lunes, 1 de abril de 2013

"HUBO UNA REDUCCION DEL 66 % DE TRABAJO INFANTIL EN ARGENTINA"


Según explicó la presidenta de la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, María del Pilar Rey Méndez, el porcentaje se desprende de la comparativa de índices registrados entre 2004 y fines de 2012
El trabajo infantil es toda actividad económica o estrategia de supervivencia, remunerada o no, realizada por niños que están debajo de la edad mínima de admisión al empleo, en Argentina: 16 años. Con el fin de evitarlo trabaja la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Conaeti), que forma parte del Ministerio de Trabajo de la Nación.
Los datos cualitativos sobre el trabajo infantil en Argentina obtenidos a partir de la Encuentra de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes -primer estudio específico del tema hecho en el país- indicó en 2004 que un 6,5% de los niños entre 5 y 13 años estaban empleados. Y que entre los 14 y los 17 años lo hacían un 20,5%.
Estos datos, según explicó la titular de la dependencia, María del Pilar Rey Méndez, fueron actualizados hacia fines de 2012 a partir de que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) incorporó un módulo de trabajo infantil en la Encuesta Permanente de Hogares. “Los datos contrastados nos dieron una reducción del 66 por ciento: del 6,7% en total que se registró en 2004, se redujo a un 2,2% en 2012”, sostuvo.
Rey Méndez, le dijo a El Atlántico, que el objetivo de su tarea es lograr un país sin trabajo infantil. Para ello, sostuvo y reiteró a lo largo de la entrevista, las acciones en soledad del gobierno, los sindicatos o las empresas no alcanzan: “Esto requiere un trabajo en conjunto”.
En ese marco, la funcionaria llegó a Mar del Plata la semana pasada para reunirse con representantes del sector empresario, con el fin que se sumen a la Red de Empresas contra el Trabajo Infantil, creada en 2007.
Para Rey Méndez, “Argentina ha logrado tener una verdadera política pública de erradicación de trabajo infantil”. El primer paso, según explicó, fue la creación de las delegaciones en las provincias: Comisiones Provinciales para la Erradicación del Trabajo Infantil (Copretis).
Posteriormente el objetivo fue comenzar a instalar la temática con información, formación y difusión en el país para todos los actores sociales. De esta manera, en 2006 arrancó la creación de un plan nacional de erradicación de trabajo infantil. “Es un verdadero plan federal porque se ha consensuado con todas las Comisiones Provinciales”, señaló.
- ¿Cuál es el diagnóstico actual de la problemática en el país?
- Viene siendo muy auspicioso. La primera encuesta específica que hizo Argentina en 2004 de trabajo infantil nos dio una cifra del 6,7 por ciento de niños trabajando en la Argentina por debajo de la edad mínima de admisión de empleo (16 años). El año pasado –fines del 2012- se logró que el Indec incorpore un módulo de trabajo infantil en la EPH (Encuesta Permanente de Hogares). Esos datos contrastados con los de 2004 nos dieron una reducción del 66 por ciento de trabajo infantil en la Argentina. Del 6,7% que se registró en 2004 se redujo a un 2,2% en 2012. Esto no nos pone contento de ninguna manera, nos da mucha tranquilidad, que es otra cosa. Porque vemos que cuando se trabaja fuerte y con mucho compromiso aparecen los resultados que uno espera.
- ¿Qué zonas de Argentina que están más comprometidas?
- Nosotros preferimos no destacar zonas más comprometidas que otras, por varias razones. Sí podemos decir que el sector de actividad que más registra trabajo infantil en Argentina es el trabajo agrícola. Por eso es uno de los sectores en el que hemos venido trabajando muchísimo y en el cual tenemos muchísimas políticas nuevas en los últimos años: la ley nueva de trabajo Agrario (sancionada a fines de 2011), que va a marcar un antes y un después en esta temática. A eso hay que sumarle la Asignación Universal por Hijo y la herramienta que hemos diseñado en la Conaeti para erradicar el trabajo infantil agrícola que son los jardines de cosecha: espacios de atención y cuidado específicos para niños y niñas que cubran toda la jornada laboral de los padres para que no tengan que estar trabajando en las fincas rurales. Es la suma de estas políticas lo que está demostrando que el trabajo infantil se reduce. Pero todavía nos falta muchísimo.
