Escribe Eduardo Cao para
El Retrato de Hoy
Para la mayoría, es un paso que determina, por ahora con claridad, cuáles son las fronteras que no están dispuestos a atravesar. O mejor expresado, su único límite. Son los que, aún conociendo la fina y efímera línea que separa amores y odios en política, están dispuestos a abandonar el carrusel de vanidades personales. Como aventar las dudas de quienes estamos históricamente acostumbrados a aquella estrofa que cantaba Gardel: “hoy un juramento, mañana una traición” La mayor parte de la oposición política, a través de sus precandidatos presidenciales y sus dirigentes más representativos, firmó el documento en el que se fija el objetivo común: “Cuidar la democracia…”
No resultó fácil la tarea, es cierto, pero consiguieron el objetivo de mostrarse ante la sociedad con, al menos, una idea del país que pretenden, muy diferente al que gobierna el kirchnerismo. Que lo puedan poner en práctica ya no depende de ellos, sino del calendario electoral y de los humores de una sociedad inconstante al momento de votar.
Nadie habló de reuniones de los firmantes alrededor de una mesa de discusión. Ni siquiera hubo una foto que ilustrara el momento. De cualquier forma, aparecieron las rúbricas de Ricardo Alfonsín, Ernesto Sanz, Mauricio Macri, Elisa Carrió, Eduardo Duhalde y Felipe Solá, debajo de un texto en el que se apunta a “no aceptar en silencio la persecución, el uso indiscriminado del poder o la utilización de organismos del Estado … fuera de su finalidad”
"La democracia argentina debe ser cuidada y protegida de acciones de intolerancia, de persecuciones, de señalamientos, escraches o cualquier intento de discrecionalidad en el uso de los recursos que el mismo Estado posee. Los límites del Estado los define la Constitución, no el poder gobernante”, señala otro de los párrafos y no sólo para engrosar la línea documental.
La gestación comenzó en Diputados, durante un almuerzo compartido por Patricia Bullrich (CC), Oscar Aguad (UCR), Federico Pinedo (PRO) y Gustavo Ferrari (PF). El incumplimiento del Gobierno a fallos judiciales que lo obligaban a actuar en los bloqueos a medios de comunicación (en la misma medida de desobediencia que en los casos de ocupaciones ilegales en terrenos públicos y privados) y el uso de la AFIP, la secretaría de Comercio y la SIDE como medios de coerción a opositores, fueron dos de los temas del conciliábulo de los legisladores para alumbrar el documento.
Hubo, es cierto, un tercer argumento de peso político propio: el polémico premio a Hugo Chávez como el “defensor de la libertad de prensa” que le otorgó la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de La Plata, que estudiaría quitarle el mismo galardón otorgado hace años a Joaquín Morales Solá. Pero esto último no ha pasado del círculo de las versiones.
Volviendo al escrito opositor, “f orma parte de un acuerdo pétreo e inamovible que debe respetarse gobierne quien gobierne la República", ha sido el compromiso asumido, que elude cualquier acuerdo electoral conjunto para octubre. Por lo menos en estos tiempos de definiciones internas en los partidos.
De los que no firmaron, los argumentos fueron variados: Julio Cobos, porque es el vicepresidente de Cristina en ejercicio; Pino Solanas, cuyo Proyecto Sur fluctúa entre la vereda del kirchnerismo y la de enfrente, ora ocupada por la UCR, ora por el socialismo; el GEN de Margarita Stolbizer y el Partido Socialista, que encabeza Hermes Binner, ambos nadando en los mares de la indefinición ante la inminencia de las elecciones en Santa Fe, Alberto Rodríguez Sáa, preocupado y ocupado en dirimir la interna del PF con Duhalde, cuya primera expresión de tendencias se estaba dando en la Capital Federal y Mario Das Neves, supuesto ganador y seguro perdedor en Chubut.
REACCIONES ESPERADAS
Edgardo Depetri, kirchnerista tranversal como pocos y sucesor del fallecido Néstor K en la banca de Diputados, sin quererlo, tradujo una esperanza de buena porción de la sociedad argentina. "Van a ser (Mauricio) Macri, (Eduardo) Duhalde, (Julio) Cobos, (Francisco) De Narváez, (Felipe) Solá, (Ricardo) Alfonsín y (Ernesto) Sanz, todos juntos contra Cristina", afirmó, tras descalificar a los opositores indicando que conforman una reedición de la Alianza (199/2001) que “rebajó salarios, estafó a los ahorristas y se fue en helicóptero, dejando muertes y el país destrozado”
Al cierre de esta columna, la de Depetri era la única voz oficial que se había escuchado. De cualquier forma, superada la sorpresa inicial, se aguardaban reacciones desde los círculos más íntimos de Olivos y la Casa Rosada, aunque los voceros, seguramente, no serán de los más “íntimos” en el afecto de Cristina Fernández de Kirchner. Para eso están… y siguen en funciones.
La jugada de ignorar los intentos del Congreso para elevar el mínimo imponible en el impuesto a las ganancias de los trabajadores en relación de dependencia, y establecer esa suba por decreto, dio algún respiro a la sorda lucha entre el Gobierno y Moyano, decidido a ser partícipe y hasta decisivo mentor, cuando de hablar del vicepresidente de Cristina en la boleta kirchnerista del 23 de octubre se trate
Es que, según un artículo desopilante desde Puerto Rico escrito por Carlos M. Reymundo Roberts en el diario La Nación, parodiando un supuesto pase al oficialismo “… esa capacidad de retruque tan propia de nuestro movimiento nacional justikirchnerista (y ojo que si ganamos en octubre al justi lo borramos) me ha servido para enfrentar la indignación por el bloqueo…”
caoelretrato@live.com.ar
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