La académica Esther Díaz, de 80 años, contó a Infobae que su vida sexual en la juventud fue
La académica Esther Díaz, de 80 años, contó a Infobae que su vida sexual en la juventud 
fue "miserable" (Sebastián Freire/gentileza www.estherdiaz.com.ar)
“Mi vida sexual plena comenzó a los 50, y no es porque antes no me haya cogido
 a todo Buenos Aires y medio Conurbano, pero coger no es lo mismo que gozar”,
 dice a Infobae Esther Díaz, doctora en Filosofía, jubilada, divorciada, con más de
 30 libros publicados.
Es una rara avis dentro de su generación. Vivió sin tabúes, escribió sobre eso en
 su libro “Filósofa punk” (Ariel), y cada vez que puede invita a las mujeres al autoerotismo, a la masturbación, a la exploración personal del deseo. “Tuve 
una vida sexual miserable de joven, llegué virgen al matrimonio, conocí los
 orgasmos, pero la plenitud fue de adulta”, sigue. Ahora, a sus 80 años, su vida 
sexual sigue siendo rica.
“Que se terminara mi menstruación fue lo mejor que me pasó en la vida. Cuando
 leo lo de los chips sexuales me mato de risa porque si tenés una vida sexual plena 
no lo necesitás, existen juguetes sexuales, porno. Incluso empecé a ser
 multiorgásmica después de los 50 años. Ahora a los 80 sigo viviendo mi 
sexualidad, sigue vivo el deseo. Estar viva está vinculado al sexo”, sentencia.
Esther Díaz es autora del libro
Esther Díaz es autora del libro "Filósofa punk".
Pero no todas las mujeres de la tercera edad tienen su mente tan abierta a la
 exploración como la de la reconocida académica. Ani Kass es psicopedagoga especializada en gerontología y brinda talleres socio-recreativos a grupos de 
personas mayores de 60 años en sindicatos. Lo que ella ve es diferente: “La
 mayor dificultad que presentan las mujeres -y el prejuicio que las
 frena- es el cuerpo”, dice. En sus talleres de estimulación cognitiva y de
 comunicación, Kass recibe las dudas, miedos e inseguridades de las mujeres
 grandes que se acercan.
“Las preguntas que se hacen son: ‘Con este cuerpo, a esta altura de mi vida,
¿cómo voy a hacer para empezar de nuevo una sexualidad activa? ¿cómo 
voy a hacer para mostrarme, para presentarme ante alguien que no me conoció
 con un cuerpo joven, fuerte, turgente? Y la respuesta tarda en llegar, pero llega; 
el cuerpo que tienen es el cuerpo que pueden gozar”.
Mayores sin tabúes: una imagen de los talleres socio-recreativos sobre sexualidad para personas mayores de 60 años.
Mayores sin tabúes: una imagen de los talleres socio-recreativos sobre sexualidad para personas mayores de 60 años.
El “qué dirán” es el fantasma más importante con el que se tienen que enfrentar
 la mayoría de las mujeres grandes que van a los talleres de Kass. Para muchas
 de ellas, la viudez implica el final de su vida sexual, la muerte de esa parte vital 
de sus vidas y de sus cuerpos.
“También es una limitación muy importante la de reconocer la sexualidad
 solamente como genitalidad. Cuesta entender que la erótica se manifiesta
 desde muchos más sentidos que la genitalidad”, añade.
Kass, además de ser tallerista, fue la actriz que interpretó ese mismo rol en el programa “El club del deseo”, de la señal para adultos mayores ACUA Mayor, 
que estuvo al aire en la programación de la Televisión Digital Abierta (TDA) desde
 2012 a 2016.
El programa, que se convirtió en emblema del canal y sigue recibiendo mensajes
 en Youtube y en cont.ar, giraba alrededor de un taller de sexo y erotismo para 
adultos mayores donde Kass, a través de dinámicas grupales, permitía que
 salieran a la superficie temas vinculados al amor, la masturbación, la 
sexualidad y el deseo. En uno de los capítulos, la tallerista dice: “El cuerpo
 cambia, pero esto no impide la sexualidad; es solo un cambio, no una
 pérdida de vida sexual”.
Gabriel Katz, director de contenidos de ACUA Mayor, contó que cuando Mónica 
Roqué, médica y ex directora Nacional de Políticas para Adultos Mayores del
Ministerio de Desarrollo Social de la Nación durante 2002-2015, y el doctor en
 psicología y especialista en gerontología, Ricardo Iacub, les marcaron que había
 que hacer un programa sobre diversidad sexual de los mayores fue un impacto
 para todos los trabajadores de la señal.
“Nos tuvimos que deconstruir de nuestros prejuicios”, cuenta. “Sentíamos
 que nos planteaban una rebeldía, porque es un tema plagado de tabúes;
 parece que los adultos mayores tienen vedada la sensualidad”, dice.

Las y los especialistas dicen que la sexualidad en adultos mayores es
Las y los especialistas dicen que la sexualidad en adultos mayores es "un tema plagado de tabúes" (Shutterstock)
Con el director artístico de la señal, Nicolás Tocachier, se propusieron hacer este pr
ograma como un docu-reallity, y para hacerlo tuvieron que estudiar ellos también gerontología. “Aprendimos que la sexualidad se termina cuando se termina la
 vida de uno. ¿Cómo puede ser que sólo se le dé lugar a la ternura y no a la
 sensualidad y al erotismo?”.
Pero de a poco el feminismo también le llega a las mujeres de la tercera edad
. Kass cuenta que en sus talleres -los de la vida real, no los de la tele- hay una
 situación que se repite: los varones quieren formar pareja rápido y convivir, las
 mujeres le escapan a ese compromiso, “calzones yo ya lavé”, ahora quieren 
vivir solas, tener su espacio, salir a tomar algo, a lo sumo pasar el fin de semana
 juntos o hacer un viaje. “Cuando logran superar el prejuicio de que la juventud es
 el único momento de disfrute aparece esta diferencia con el hombre”, señala.
Uno de los consejos que da Esther Díaz a las mujeres que dicen que su vida sexual ha muerto es que usen juguetes sexuales y que se masturben. Ellas, sin embargo, suelen decir que sienten
Uno de los consejos que da Esther Díaz a las mujeres que dicen que su vida sexual ha
 muerto es que usen juguetes sexuales y que se masturben. Ellas, sin embargo, suelen decir
 que sienten "vergüenza".
“Conocí tarde en la vida al feminismo, pero lo conocí”, cierra Esther Díaz. “Las 
mujeres tenemos colonizado el cerebro, nos hicieron creer que después de la menopausia se termina la sexualidad. Los hombres creen que somos vomitivas
, y las mujeres creen que no tienen deseo, o les da vergüenza”, sigue.
Y cuenta sobre una vez en que después de dar una charla sobre este tema ante
 300 personas en la Universidad Nacional del Sur, en Bahía Blanca, se le acercó
 una señora viuda, que le dijo que le resultaba muy difícil conocer a alguien a sus
 65 años. “Y le contesté que había juguetes sexuales, que había pornografía,
 que se masturbe. ¿Sabés que me dijo? Que le daba vergüenza. ¡Si está sola con su cuerpo! ¿cómo le va a dar vergüenza? Eso nos hicieron creer”.