- ¿Qué injerencia tiene la Asignación Universal por Hijo (AUH)?
- Los estudios cualitativos que estamos realizando en el norte del país claramente muestran un impacto importantísimo de la AUH en el aumento de la escolaridad y la reducción del trabajo infantil. Pero cuando se habla de la complejidad del trabajo infantil quiere decir que no hay una sola medida que ayude a erradicarlo. No es el aumento de la escolaridad únicamente, no es la AUH, no es la fiscalización. En realidad es el conjunto de estas medidas lo que genera situaciones o contextos socioeconómicos diferentes más inclusivos y que contribuyen a que los niños dejen de trabajar en el país.
- ¿Cómo se trabaja con las familias en situación de vulnerabilidad que se ven empujadas a que sus hijos trabajen?
- Estamos convencidos que para radicar el trabajo infantil hay que sustituir el ingreso que proviene del trabajo de los niños. Porque normalmente el trabajo infantil, en la gran mayoría de sus casos, está vinculado a situaciones de vulnerabilidad de los grupos familiares. Por eso digo que eso se combate con políticas activas de empleo: trabajamos articulados con las Oficinas de Empleo de todo el país, con programas de capacitación para los jefes y jefas para facilitar que consigan un trabajo decente, que es lo que en definitiva nos va a garantizar que ese niño o niña que retiramos del trabajo infantil no vuelva a trabajar. Y también trabajamos en la creación de espacios de contención con atención adecuada para esos niños, que es el otro factor que motiva al trabajo infantil: cuando los padres no tienen dónde dejar a los hijos. Esto pasa en la mayoría de los casos, entonces van con ellos y terminan trabajando. Es un cúmulo de factores y son una cantidad de medidas que hay que ir adoptando para garantizar eso.
LEY PENAL DE TRABAJO INFANTIL
El pasado 20 de marzo el Senado de la Nación sancionó una ley que penaliza el trabajo infantil. La norma agrega el artículo 148 bis al Código Penal y establece que “será reprimido con prisión de uno a cuatro años el que aprovechare económicamente el trabajo de un niño o niña en violación de las normas nacionales que prohíben el trabajo infantil, siempre que el hecho no importare un delito más grave”. Además exceptúa de la sanción al “padre, madre, tutor o guardador del niño o niña que incurriere en la conducta descripta”.
Sobre ello, Rey Méndez indicó que desde la Conaeti advertían que “el régimen de infracciones laborales estaba mostrando, como elemento disuasivo, ser insuficiente y pobre en relación al daño causado y al bien jurídico protegido”. Y agregó: “Argentina se colocó otra vez como pionero en esta temática. Digo otra vez porque la Red de Empresas contra el Trabajo Infantil, este modelo de articulación público-privado es único en el mundo, no existe en otro país. Por eso estamos dando asistencia técnica a Chile y a Ecuador que ya han creado su Red. Y tenemos varios pedidos más. Con la penalización, pasa lo mismo”.
Red de Empresas contra el Trabajo Infantil
En 2006 el Ministerio de Trabajo convocó a representantes del sector empresario con la finalidad de debatir la responsabilidad empresaria en la prevención y erradicación del trabajo infantil. Así se acordó la creación de un área de articulación interinstitucional y se creó la Red de Empresas contra el Trabajo Infantil.
Con el objetivo de expandir el área de la Red se realizó en Mar del Plata la semana pasada una jornada informativa con empresas de la ciudad para que se sumen a la iniciativa.
El espacio es presidido por la Conaeti y tiene un comité directivo de ocho firmas como órgano de gobierno y más de 100 empresas líderes que forman parte. “En realidad el impacto que tiene la Red es mucho mayor de 100 empresas. A lo que se comprometen cuando firman el convenio por el que adhieren es a garantizar la no utilización de mano de obra infantil en toda su cadena de valor. Porque el trabajo infantil no está en las oficinas, está justamente en aquellos segmentos del proceso productivo que se terciarizan. Allí a la hora de contratar proveedores y evaluar costos comerciales más bajos muchas veces está escondida esta situación”, explicó la presidenta de la Conaeti.
 
Por Joaquín Lledópara el Diario El Atlantico de Mar del Plata

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