domingo, 17 de agosto de 2008

MARIO FIRMENICH,UNA ENCRUCIJADA DE LOS 70. ESCRIBE JOSE LUIS PONSICO

Una de las críticas que, históricamente, le formuló la cultura revolucionaria de los´70 a Mario Eduardo Firmenich tristemente célebre jefe de la organización Montoneros entre el´73 y el posterior recrudecimiento de la violencia a partir de la muerte de Juan Perón el 1º de julio del´74, fue no haber caído "en combate".

Por el otro lado, la organización guerrillera ERP. (Ejército Revolucionario del Pueblo) brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores PRT
vivió la revolución y la posterior derrota militar "en combate". Lo que ocurrió el 19 de julio del´76, en la zona de Villa Martelli. Se dijo "un enfrentamiento" con el Ejército, en tiempos de la dictadura.

Toda la cúpula del movimiento del ERP de origen marxista, luego guevarista, fue emboscada -siempre se dijo que como parte de "una entrega"- en el marco de una reunión del buró que comandaba el guerrillero tucumano Mario Roberto Santucho, de 39 años. Con él, murieron Benito Urtea-ga y Domingo Mena.

Estuvo ausente Enrique Gorriarán Merlo, el otro inte-grante de la jefatura de la organización -murió el 22 de septiembre de 2006, a los 64 años- y la reconstruccion de la caída del ERP. a partir del frustradointento de copamiento al Cuartel de Monte Chingolo, en la Navidad del´75, involucra a Firmenich.

Es que algunos historiadores que investigaron las relaciones entre los distintos jefes de las organizaciones guerrilleras, describen "la masacre de Villa Martelli" en el invierno del´76 -era un día sábado, horas de la tarde- como un virtual enigma. Es que el "Negro" Santucho había acordado unos días antes reunirse con Mario Firmenich.

Curiosamente, el jefe de Montoneros no sólo pudo salir del país sino que en 1980 como parte de una "contraofensiva" -calificada por entonces como "suicida"- participó de la decisión de enviar a varios integrantes de la organización guerrillera, militar, a la Argentina para producir diversos atentados.

Murieron todos después de la bomba puesta en el domicilio del economista Wálter Klein -funcionario de José Alfredo Martínez de Hoz- en su casa parti-cular, donde estaba con su esposa e hijos. Casi todos quedaron debajo de hierros retorcidos. Sobre-
vieron. Los miembros de Montoneros corrieron la misma suerte que el buró del ERP cuatro años antes.

El periodista y escritor Roberto Bardini en su libro "Tacuara, la pólvora y la sangre" describe "la patología" de muchos integrantes del movimiento nacionalista que participó en la vida política univer-sitaria y sindical, en los´60. A fines de la década Firmenich, con origen en "la derecha católica" era
un seguidor de Fernando Abal Medina, fundador de Montoneros.También Gustavo Ramus

"Muchos eran militantes valientes y decididos" Y agrega: "Algunos dieron un giro y en los´70 pasaron a la guerrilla". La reflexión vale para los primeros dirigentes de "la orga" -así se decía- egresados del prestigioso Colegio Nacional Buenos Aires. Además de ellos estaba Gustavo Ramus, de una familia con campos en Timote.

Fue en esa localidad agropecuaria, cerca de Carlos Tejedor, donde los tres y Norma Arrostito, de 22 años en el´70, perteneciente a una familia humilde, muy peronista, llevaron secuestrado al general Pedro Eugenio Aramburu y lo "ejecutaron" en lo que se llamo "el crimen del siglo".

El estilo "mesiánico" de la conducción del "comando peronista montonero" según Bardini puso "como una enorme contradicción" algunas acciones que "fueron a contramano" dice "de los verdaderos propósitos revolucionarios". El escritor alude mítico cura Leonardo Castellani cuando dijo "Los naciona-listas argentinos no saben dónde quieren ir, pero quieren llegar rápido".

Bardini da cuenta del final trágico del sociólogo Alberto Mansilla, militante montonero hasta poco antes del derrumbe en el ´76, tenía todo "arreglado" para irse a México. Había pedido "la baja" de la organizacion guerrillera e iba con su novia Adela Quesada, asistente social, con quién se casaría

El autor de la recopilación de los distintos movimientos revolucionarios entre los 60 y 70, describe que "Mansilla era un tipo sumamente inteligente y muy carismático molestaba mucho -su personalidad- a
uno de los jefes Rodolfo Galimberti, ex Tacuara".

No son pocos los historiadores que han formulado críticas por igual a Firmenich y el extinto Galimlimberti, que terminó cerca de la SIDE. del gobierno de Carlos Menem.

Bardini señala que "nada de lo que pensaba Mansilla pudo hacer; el 22 de abril del´76 fue citado a un encuentro en una plaza por alguien que conocía y cuando llegó lo mataron de un tiro".

Mario Firmech, nacido en 1946, vive en Barce-lona. Supuestamente ejerciendo su profesión de abogado y como un hombre común.

Publicado en el Diario El Atlantico de Mar del Plata

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