Escribe Hugo Lastra (*)
Faltaban 262 días. Apenas ocho meses para las elecciones convocadas para el 12 de diciembre. Ese día el pueblo argentino podría elegir nuevo Presidente de la Nación. La difícil situación del país, y la gran presión que orquestaron los partidos opositores y medios de difusión metropolitanos interesados en el quiebre del orden institucional precipitaron el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Principalmente para los dirigentes y afiliados a todos los partidos políticos que, salvo honrosas excepciones, silenciosamente aprobaron la usurpación del poder soberano del pueblo por parte de los militares, pero también para millones de argentinos que aplaudieron esperanzados la llegada del general Jorge Rafael Videla al Gobierno nacional. El 24 de marzo se cumplen 35 años del derrocamiento del GOBIERNO CONSTITUCIONAL. Ese día se iniciaba la mayor tragedia de la historia institucional argentina. Repitiéndose, contra el peronismo, un suceso similar al vivido en septiembre de 1955, cuando otra alianza cívico-militar desalojó del poder a otro Presidente Constitucional, Juan Domingo Perón. Vacío de poder, abultada deuda externa que para esa época era de 7.500 millones de dólares y cesación de pago de los compromisos internacionales eran los fundamentos de los golpistas y la prensa metropolitana. En cada aniversario del último golpe militar, políticos, periodistas y distintos sectores de la comunidad, hacen referencia en sus discursos y análisis a la asunción del dictador Jorge Rafael Videla, describen el genocidio perpetrado y recuerdan a los desaparecidos del proceso militar.Nadie asume ni quiere compartir responsabilidades. Se hacen los distraídos, soslayan y olvidan posiciones. No recuerdan actitudes indiferentes y desestabilizantes que alentaron el derrocamiento del Gobierno Constitucional y posibilitaron la llegada de los militares al poder. Es lamentable recordarlo, pero el 25 de marzo de 1976 había alegría en los rostros de los opositores al Gobierno Justicialista. Pero también, es doloroso rememorarlo, que el mismo sentimiento de algarabía era vivamente expresado por muchos dirigentes y afiliados peronistas. Gran parte del pueblo argentino daba la bienvenida al hombre fuerte del ejército argentino, Jorge Rafael Videla y su tropa de iluminados, sin imaginar el drama que se avecinaba para vergüenza ante el mundo y sufrimiento de todo el pueblo argentino.Por eso el 24 de marzo de 1976 debe tener como eje central de recordación, el derrocamiento de un Gobierno Constitucional y la injusta prisión que padeció por cinco años la Presidente de la Nación, María Estela Martínez de Perón.El 24 de marzo de 1976, era destituida y encarcelada la primera mujer presidenta de una Nación en Latinoamérica. Fue recluida en la residencia “El Mesidor”, Neuquén, donde permaneció detenida injustamente casi cinco años.Es preciso recordar que ese día también era derrocado Mario José Franco, que fue el primer Gobernador Constitucional de Río Negro. El 11 de marzo de 1973 había ganado las primeras elecciones libres, transparentes y sin proscripciones realizadas en la provincia patagónica. .A la distancia, uno se pregunta si los gobiernos democráticos a partir de 1983, fueron mucho mejor que el ejercido por María Estela Martínez de Perón. Por eso a 35 años de esos desgraciados sucesos en esta Argentina olvidadiza de su historia parece que los únicos responsables de la dictadura genocida fueron Videla y sus secuaces de las Fuerzas Armadas. Es cierto que ningún sector de la vida nacional recomendó poner en marcha una estrategia o un régimen de horror y muerte. Pero también es innegable que los militares no habrían usurpado el poder si el pueblo argentino, los partidos políticos y los medios de difusión en forma conjunta hubiesen rechazado en forma monolítica y unánime el quiebre del orden institucional.Sería bueno preguntarse si los 20 meses de gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón, con todos sus errores y defectos, fueron mejores o peores que los trágicos siete años y dos meses que gobernaron autoritariamente los militares imponiendo un régimen de terror y ejecutando un inhumano genocidio en la república argentina. LOS PUEBLOS QUE NO TIENEN MEMORIA SUELEN REPETIR LOS MISMOS ERRORES
(*)Secretario General del Partido Justicialista de Río Negro
1 comentario:
De acuerdo en la mayor parte del comentario, los partidos politícos y los dirigentes y el Pueblo pedian el golpe.-Me acuerdo de eso.-
Tambien recuerdo que con el tiempo muchos dirigentes politicos ocuparon cargos en el Gobierno de la Junta.-
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