*Por María Silvina Silvestre
Alternativas: El retorno.
“La crisis financiera, económica, alimentaría y climática tomaron un carácter dramático a escala mundial en el 2008. Los efectos serán a largo plazo. Las respuestas dadas a las crisis en curso por las organizaciones internacionales y la mayoría de los Gobiernos hicieron crecer sus propias crisis de legitimidad. En efecto, una gran parte de la opinión pública se da perfectamente cuenta de que se procede al salvataje de los banqueros sin ninguna consideración por el pueblo inocente. La conjunción de estas crisis muestra al pueblo la necesidad de liberarse de la sociedad capitalista y su modelo productivista, ya que constituyen la raíz del problema.
El pensamiento neoliberal desarrolla el concepto de ineluctabilidad: el sistema que es, debe ser porque es; la mundialización/ globalización, tal como se desarrolla es inevitable, todos deben someterse. Se sumerge así en el misticismo y en el fatalismo. Con todo, una mirada atenta sobre la historia demuestra la incongruencia de la idea “de irreversibilidad”.
Tomemos el ejemplo del ámbito financiero; a principios del SXX, la libertad de los movimientos de capitales, garantizada por el patrón oro, la libertad de los cambios garantizados por los tratados del comercio y la inversión parecían irreversibles.
La primera guerra mundial vino a trastornar todo esto. En los años 20, la omnipotencia de los mercados financieros, parecía tan irreversible como pretende serlo actualmente. La quiebra de 1929 y la larga crisis que siguió, obligaron a los gobiernos a supervisar estrechamente las actividades bancarias y financieras.
Al final de la segunda guerra mundial, los gobiernos de los principales países capitalistas vencedores se pusieron de acuerdo para dotarse de instrumento de control financiero en el nivel internacional. El FMI, en particular, tenia por objetivo velar por este control (el Art. VI de su estatuto lo estipula explícitamente).
Varios gobiernos de Europa Occidental emprendieron a partir de 1945 extensos programas de nacionalizaciones, incluso de bancos, bajo la presión del mundo del trabajo.
Las certezas teóricas neoliberales enunciadas actualmente no valen mucho más que las de los liberales o conservadores que estaba en el poder en los años 20 en vísperas de la quiebra financiera.
El fracaso económico y el desastre social causado por los neoliberales de hoy, podrían desembocar en nuevos grandes cambios políticos y sociales. La globalización no es una aplanadora que destroza todo a su paso: las fuerzas de resistencia están completamente presentes. ¿Por qué por lo tanto excluir que el descontento social se exprese nuevamente alrededor de proyectos de emancipación? No hay ni fatalidad económica ni situación política que resista a la acción de las fuerzas sociales”.
Expresó Eric Toussaint, expositor de Bélgica en la convención de Economistas de la Habana.
Dentro del marco económico pareciera importante siempre las estadística que solo marcan una porción de las economías mundiales dando lugar a lo financiero y dejando de lado lo social.
Con esta postura se devela una interesante nueva mirada hacia lo económico, financiero y una marcada postura a la defensa de lo social, poniendo énfasis en lo que el FMI debería ser y no es.
Dando a conocer que el verdadero valor monetario es el respaldo en oro, cuestión que el país garante de ello no cumple, ya que su moneda es dupla. Una con valor oro para el mercado interno y una sin valor oro para los préstamos internacionales a los países del tercer mundo, o como ellos lo llaman actualmente los mercados emergentes.
Es entonces una falacia pensar que los “garantistas” cumplen su función mientras los fueros a nivel internacional son estáticos y dependen solo de los EEUU.
Ya aquí no solo se podría tratar “El Bloqueo” a cuba como una guerra económica, sino que se plantea una sede itinerante del FMI dentro de la globalización como alternativa a una “equidad” a la guerra económica y financiera que este país ha decidido con el mundo de los mercados emergentes.
Gentileza de Revista IDA & VUELTA
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