martes, 3 de mayo de 2011

EL MEJOR NEGOCIO DE CRISTINA KIRCHNER

Escribe Fernando Laborda
para el Diario La Nacion

La presidenta de la Nación ha comenzado a brindar en los últimos días algunas señales de moderación Por ahora son gestos casi imperceptibles para el gran público, pero significativos para ciertos actores políticos y económicos.
El miércoles pasado, en oportunidad de anunciar un proyecto de ley para limitar la compra de tierras por extranjeros, Cristina Kirchner había convocado al gremialismo a controlar los paros y protestas por demandas salariales, además de enfatizar que "la conflictividad no puede arruinarnos el modelo". Ayer, al reunirse con la cúpula de la CGT, encabezada por Hugo Moyano, la primera mandataria les reclamó a los sindicalistas que moderaran sus pretensiones de mejoras salariales.
El pedido a los sindicalistas sólo puede tener una explicación. En vísperas de un proceso electoral, el Gobierno no quiere conflictos ni quiere presiones inflacionarias adicionales a las que las propias autoridades nacionales provocan.
Bastantes costos políticos sufrió el kirchnerismo ya con los conflictos en el gremio ferroviario que, poco antes de la muerte de Néstor Kirchner, derivaron en la muerte del joven militante del Partido Obrero Mariano Ferreira, o, en vísperas de la última Navidad, provocaron un día de furia en la estación Constitución.
La Presidenta sabe que, si las elecciones se vuelven más reñidas por efecto de la simplificación de la oferta opositora que comienza a tener lugar, cualquier incidente mínimo o no tan mínimo, como un corte de rutas o de calles motivado por una protesta sindical, afectaría sus chances electorales negativamente.
Hubo un dato de la semana pasada que no debería pasar tampoco inadvertido. Al mismo acto en el que Cristina Kirchner anunció la iniciativa legal sobre venta de tierras, el Gobierno invitó a buen número de empresarios. Y, más allá de la polémica que pudiera haber despertado el proyecto presentado, la Presidenta dio allí señales de acercamiento, al menos en su diagnóstico de la realidad social, a la perspectiva de no pocos dirigentes empresariales, como los de la Unión Industrial Argentina (UIA).
Valiéndose de gráficos comparativos entre la Argentina, México y Brasil, dio a entender que nuestros salarios no estaban retrasados respecto de los otros dos países, al tiempo que puntualizó, con cierto dramatismo, que en Santa Cruz se perdieron 300 millones de dólares a raíz de un reciente conflicto intrasindical, como el de los petroleros.
Es probable que la Presidenta esté visualizando un nuevo escenario político, en el que la lucha central sea con Ricardo Alfonsín si, como algunos prevén, Mauricio Macri decide abandonar la carrera por llegar a la Casa Rosada.
En este hipotético contexto, es cierto que Cristina Kirchner y Alfonsín se disputarán un electorado parecido, afín al llamado progresismo de centroizquierda. Pero el dato central podría ser de qué manera seducirán ambos candidatos a la ancha franja de votantes de centroderecha que podría dejar huérfana la ausencia de Macri.
De este modo, si se verifican los pronósticos que dan cuenta de un nuevo escenario electoral, con menos actores protagónicos peleando por la presidencia de la Nación, no sería improbable que la moderación pase a convertirse en el mejor negocio.

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