Escribe Jose Luis Jacobo
Director del Semanario
Noticias y Protagonistas
Si algo ha caracterizado a Gustavo Arnaldo Pulti (GAP) es su capacidad innata para el cotorreo sin sentido. Cual flautista de Hamelin, GAP mantiene la tensión política con anuncios que intentan a diario y por todo medio adicto abonar la idea de que resultará vencedor en la próxima elección porque está “muy bien” con la gente. Curioso mantra repetido a diario por autistas locales a la busca de mantener el statu quo que les permite vivir sin trabajar.
En la última semana GAP impulsó dos cuestiones que intentan mantener la percepción de una gestión fantástica, la mejor de todos los tiempos, esa que lleva a que Adrián Alveolite a insistir con que son “distintos”, como si de verdad hubieran hecho algo en serio y diferente de sus antecesores para cambiar el paradigma administrativo de la ciudad. Cualquier distraído sabe que no es así.
Retomando, dos actos pusieron una vez más a andar la maquinaria de la mentira repetida hasta el hartazgo por el periodismo de “corte y pegue”: que en breve se comenzará a asfaltar calles con un crédito del Banco Mundial, y la difusión de un cónclave realizado en quinta de la zona, en la que el licenciado Carlos Fara habría revelado encuestas que colocarían a GAP con un 70% de aceptación.
Una vez más, se lo demandamos los ciudadanos: que exhiban las encuestas, que no sólo hablen sobre ellas. Que muestren sobre qué universo poblacional se trabajó, a cuántas personas se encuestó, si fue presencial o telefónica, espontánea o guiada, en base a qué tipo de cuestionario.
Intramuros, sin embargo, y a pesar de esos aires de supremacía con que algunos se envuelven, hay mucho ruido. Hace no demasiados días, Pulti hacía referencia a que lleva años trabajando codo a codo con Marcelo Artime, aunque es bien público y notorio que ha sido más bien a los codazos. Pulti ha destrozado, literalmente, a quien lo acompañó estos años, es cierto, en la construcción de Acción Marplatense. Prueba de ello es la actual situación del concejal Diego Monti, ungido a la jefatura del bloque de los accionistas marplatenses y hoy operador todo terreno de GAP, porque éste se ha alejado notoriamente de la compañía del arquitecto presidente del Concejo Deliberante.
Monti está actualmente a cargo de delicadas operaciones políticas. Según señaló el mismo Monti en conversación que mantuvimos en la 99.9, tiene diálogo habitual con curules radicales. En ese andar, Monti ha solicitado favores fuertes; por caso, pidió que se eleven hasta el séptimo infierno las críticas a María Eugenia Dicándilo, secretaria del Concejo Deliberante que ocupa un lugar que el Intendente quiere para otro. En vez de disponer del cargo -el oficialismo tiene todo el derecho- están armando una operación política sucia, la oposición critica, cuanto más salvaje mejor, y la partida de Dicándilo será la consecuencia de esa diatriba.
Así de cínico, así de cruel, siempre por atrás, mintiendo. Como le mintió al titular del SMATA local siete meses antes de la elección que lo llevó a la Intendencia: “quedate tranquilo, Martín (Paci), yo con ‘el Gallego’ no voy siquiera a sentarme, no voy a cometer el mismo error que cometieron Aprile y Katz”. Por favor, no resiste un cuarto de archivo.
Hoy Pulti busca desesperado una puerta de salida. Quiere ser senador provincial, un refugio cómodo que le evite poner la cara en un próximo mandato por sus propias mentiras, las de cada día, las de cada hora, las de cada momento. Tal como señaló oportunamente Abraham Lincoln: “Podrás engañar a todos durante algún tiempo; podrás engañar a algunos siempre; pero no podrás engañar siempre a todos”. Así de simple
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