Todavía con la resaca del festejo del domingo 23, vamos encontrándonos con compañeros y amigos tratando de arrimar el bochín con respecto a la hondura de este 54% de Cristina.
Como todos los militantes, repasamos los números provincia por provincia, municipio por municipio, y siempre hay alguna sorpresa en cuanto al margen con que se ganó, porque hace dos años en esos mismos lugares nos hicieron pelota. Basta con analizar los municipios del interior de la provincia de Buenos Aires: el candidato del campo no salió ni cuarto. Entonces, ¿qué es lo que pasó? ¿Cuál fue el milagro? Los milagros no existen. Hubo aciertos políticos, valentía, coraje, la voluntad de corregir errores y de desembarazarse de muchas políticas efectistas y de los hombres que las sustentaban (Alberto Fernández y su tropa).
Veníamos del 17 de octubre, fecha cara para el peronismo, y lo vivimos de una manera diferente. No hubo un acto grande sino más bien conmemoraciones acotadas: la CGT por allá, la provincia por acá, pero Cristina fue quien dio en la tecla como siempre. Habló para todos desde un acto que no se había convocado por el Día de la Lealtad, pero se refirió a aquella fecha desde el lugar que tiene hoy: "A partir del 17 de octubre de 1945 se pudo construir el movimiento obrero más amplio de América latina (...) pero también un movimiento político que hoy excede a nuestro partido", manifestó la jefa de Estado. Y eso es exactamente lo que creemos muchos militantes, que el 17 de octubre es la referencia ineludible pero que ya no puede ser el único recordatorio y menos de forma sectaria, en esta etapa de revalorizacion de la política donde los que se vuelcan mayoritariamente a la militancia son los jóvenes. Debemos ofrecer amplitud y generosidad para que reivindiquemos al 17 de octubre pero también a la juventud maravillosa de los 70, a los que creyeron y aguantaron hasta donde pudieron en los 80, a los que resistieron en los 90.
Para que definitivamente construyamos un movimiento político que sea capaz de expresar y contener a los que vienen pero sabiendo que tenemos un pasado que nos enorgullece.
En este octubre inolvidable, que además nos trae como ejemplo de las políticas iniciadas en 2003 los vientos de justicia de la condena a los represores de la Causa Esma con Astiz a la cabeza, se cumple el primer año de la muerte del compañero Néstor Kirchner. Un día muy especial, porque el mismo domingo en la Plaza de Mayo, en el medio de los festejos, todos lo extrañamos. Entre otras cosas, porque tuvo mucho que ver con ese 54%. Y aunque Cristina pidió que no se hiciera nada y sus familiares tendrán su ceremonia en Río Gallegos, es imposible no juntarnos por él. Por eso la enorme autoconvocatoria en Plaza de Mayo para rendirle un homenaje de la miltancia a quien nos devolviera la capacidad de volver a creer que con la política se puede transformar la realidad.
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