El músico, compositor y cantante Alejandro Sokol, quien falleció este mediodía a los 48 años en un hospital de Río Cuarto, fue un artista rockero que nutrió a la escena local desde el inspirado desenfado que desplegó en Sumo y Las Pelotas.
Su muerte en Córdoba, una provincia que amó y a la que había viajado para visitar a su hija y a sus nietos en Traslasierra y también para encontrarse con un amigo en Río Cuarto, cierra un tránsito acelerado que Sokol siempre vivió en tiempo presente.
A 18 días de cumplir 49 años, el creador disfrutaba como mentor de El Vuelto S.A., banda que soltó amarras a mediados de 2008, poco tiempo después de abandonar Las Pelotas, para plasmar su vocación de "hacer música" y divertirse.
"Soy un profesional bastante bohemio que necesito divertirme con la música", había dicho el artista en junio último después de abandonar Las Pelotas y ponerse al frente de El Vuelto S.A.
A escaso tiempo de cortar 17 años como parte esencial de Las Pelotas a raíz de las demandas de sus compañeros por su supuesta "falta de responsabilidad", Sokol comentó: "Tengo un instinto que me lleva a no renegar de nada. Pasé muchos años en Las Pelotas en los que aprendí mucho y los errores que hay son míos, pero ahora me siento libre y con la necesidad de disfrutar de lo que hago"
Y había agregado: "Me defino como un viajador de la música, como un volador, como un libre. Aunque por momentos soy un pajarón", ironizó apelando a la misma frescura con que abordó la música.
"Para mí no fue nada difícil ni tengo demasiados huevos por haberme ido de Las Pelotas. No me costó nada y estoy muy feliz por haber tomado la decisión de cortarla", subrayó hacia finales de diciembre pasado, días antes de que El Vuelto S.A. ofreciera su show más importante en el microestadio del club Deportivo Morón.
El camino musical de Sokol alcanzó reconocimiento general como baterista de Sumo, la banda encabezada por Luca Prodan que se formó en 1981 y debutó en febrero del año siguiente donde se encargaba de tocar el bajo dentro de una formación que también incluía a Germán Daffunchio (guitarra) y a la inglesa Stephanie Nuttal (batería).
La joven británica volvió a su país al comenzar la Guerra de Malvinas y Sokol pasó a tocar la batería permitiendo el ingreso de Diego Arnedo en el bajo y, por entonces, también se integró Roberto Pettinato como saxofonista.
Aunque Prodan también se fue, a su regreso en 1984 decidió seguir adelante con Sumo junto a dos nuevos laderos: Alberto "Superman" Troglio (batería) y Ricardo Mollo (guitarra).
Tras la muerte de Luca, en febrero de 1987, Arnedo y Mollo decidieron armar Divididos, mientras que Daffunchio y Sokol, la dupla que había empezado y no siguió en Sumo, impulsó el nacimiento de Las Pelotas.
Aquella herencia multimusical fue retomada y actualizada por Las Pelotas en que ambos artistas se repartían el sostén estético para urdir bellos álbumes como Corderos en la noche (1991), Máscaras de sal (1994), Amor seco (1995), La clave del éxito (1997), ¿Para qué? (1998), Todo por un polvo (1999), Esperando el milagro (2003), Show (2005) y Basta (2007).
El vínculo entre Daffunchio y Sokol se fue resintiendo y "El Bocha" (como se lo conocía en el ambiente rockero) decidió irse de Las Pelotas para potenciar su unión con Ismael Sokol (su hijo), Nicolás Angiolini y Gustavo Bustos (guitarras), Sebastián Villegas (bajo) y Damián Bustos (batería) con quienes dio forma a El Vuelto S.A. para no dejar de rockear.
La incipiente banda iba a ingresar a estudios en febrero para luego registrar su álbum debut influenciado por la sonoridad de Las Pelotas, Sumo, Pink Floyd, Bob Marley, The Police y David Bowie.
Fuente Telam
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