Por Carlos Tórtora para el Informador Público
Desde que asumió la Jefatura de Gobierno, la elección de autoridades de las Juntas Comunales fue para Mauricio Macri una verdadera pesadilla. Mediante dilaciones diversas consiguió eludir la convocatoria a estos comicios en el primer semestre del 2008 y luego siguió difiriendo el tema hasta que la oposición y el Tribunal Superior de Justicia obligaron al PRO a sancionar la ley 3233, que le puso fecha a la elección para el próximo 5 de junio. El macrismo intentó este último jueves que la Legislatura le diera carta blanca para unificar -o no- las dos elecciones locales, esto es, comunas y diputados y jefe de gobierno, con la elección nacional del 23 de octubre. Pero al kirchnerismo le interesaba que la unificación fuera expresa y no facultativa (ver El kirchnerismo presiona a Macri para que no se baje de la candidatura presidencial) así que saboteó la sesión. Como están las cosas, al PRO se le terminó el espacio para continuar difiriendo la elección comunal. El miércoles pasado, Fabio Basteiro, Julio Raffo, Rafael Gentili, Laura García Tuñón y Marcelo Parrilla, legisladores de Proyecto Sur, denunciaron penalmente a Macri por violación de los deberes de funcionario público. A partir de este lunes, se multiplicarían las denuncias y, además, el Tribunal Superior de Justicia ya intimó al jefe de gobierno para que ponga en marcha inmediatamente el calendario de la elección comunal.
El temor a lo imprevisible
La fuerte resistencia del PRO a la elección comunal está envuelta por una serie de miedos. La descentralización de la administración de la Ciudad es una experiencia inédita y es sabida la volatilidad del electorado porteño. Para castigar las deficiencias de la gestión macrista, una gran masa de votantes podría inclinarse por votar a las listas opositoras. El razonamiento podría consistir entonces en controlar el poder central del PRO a través de comunas administradas por la oposición. Pero si se produjera esta situación, se podría también generar un efecto dominó sobre la elección del jefe de gobierno y aun sobre la presidencial. Si el PRO resulta herido en la elección de comunas, es lógico suponer que Gabriela Michetti, Horacio Rodríguez Larreta y hasta el propio Macri llegarían bastante debilitados a la disputa por la jefatura de gobierno. Y una mala elección de comunas hasta alcanzaría para golpear a Macri como candidato presidencial.
Así es que un tema vecinal pasa a adquirir entonces un significado estratégico. Si, como todo indica, el macrismo termina cediendo para evitar el escándalo, la elección de comunas del 5 de junio puede llegar a nacionalizarse. Es que el Acuerdo Cívico y Social intentaría probar allí que es la gran alternativa al kirchnerismo. En cuanto al kirchnerismo, tendría por delante un dilema. Si el gobierno nacional vuelca su enorme peso para derrotar al PRO en las comunas, tal vez consiga un efecto no querido. Si Macri abandona la carrera presidencial, el ACyS se convertiría en la gran fuerza opositora, con posibilidades hasta de ganar la primera vuelta.
Pero el tema tiene también otras facetas, también negativas para el PRO. Los miembros de las juntas comunales que respondan a la oposición, si bien asumirán recién el 10 de diciembre, podrían convertirse a partir de junio en cuestionadores de las políticas seguidas por la gestión macrista, generando una fuerte incertidumbre acerca de cómo conviviría en el futuro el PRO, si es que consigue retener el gobierno local, con administraciones comunales opositoras.
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