheppi, Rodríguez) y Pulti sobre la conformación de la lista de concejales. Al parecer, al ser requerido a ceder tres lugares en la misma, GAP habría respondido que con la hipótesis de 5 concejales, no hay forma de cederles tres a ellos. Allí terminó el tema de los supuestos y se inició un camino que dará nuevas alternativas en materia política a la ciudad.
Escalofríos da de sólo pensar cuánta plata va a circular en esta contienda.
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