Vladimir Hernández
BBC Mundo, Buenos Aires
Moyano, un todopoderoso del sindicalismo, también es investigado.
Uno de los grupos con mayor poder en Argentina vive tiempos inéditos.
Nunca antes, desde los tiempos de Perón cuando nació el sindicalismo como el que se conoce, hubo en este país tantos procesos judiciales contra sus dirigentes, que siempre tuvieron fama de "intocables".
Y no por falta de denuncias de irregularidades, sino por un apoyo desde las altas esferas gubernamentales.
"El actual proceso judicial que tiene a sindicalistas en vilo responde a que algunos jueces se animan ahora cuando antes no lo hacían. Casos de corrupción se pueden rastrear hasta 30 años atrás. Pero ahora el contexto político permite avanzar en estas causas", dijo a BBC Mundo el periodista y escritor, conocedor de la materia, Reynaldo Sietecase.
El secretario general de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, fue encarcelado hace dos semanas por su presunta autoría intelectual en la muerte de un trabajador durante una protesta el año pasado.
Juan José Zanola, titular del gremio de trabajadores bancarios y Gerónimo "Momo" Venegas, secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores, también están siendo enjuiciados pero por supuestas irregularidades financieras.
Incluso, el todopoderoso titular de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, es investigado por tres casos diferentes, los cuales ha tachado de ser una "campaña mediática".
Todos son dirigentes legendarios del sindicalismo, hombres fuertes, que mueven a cientos de miles de trabajadores. Su labor ha sido crucial para darle poder político a los gobiernos peronistas, como el actual de Cristina Fernández de Kirchner.
Pero ahora, las cosas parecen cambiar.
¿Impunidad?
"Los procesos judiciales contra sindicalistas son un hecho inédito para Argentina. Ahora da la sensación de que el gobierno no hace nada por garantizarle impunidad a los gremios, como sucedía antes", afirma Sietecase.
La relación entre los sindicatos y el gobierno es como un tango siniestro. Uno dice 'te quiero, pero te pego' y el otro responde 'estamos con vos, pero te podemos parar el país afirma tambien Reynaldo Sietecase, periodista argentino.
"Yo más bien creo que no tiene que ver con el gobierno. Hay una sociedad cansada, saturada, de un modelo sindical corrupto, patotero y violento, que ha empujado a la justicia a investigar a algunos líderes o poner presos a otros", terció Pablo Micheli, dirigente de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
No obstante, la presidenta Fernández de Kirchner advirtió en el inicio del año legislativo, a principios de mes, al decir: "Yo quiero seguir siendo compañera de mis compañeros, de los sindicatos, y no cómplice de maniobras que siempre terminan perjudicando a trabajadores".
Para muchos analistas semejantes palabras marcaron una diferenciación con los gobiernos hasta la fecha, en cuanto a la mencionada complicidad con la dirigencia sindical.
"Hay quienes miran de soslayo la actitud del gobierno, porque se ponen nerviosos y quisieran que se interfiriese con la justicia como ocurrió en otras épocas en el país", señaló a BBC Mundo Hugo Yasky, dirigente de la CTA, y cercano al poder ejecutivo.
Y agregó: "Pero ha sido un avance que la justicia pueda actuar con un grado de independencia, como en estos casos".
¿Ruptura en puertas?
El principal aliado sindical del gobierno es la CGT y su presidente Hugo Moyano.
El viernes pasado, por primera vez desde la llegada del Kirchnerismo al poder, Moyano amenazó con un paro nacional para este lunes.
¿La razón? La presunta campaña de desprestigio que asegura que hay en su contra. La gota que derramó el vaso fue la solicitud (el jueves) de información sobre el dirigente por parte de un tribunal suizo en un caso de lavado de dinero que se realiza contra un empresario argentino en ese país.
Al final, según medios con tendencia oficialista, el paro se levantó tras las negociaciones entre representantes del gobierno y del círculo de Moyano.
La relación del kirchnerismo con los sindicatos parece que cambió.
"La relación con Cristina no era la misma que con Nestor" señaló Sietecase.
"Moyano me dijo una vez que su relación con (Nestor) Kirchner era indestructible. Pero eso cambió porque ahora amenazó con un paro nacional lo que nunca antes había hecho", añadió.
"No creo que haya ruptura entre el sindicalismo y el gobierno de Cristina Fernández. Lo que puede haber es una disputa interna por los cargos electorales de cara a los comicios de octubre", le dijo Micheli a BBC Mundo.
Moyano advirtió públicamente que aspira a que el principal gremio sindical del país tenga a uno de los suyos como llave de Cristina Fernández si esta se lanza (como se espera) para la reelección.
En algunos medios de prensa, críticos al gobierno, incluso se caracteriza a Moyano como un dirigente que en el fondo aspira a lograr lo que hizo Luiz Inacio Lula da Silva, en Brasil: llegar a la presidencia.
"Lo que se reclama con obtener el puesto de vicepresidencia es más participación, pero tengo dudas que se lo den por el desprestigio que tiene el sindicalismo", aseveró Sietecase.
Ejemplos de desprestigio abundan. En el caso de Pedraza no lo dejó bien parado que terminó siendo arrestado en su vivienda, en una de las zonas más ricas de Buenos Aires. Además, en su juicio, se reveló que pese a ser dirigente ferroviario no había tomado un tren por 25 años.
"La relación entre los sindicatos y el gobierno es como un tango siniestro. Uno dice 'te quiero, pero te pego' y el otro responde 'estamos con vos, pero te podemos parar el país'", sentenció Sietecase.
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