Escribe José Luis Jacobo
www.noticiasyprotagonistas.com
Así parece estar la dirigencia local, extraviada. Y no se trata solamente del Ejecutivo local, metido en una abrumadora gimnasia de anuncios sin sentido, aunque es claro ya el efecto de la falta de capacidad administrativa, que ha tirado por el piso la recaudación y sólo atina a ver cómo recolecta fondos públicos de las administraciones provincial o nacional.
La deuda con Transportes 9 de Julio es literalmente escandalosa; no la única, pero quizá la más notoria para una ciudad que se deteriora a diario en su calidad de servicios prestados a la población.
El proyecto para la vieja terminal no avanza: los “ganadores” son los primeros que quieren que no prospere, porque no hay inversores. En las consultas realizadas por Jerónimo Mariani siempre apareció una pregunta importante: Iglesias, ¿qué rol cumple en esta sociedad? Y la segunda: ¿están asociados con Néstor Otero? Incómodo, Mariani nunca logró pasar este examen ante los principales operadores de grandes superficies comerciales en la Argentina, que gana alguna tienen de venir a Mar del Plata a asociarse con mafiosos y parásitos.
El oficialismo anunciaba victoria en la imposición del nuevo código de publicidad –que debería ser denominado como “Alamedidadealdrey”-, pero no pudo ser aprobado y volvió a comisiones. En medio, otra ronda de rumores que hablaban del voto favorable de Beresiarte, tironeada entre sus acuerdos con Pulti, su temor cerval a Iglesias y la presión de Juan Carlos Dante Gullo, quien tiene intereses en cartelería en vía pública en Mar del Plata.
De fracaso en fracaso, la acción judicial iniciada por los empleados del Concejo Deliberante ha tenido un traspié inicial en el fuero contencioso administrativo: un fallo adverso del juez Marcelo Fernández, que no aceptó el pedido de emplazar una cautelar solicitada por el personal, provoca que la actividad del deliberativo quede restringida al horario de 8 a 15 horas.
Esta situación sólo amplía el conflicto. La restricción horaria implica que poco y nada puede esperarse en estas semanas que quedan para concluir el año en la resolución legislativa de temas tan importantes como los mencionados.
Una cuestión a señalar es la montaña de dinero que está corriendo en la puja interna del Frente para la Victoria (FPV) a nivel local. Los distintos actos realizados dan escalofríos, no por la convocatoria, sino por la disponibilidad de efectivo que exhiben los actores en cuestión. En estos actos no se ha hablado de qué hacer para gestionar a Mar del Plata: se trata sólo de especulaciones para ver cómo se posicionan en la lista de concejales de cada partido. No hay vocación de poder visible, lo que hay es una desmedida ambición de vivir colgado del presupuesto público.
Ante el desafío del 2011, la ciudad necesita de un programa de acción que prevea sincerar las cuentas municipales, introducir criterios dinámicos y concretos de administración, así como una profunda reforma administrativa.
Sincerar la planta de personal y revisar las incorporaciones escandalosas que se generan en esta etapa. Concursos amañados, acuerdos espurios para acallar voces discordantes, y un final de gestión que revela su patetismo en la designación de la patinadora Claudia Rodríguez como responsable (es una manera de decir) al frente de Tránsito. La salida de su antecesor, Mansilla, rodeado de la escandalosa situación del robo sistemático de motos de los depósitos municipales expone el nivel de incapacidad y corrupción de esta auténtica desgestión municipal.
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Así parece estar la dirigencia local, extraviada. Y no se trata solamente del Ejecutivo local, metido en una abrumadora gimnasia de anuncios sin sentido, aunque es claro ya el efecto de la falta de capacidad administrativa, que ha tirado por el piso la recaudación y sólo atina a ver cómo recolecta fondos públicos de las administraciones provincial o nacional.
La deuda con Transportes 9 de Julio es literalmente escandalosa; no la única, pero quizá la más notoria para una ciudad que se deteriora a diario en su calidad de servicios prestados a la población.
El proyecto para la vieja terminal no avanza: los “ganadores” son los primeros que quieren que no prospere, porque no hay inversores. En las consultas realizadas por Jerónimo Mariani siempre apareció una pregunta importante: Iglesias, ¿qué rol cumple en esta sociedad? Y la segunda: ¿están asociados con Néstor Otero? Incómodo, Mariani nunca logró pasar este examen ante los principales operadores de grandes superficies comerciales en la Argentina, que gana alguna tienen de venir a Mar del Plata a asociarse con mafiosos y parásitos.
El oficialismo anunciaba victoria en la imposición del nuevo código de publicidad –que debería ser denominado como “Alamedidadealdrey”-, pero no pudo ser aprobado y volvió a comisiones. En medio, otra ronda de rumores que hablaban del voto favorable de Beresiarte, tironeada entre sus acuerdos con Pulti, su temor cerval a Iglesias y la presión de Juan Carlos Dante Gullo, quien tiene intereses en cartelería en vía pública en Mar del Plata.
De fracaso en fracaso, la acción judicial iniciada por los empleados del Concejo Deliberante ha tenido un traspié inicial en el fuero contencioso administrativo: un fallo adverso del juez Marcelo Fernández, que no aceptó el pedido de emplazar una cautelar solicitada por el personal, provoca que la actividad del deliberativo quede restringida al horario de 8 a 15 horas.
Esta situación sólo amplía el conflicto. La restricción horaria implica que poco y nada puede esperarse en estas semanas que quedan para concluir el año en la resolución legislativa de temas tan importantes como los mencionados.
Una cuestión a señalar es la montaña de dinero que está corriendo en la puja interna del Frente para la Victoria (FPV) a nivel local. Los distintos actos realizados dan escalofríos, no por la convocatoria, sino por la disponibilidad de efectivo que exhiben los actores en cuestión. En estos actos no se ha hablado de qué hacer para gestionar a Mar del Plata: se trata sólo de especulaciones para ver cómo se posicionan en la lista de concejales de cada partido. No hay vocación de poder visible, lo que hay es una desmedida ambición de vivir colgado del presupuesto público.
Ante el desafío del 2011, la ciudad necesita de un programa de acción que prevea sincerar las cuentas municipales, introducir criterios dinámicos y concretos de administración, así como una profunda reforma administrativa.
Sincerar la planta de personal y revisar las incorporaciones escandalosas que se generan en esta etapa. Concursos amañados, acuerdos espurios para acallar voces discordantes, y un final de gestión que revela su patetismo en la designación de la patinadora Claudia Rodríguez como responsable (es una manera de decir) al frente de Tránsito. La salida de su antecesor, Mansilla, rodeado de la escandalosa situación del robo sistemático de motos de los depósitos municipales expone el nivel de incapacidad y corrupción de esta auténtica desgestión municipal.
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