miércoles, 8 de diciembre de 2010

MOVILIZACION EN MAR DEL PLATA POR LA INSEGURIDAD

En lo que fue la última marcha del año, la Asociación de Famialiares de Víctimas del Delito y el Tránsito se movilizó por la Peatonal San Martín en reclamo de nuevas medidas de seguridad, y justicia para quienes perdieron la vida en manos de la delincuencia. La ONG realizó a su vez una radio abierta frente al Municipio, donde los transeúntes tuvieron la posibilidad de expresarse libremente y sugerir políticas contra la inseguridad.
Los miembros de la entidad marplatense que reclama seguridad desde hace más de siete años, se concentraron a las 19 en la intersección de la Peatonal San Martín y Buenos Aires, donde desplegaron sus banderas y marcharon hasta las escalinatas de Iglesia Catedral.
“No estamos conformes con la seguridad que tenemos”, denunciaron, megáfono mediante, los miembros de la ONG. Captando la adhesión de varios transeúntes, la entidad marchó pacíficamente por el microcentro de la ciudad.
Previamente, entre las 10 y las 15, pusieron en marcha por primera vez una radio abierta. La iniciativa tuvo lugar frente al Palacio Municipal, donde los vecinos y familiares pudieron expresarse sin censura y proponer políticas de seguridad acordes a la situación que se vive en las calles de General Pueyrredon.
Conformes con el resultado de esta actividad, desde la Asociación de Familiares de Víctimas del Delito y el Tránsito adelantaron que, durante los meses del verano, repetirán la radio abierta los primeros martes de cada mes, junto con la habitual concentración contra la delincuencia.
Respecto de la movilización, la de ayer tuvo un agregado especial: fue la última del 2010 y se desarrolló a semanas de las Fiestas, fecha en la que la sensibilidad se encuentra a flor de piel y el dolor que produce la irreparable pérdida de un ser querido, se potencia considerablemente.
Mientras la ONG avanzaba, fueron escuchándose distintas voces contra el delito. “Es lamentable lo que está pasando, que como sociedad aceptamos convivir con la inseguridad. Si fuéramos más los que salimos a las calles a reclamar podríamos tener mejores condiciones y los funcionarios serían más eficientes a la hora de impartir justicia”, expresó Walter Ananía, vocero de la entidad.
“Esta ONG se creó en julio de 2003 después del terrible asesinato de Pablo Dagatti. Su padre, Érico, cambió su dolor por sentido común y salió a reclamar seguridad y justicia para todos. Llevamos siete años de marchas, pero la situación no ha cambiado y cada vez hay más familias que deben atravesar por ese mismo dolor”, sostuvo Gastón Herrera, otro de los referentes de la Asociación.
Al arribar a las puertas de la Iglesia Catedral, la presidenta de la ONG, Marcela Bravo de Acámpora, indicó: “Queremos salir a la calle sin miedo, queremos vivir en paz”. “Estamos acá reunidos porque no tenemos las respuestas, porque nos siguen matando, porque seguimos reclamando incansablemente y aún no escuchamos la respuesta de nadie”, añadió.
La titular de la Asociación dijo además que, durante las últimas semanas, nuevas familias se han sumado al reclamo. “Son personas que han perdido a sus seres queridos y que están llorando a sus hijos, esposos, hermanos… y tampoco tienen respuestas. Esperemos que el próximo año, que seguiremos reclamando, no se sume tanta gente, tantas familias con el corazón destrozado”, reflexionó.
Con la voz entrecortada y lágrimas en sus ojos, Marcela Bravo pidió que “el corazón de los funcionarios se sensibilice” y que “hagan algo por la dignidad y por la vida de este pueblo que pide por favor que nos protejan y no nos maten”.
Antes del cierre de la movilización, familiares de personas que fueron asesinadas recientemente en hechos delictivos tuvieron también la oportunidad de expresarse ante quienes presenciaron la marcha, pero también ante quienes pasaban de largo sin voltear para acompañar el reclamo.
Ese fue el caso de los padres de Rubén Darío, de Emiliano y de Yoce, jóvenes llenos de vida cuyos futuros fueron arrebatados por delincuentes. Pidieron justicia, “nada más que justicia”. Lloraron una vez más a sus seres queridos. Exigieron “paz y seguridad” para terminar el 2010, a pesar de que, debido a la inoperancia y a la falta de políticas acordes al pedido de la sociedad, no podrán esta vez despedir el año junto a sus hijos. Un dolor que no encuentra respuestas, un reclamo que no calla y un vacío, consecuencia de la ausencia, que nada ni nadie podrá volver a llenar.

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