Escribe Eduardo Cao para el Portal de
Noticias El Retrato de Hoy
Dos elecciones, distintos resultados, miradas tan contradictorias como apresuradas. Es que esas formas son parte de la idiosincrasia político-social de los argentinos. Nadie está exento en estas tierras y menos aún los dirigentes, oficialistas u opositores, ávidos por seducir a los anónimos protagonistas, nosotros, los ciudadanos. Los mismos que, transformados en desconfiados mozos, podemos servir un vaso a la mitad, lleno, con la medida justa o, al fin, hacernos los distraídos y dejarlos vacíos. Votaron los catamarqueños y festejó la Casa Rosada con el triunfo del “modelo” que, ¡oh sorpresa!, contiene a Ramón Saadi, orondo en la foto de la victoria con la nueva gobernadora, Lucía Corpacci. Sufrió el radicalismo, eje del Frente Cívico y Social que estuvo 20 años en el poder, desde que, precisamente, Saadi fuera expulsado del gobierno, tras el crimen de María Soledad Morales, dando por concluidos los tiempos del clan familiar.
Fueron los catamarqueños entonces y fueron los catamarqueños ahora. Realidades provinciales, que a veces aparecen, a ojos extraños, como paradojas que sólo pueden explicar, en este caso, los ciudadanos del valle de los “mil distintos tonos de verde”.
Determinar en qué dosis influyó “el modelo” heredado por Cristina Fernández de Kirchner de su fallecido marido sería, hoy por hoy, cuanto menos temerario. Y no porque Catamarca signifique el 1,2% del padrón electoral nacional.
La Presidenta y los impulsores del Frente para la Victoria catamarqueño tienen todo el derecho de celebrar por los resultados en la provincia del Norte. Para ellos la traducción electoral es que “marca una tendencia”. Quizá sí, quizá no, pero el análisis en Olivos se detiene en ese punto, que permitió al Gobierno, además, desembarazarse de uno de sus “enemigos” preferidos: Julio Cleto Cobos, el vicepresidente que por estas horas estudia alternativas para su futuro, incluso la de resignar su precandidatura presidencial y dejar que Ricardo Alfonsín, desvinculado por decisión propia de la derrota catamarqueña, y Ernesto Sanz, que sí viajó para apoyar a su correligionario perdidoso, Eduardo Brizuela del Moral, diriman quién se queda con el número 1 en el radicalismo.
EL CANTO SUREÑO
Mario Das Neves no estaba muy convencido de participar en las internas regionales del Peronismo Federal. De cualquier manera, nunca antes despejó en público sus propias dudas.
Después del apretado triunfo de su delfín Martín Buzzi sobre el kirchnerista Carlos Eliceche en las elecciones a gobernador de Chubut, se bajó de esa compulsa, aunque no aclaró demasiado si esperará al 14 de agosto para enfrentar a Alberto Rodríguez Sáa o Eduardo Duhalde.
Menos de un punto separó a Buzzi de su contrincante; fue suficiente para alumbrar su deserción de la elección que comienza el 30 de abril en la estratégica Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
También alentó el estrecho resultado del comicio chubutense, a que Eliceche y su gente hablaran primero y denunciaran después, un fraude. Recibieron el aliento del jefe de Gabinete, el devaluado Aníbal Fernández quien, de manera elíptica, formuló la misma acusación, e hizo que el ministro del Interior, Florencio Randazzo, negara que en la Casa Rosada se haya mencionado la palabra fraude. Hasta CFK se mantuvo al margen de la disputa: fue visitada por Eliceche en Balcarce 50 y se limitó a escuchar las sospechas y aconsejar que, si existen pruebas irrefutables, se aguarde la decisión judicial.
Lo del vaso medio lleno y su contraparte el medio vacío, también se manifestó en Chubut. El kirchnerismo celebró un triunfo que no fue y, al contrario del radicalismo en Catamarca, el peronismo federal logró festejar. Pero ni uno ni otro pudo despejar dudas propias ni desentrañar los motivos que acompañan el desempeño electoral de quienes, en definitiva, disponen la medida que vuelcan en los vasos: los votantes.
Para Eduardo Duhalde, las preocupaciones, luego de la elección en Chubut, ahora las tiene el oficialismo: "No es bueno (para la Presidenta Cristina Kirchner) haber sacado la mitad de los votos que hace cuatro años… Me parece que no es una señal para nada venturosa teniendo en cuenta que todavía no se votó en las grandes provincias, donde el rechazo al Gobierno nacional es rotundo”
La propia mandataria y sus operadores, píensan que corren con cierta ventaja: CFK está instalada como candidata y “el modelo” cosechó un triunfo y una derrota estrecha. La ratificación, dicen, “será entre el 10 de abril y el 26 de junio, en Salta, La Rioja y Tierra del Fuego”, sin mencionar, por si acaso, Misiones y Neuquén, todas provincias que en ese lapso elegirán sus gobernadores. No van más allá, sabiendo que el apretado calendario tiene una fecha decisiva: 24 de julio, en Santa Fe.
Todos, kirchnerismo, peronismo disidente, radicalismo, el PRO, el socialismo, la Coalición Cívica, el Proyecto Sur de Pino Solanas, podrán entonces comenzar a beber de los vasos servidos.
caoelretrato@live.com.ar
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