jueves, 13 de agosto de 2009

LA MALA SEMANA DEL OFICIALISMO EN MAR DEL PLATA

*Ramiro Melucci
www.diarioelatlantico.com

El bloque de Acción Marplatense no logró aprobar la prórroga para Multicanal. Encima, el resto del Concejo avanzó en el sistema de tarjetas por aproximación para los colectivos. Pasó luego del surgimiento de una nueva bancada kirchnerista. Y cuando el de la Coalición Cívica está a punto de quebrarse.-
“Esta semana aprobamos lo de Multicanal. Y la que viene avanzamos con el Centro de Especialidades Médicas y el Código de Publicidad”. El optimismo que exudaba un concejal oficialista al comienzo de la semana pasada se deshizo, con el correr de los días, como un glaciar en pleno desierto. Lo peor para el bloque de Acción Marplatense del Concejo Deliberante no fue que la prórroga para la empresa de TV por cable no se aprobó: también debió soportar que la Comisión de Transporte reflotara, contra sus intenciones, el proyecto de las tarjetas por aproximación para adoptar como sistema de pago en los colectivos de línea.
Todo se desencadenó para el oficialismo de manera fulminante. El miércoles al mediodía era casi un hecho que el convenio que firmaron Pulti y las autoridades de Multicanal a fines del año pasado –que le da tiempo a la empresa para enterrar sus cables hasta diciembre de 2015 a cambio de una serie de prestaciones a entidades de bien público- se votaría en la sesión del día siguiente. Parecía una garantía lo que había sucedido dos días antes, cuando la Comisión de Legislación, con la anuencia de buena parte de la oposición, dejó que el acuerdo pasara al recinto.
El problema sobrevino después de una reunión entre los jefes de bloque y los representantes de la empresa que se hizo el miércoles en el despacho de Marcelo Artime, el presidente del Concejo. Los opositores pretendían la inclusión de más contraprestaciones a cambio de la prórroga. El oficialismo aceptó, pero para eso era imperioso que el convenio no se aprobara el jueves, sino que volviese a comisiones. Así fue.
El acuerdo que había rubricado Pulti establecía que cien entidades de bien público, escuelas, hogares de ancianos y la Casa de Mar del Plata en Buenos Aires fueran provistas de TV por cable e Internet gratis. Los compromisos que asumía Multicanal abarcaban también la instalación de Internet inalámbrico (Wi fi) en distintas zonas de la ciudad, la interconexión de semáforos en las principales avenidas a través de fibra óptica, la instalación para video en diez semáforos y el mantenimiento de algunas plazas.
Los opositores, sin embargo, mantenían serias dudas: ¿Cuál era el monto total de la contraprestación? ¿El Municipio iba a tener que hacer alguna erogación para mantener las instalaciones que ofrecía Multicanal? ¿De cuánto? El bloque de Acción Marplatense trató de despejar esas dudas en el debate de comisión, pero se encontró con una dificultad infranqueable: nada de lo que decía figuraba, ex profeso, en el convenio.
Tampoco figuraba que, si alguna de las partes violaba el texto, el convenio sería dado de baja automáticamente. “Es el primer convenio que veo que no lleva una cláusula de rescisión”, chilló un edil. Era el preludio del mal paso oficialista.
El despacho de la Comisión de Transporte a favor del sistema de tarjetas por aproximación en los colectivos sería causa de otro malestar en el Gobierno. Es un dictamen que está lejos de lo que proclaman las concesionarias del transporte, partidarias de las máquinas monederas. Y lo que menos desea Pulti es tener ahora una trifulca con los transportistas: las relaciones se están recomponiendo después del cruce mediático por la amenaza de corte del servicio nocturno. La bancada de Pulti en el Concejo siempre defendió, por otro lado, la necesidad de instalar un sistema mixto, que contemplara tarjetas de aproximación pero también monederas. No fue casual que ninguno de sus representantes en la comisión se haya sentado a debatir el día en que sólo las tarjetas fueron aprobadas. “La reunión fue extemporánea”, se quejó, ceñudo, un edil que reporta al intendente.
El oficialismo tiene por delante, sin embargo, una semana que se le presentará ideal para la revancha. Habrá una jornada de trabajo para empezar a discutir el nuevo Código de Publicidad, un proyecto que Pulti prometió en la campaña, y buscará acelerar el proyecto para la construcción del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (CEMA), un anhelo del secretario de Salud, Alejandro Ferro.
Ahí debieran terminar las novedades del Concejo. Pero no terminan porque no fue una semana como cualquier otra. Un grupo de kirchneristas se unió para crear un bloque nuevo (Frente Nacional y Popular Marplatense), que intentará terciar de aquí a fin de año entre el oficialismo y la UCR. La otra novedad es que los dos concejales de la Coalición Cívica rumbean hacia el divorcio: sería inminente la ruptura entre Leticia González y Guillermo Schütrumpf.
El Gobierno sigue el folclore de los concejales pero le importa más su propio devenir. El secretario de Economía, Mariano Pérez Rojas, iniciará esta semana una serie de reuniones con el sindicato de municipales. El gremio pretende un nuevo aumento salarial a partir de los sueldos de agosto. Este año ya cobraron uno del 14% desdoblado por mitades. “Ahora ya no iríamos sólo por un 7%, sino por algo más”, soltó un dirigente gremial.
Aunque las negociaciones arrancarán en los próximos días, los municipales fueron, de todos modos, protagonistas de la semana política que se fue. La administración Pulti contestó un pedido de informes acerca de la cantidad de empleados que tiene la Comuna. Pero el autor de ese petitorio, el peronista Ricardo Alonso, se quejó por lo que consideró “una respuesta incompleta” del titular de la Oficina para la Descetralización y la Mejora Administrativa, José Cano.
El funcionario hablaba allí de poco más de 5.000 agentes, pero no incluyó a los docentes. “Me limité a responder lo que me pidieron”, dijo. Alonso estalló: “Sentí que en la respuesta me estaban tomando el pelo”. Cano aclaró después que, en rigor, el Municipio cuenta con más de 7.000 empleados en su planta. Y reconoció que incumple la norma provincial que lo obliga a emplear a un 4% de discapacitados.
“Sinceramos una situación”, apaciguó el oficialista Leandro Laserna ante el torbellino de críticas opositoras. En este caso, el Gobierno reaccionó rápido: anunció un proyecto para empezar a contratar más discapacitados. El yerro fue que ese anuncio tuvo lugar cuando la polémica ya había estallado, y que más que una decisión meditada se pareció a una respuesta desesperada.

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