LOS EMPRESARIOS DEL TRANSPORTE QUIEREN SUBSIDIOS DEL GOBIERNO PARA PAGAR A LOS CHOFERES QUE CONTINUAN EL PARO NACIONAL

 

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Anoche hubo un último intento por destrabar el conflicto, pero fracasó igual que otras gestiones anteriores. Los directivos de las cámaras de transporte reclamaron por subsidios caídos que el Gobierno dejó de distribuir. Sin eso -aseguran- no pueden afrontar el pago de salarios ni el aumento reclamado por la UTA.       

Los pasajeros que quedaron varados en la terminal de Retiro, ven la forma de pasar las horas hasta que la situación se normalice.

La UTA mantuvo el paro nacional por tiempo indeterminado en el servicio de micros de larga distancia al fracasar las negociaciones del Gobierno nacional con los empresarios del transporte para destrabar el conflicto, que ya afectó a 80.000 pasajeros y que dejará a muchos miles más sin poder viajar este fin de semana.
Grupos de pasajeros protestaron anoche en la terminal de Retiro y comprobaron que ni siquiera los atendían en las ventanillas para darles información. Algunos incluso denunciaron robos y reclamaron asistencia tras casi 30 horas de permanecer allí a la espera de poder viajar.
En la estación Ferroautomotora de Mar del Plata el panorama fue similar al del jueves cuando empezó el paro de los choferes: inactividad total en andenes y demás lugares vinculados al movimiento de las empresas de micros.
La huelga comenzó a las 14 del jueves después de que el gremio denunció la negativa de las cámaras empresarias a otorgar un 23% de aumento salarial y advirtió sobre posibles despidos.
El secretario general de UTA Roberto Fernández aseguró que los micros de larga distancia "no salieron ni saldrán" hasta tanto haya una solución fondo y confirmó la continuidad del plan de lucha por mejoras salariales y laborales.
"Los micros de larga distancia que están afiliados a nuestra organización se quedan en el garaje", sostuvo tajantemente el dirigente, cuyo gremio está alineado en la CGT oficialista de Armando Caló.
Fernández reiteró la necesidad de una nueva reunión en el Ministerio de Trabajo y estimó que para resolver el problema "a lo mejor" desde el Gobierno "tendrán que poner un subsidio, porque hay muchos costos". En ese punto pareció asumir el mismo argumento de los dueños de las empresas, que desde hace un año vienen criticando al Gobierno por el quite o reducción de esos subsidios.
En tanto, el vicepresidente de la Cámara Empresaria de Larga Distancia (Celadi), Fernando Browlin, expresó "preocupación" por la prolongación del conflicto. "En cuatro meses de negociaciones paritarias hemos asistido a 20 reuniones y la situación de los trabajadores no se resuelve", dijo en declaraciones radiales.
El empresario aseguró que la medida de fuerza afectó a 80.000 pasajeros en más de 2.000 destinos del país y alertó que de continuar durante el fin de semana "el déficit de las empresas alcanzaría los 83 millones de pesos".
Trabajo culpa a las dos partes
Por su parte, el Ministerio de Trabajo volvió a criticar la "intransigencia" tanto de los delegados de la UTA como de los representantes de las cámaras empresarias, al recordar que el jueves hizo una "propuesta conciliatoria que ambas partes han rechazado". Ayer hubo otras instancias de negociación, pero tampoco prosperaron.
Ante la prolongación del conflicto, los ministros de Interior y Transporte Florencio Randazzo y de Trabajo Carlos Tomada, convocaron a los empresarios del Transporte a la Casa de Gobierno, para última hora de anoche.
Pero esa reunión, a la que no acudieron delegados de la UTA, también fracasó. "Hemos hecho todos los esfuerzos, pero necesitamos 70 millones de pesos por mes para hacer frente a los salarios caídos de enero a la fecha y a un posible aumento del 23%" que reclaman los choferes, dijo Mario Verdaguer, del Celadi.
Mientras tanto, en Retiro grupos de pasajeros se manifestaron en el playón de entrada y salida de micros de la terminal porteña.
Muchos de los usuarios varados, inclusive niños, pasaron la noche en la terminal, donde algunos denunciaron que fueron víctimas de robos.
En el inicio del fin de semana las quejas de los pasajeros fue creciendo, sobre todo entre aquellos que viajaban a destinos del interior para cuidar a familiares enfermos o por situaciones laborales.
"No podemos ir a ver a nuestras familias por el capricho de unos pocos, porque nadie quiere ceder", lamentó una pasajera.